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Ayer fue uno de esos días en los que los servicios de emergencia no tienen tiempo ni para mirar la hora o en los que los voluntarios de las agrupaciones municipales de Protección Civil se ganan un sueldo que no tienen. Una jornada desapacible muy ... similar a la del viernes por culpa de la borrasca 'Alex', cuyos efectos en forma de fuertes precipitaciones y vientos comenzaron a remitir a última hora de la tarde y seguirán relajándose en lo que queda de fin de semana.
Con cantidades de agua acumulada muy importantes y rachas que en todo el litoral rondaron los 90 kilómetros por hora, la adversidad de la meteorología fue algo inferior a la del día anterior, pero en cambio los efectos sobre el mobiliario urbano, árboles o carreteras resultaron más evidentes. Un reguero de incidencias en muchos municipios, en forma de pequeñas inundaciones en los más cercanos a la costa, que afortunadamente se saldó sólo con daños materiales. Aparentemente, al contrario de lo que ha provocado 'Alex' en Francia y Reino Unido con decenas de muertos, aquí no hay que lamentar fallecidos ni heridos graves por acción directa del temporal.
Los datos no son de récord, pero sí muy destacados. Un ejemplo: en Santander (98,6 litros el viernes y 30,8 ayer) se ha registrado en este episodio de dos días la misma lluvia que se recoge de media en todo el mes de octubre (120 litros). Y eso que durante esta última jornada la marca más alta de precipitaciones se quedó en el interior. Concretamente en Soba con 48,4 litros, casi todo durante la mañana, porque la tarde en Cantabria estuvo algo más tranquila, incluso con momentos en los que el sol apareció tímidamente. En otras zonas, como Campoo, las nubes descargaron ayer más tímidamente. En Reinosa apenas el agua alcanzaba la primera raya del pluviómetro por culpa de unos 0,1 litros. Testimoniales.
Mucha agua, pero no lo suficiente como para desbordar los ríos -sí se salieron del cauce algunos arroyos, como en Arredondo-, uno de los principales temores de las autoridades. De hecho, la Consejería de Presidencia y Justicia, que activó el Plan Especial ante Riesgo de Inundaciones (Inuncant) el viernes, lo mantuvo vigente, al igual que durante la jornada de hoy. Si ayer los principales ríos no llegaron a niveles suficientes para entrar en fase de seguimiento -sólo el Asón en Ramales y Ampuero, donde por la mañana hubo un dispositivo de control específico-, en las próximas horas la Dirección General de Interior prestará especial atención al Nansa y Gandarilla, porque en estos puntos es donde se prevén más precipitaciones a partir de esta madrugada después de una mañana de ayer más propia del invierno y una tarde algo más tranquila.
Llovió y aún lloverá -algo menos y con temperaturas al alza mientras se despide 'Alex'- sobre mojado y el terreno lo pagó con desprendimientos o argayos como el que despertó a los vecinos de la calle Pelegrín de Laredo. Sobre el edificio del portal número 41 se precipitó desde una colina cercana una roca de grandes dimensiones, que derribó el tabique de los garajes de esta comunidad. Poco para lo que pudo ser. «Hace ya unos años ocurrió algo similar», recordaban desde la Policía Local de Laredo.
Ese fue sólo uno de los más de 142 incidentes que se han notificado en las últimas 48 horas, 77 de ellas sólo durante el sábado. Entre las más importantes una gran acumulación de agua en la zona de la playa de Suances. «Llevamos inundados desde el viernes. Han venido los bomberos para achicar agua, pero se han tenido que ir porque seguía entrando más de lo que lograban sacar», explica Beatriz Ruiz, del restaurante El Álamo, uno de los locales más afectados. En el interior, medio metro de agua, las neveras estropeadas, los suministros perdidos, muchos de los muebles destrozados y los suelos de madera flotando. «Se debe a un riachuelo que baja por las laderas colindantes. Antes de que edificaran el agua tenía salida, pero ahora desemboca todo aquí».
Y grandes balsas, por ejemplo, en el barrio de Cazoña, en Santander. En este caso, en la zona culpan más a la falta de mantenimiento por parte de los servicios municipales que a las sucesivas trombas que han caído en los últimos días, porque el problema viene ya de dos semanas atrás. Luis Ojeda, propietario del quiosco de la plaza Manuel Llano, repartía ayer los periódicos por la ventanilla de los coches porque frente a su puesto no se podían bajar: «El autobús no puede apear a la gente en la parada porque hay varios palmos de agua. Hace unos días estuvieron por aquí unos operarios, pero no trajeron una chupona para desatascar y no ha servido para nada».
Eso por la lluvia. Y por viento, algunos muros caídos o sobre todo obstáculos en vías. Muchas ramas o árboles cruzados en lugares de paso. Salieron los bomberos en Castro, en Voto, en Camargo... La racha más importante del día se registró en Santander, con 98 kilómetros por hora a las 04.10 horas. Y fresco, con termómetros que no subieron de los 18º y una mínima de 0º en Alto Campoo, donde al igual que en otras zonas altas volvió a aparecer la nieve. Para hoy, tras registrarse ayer una ola de 14,10 metros frente a la capital, ya sólo continúa el aviso (amarillo) por temporal marítimo. Con ''Alex'' alejándose seguirá lloviendo, pero menos.
Efectivos de emergencias continúan el seguimiento por tierra del aviso que el viernes por la tarde llegó al 112 por la caída de una persona al mar desde la barra del puerto de Suances, aunque todo parece indicar que se trata de una falsa alarma. No se ha denunciado ninguna desaparición y el informante se encontraba a gran distancia, en Cuchía, por lo que pudo ser un error.
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