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«¡Qué calor! Con este tiempo todavía no he hecho el cambio de armario». La frase ha sido un comentario generalizado estas semanas, en las ... que el tiempo de agosto se ha extendido a octubre y era más habitual ver sandalias, camisetas o vestidos que lo que corresponde a las fechas: zapato cerrado y plumífero. El buen tiempo que ha traído turismo y ha llenado las terrazas de la hostelería, ha incidido negativamente en las ventas de textil y calzado. El sector ve, por segundo año consecutivo, cómo se atrasa el inicio de la campaña otoño-invierno, la más importante del año.
«¿Quién piensa en comprarse un abrigo con estas temperaturas? La mentalidad del comprador suele ser comprar para estrenar. Además, casi nadie ha hecho el cambio de armario, que es cuando se ve qué necesidades tiene cada uno», explica Gonzalo Cayón, secretario general en la Federación del Comercio de Cantabria, Coercán.
Aunque el 23 de septiembre el otoño dio la bienvenida oficial, la temperatura hasta este fin de semana no ha correspondido -y tampoco ha bajado tanto estos días-, lo que ha alejado a los consumidores de los comercios para adquirir prendas de invierno.
«Está siendo desastrosa la campaña, que es la más importante del año por ventas y por la inversión que hacen los negocios»
«El calor atrasa las ventas, pero la gran afluencia de turismo en verano y la llegada de cruceros ha generado músculo»
«¿Quién piensa en comprarse un abrigo con estas temperaturas? La mentalidad del cliente es comprar para estrenar»
«Desastroso». Así califica Miguel Rincón, presidente de Apemecac, la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Cantabria, el efecto de este buen tiempo en el sector. Con 30 grados registrados a mediados de octubre, los comercios no han empezado a vender el stock de la cuarta campaña del año. «Se trata de la más importante, en la que más inversión hacen los negocios, ya que los productos son más caros: piel, pelo, plumíferos y prendas de abrigo y botas. Y es la que más ingresos deja, si va bien».
Los comercios no saben cómo diseñar el escaparate. Si colocar ya la ropa de pelo o si podría tener un efecto desinhibidor. La mayoría lo está retrasando y ha optado por mostrar prendas finas como gabardinas o chalecos, pero el abrigo todavía no se ha colocado, cuando lo normal es ver esta prenda desde el mes de septiembre.
En una zapatería infantil de la calle Juan de Herrera indican que «todavía piden calzado de verano, mercedita de lona o tela». «Ya no tenemos y las hemos vuelto a pedir. La campaña de otoño-invierno no se ha podido iniciar todavía, ni la vuelta al cole ha hecho que arranque. Por estas fechas solemos vender mucha bota de agua y leotardos, pero, por ahora, de eso nadie se acuerda».
«La gente va todavía con sandalias. Es lógico que se venda mucho menos», afirman en otra zapatería de la calle Lealtad. «El escaparate lo he puesto una semana más tarde sólo porque el producto va llegando y no puedo retenerlo. La campaña sigue y no se puede paralizar», explica su propietaria, Carmen Castillo. «El buen tiempo perjudica porque las campañas tienen que lanzarse en el momento para el que están pensadas», añade.
Los comerciantes coinciden en que el inicio «está siendo complicado» y que «el calor está retrasando la aceleración de las ventas», lo que podría motivar un aumento del stock al cierre del ejercicio y esto podría generar mayores descuentos. En una famosa franquicia de moda dirigida a adolescentes comentan que han vendido «mucho en verano, pero septiembre y octubre son meses de pocas ventas». «Habrá que esperar ya a noviembre y a las Navidad».
En la tienda Cross, en Lealtad 6, Pedro Salgado señala que está «deseando que llegue el tiempo propio del otoño». «Si se retrasa el frío hasta noviembre, no sacas rentabilidad a las prendas que hemos traído. Enseguida llega el Viernes Negro, que baja los precios y después las rebajas... No podemos trabajar la campaña completa como es debido. Lo que hacemos es retrasar los servicios de los proveedores. Septiembre ya es normal que se prolongue el buen tiempo, pero octubre no era tan habitual».
Las elevadas cifras turísticas podrían equilibrar esta desaceleración de las ventas de los comercios locales, según apunta Agustín Ordejón, gerente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Santander, que ofrece una visión más optimista: «Se nota -dice- que las temperaturas altas afectan a la venta, pero también cabe destacar que el turismos de cruceros que ha desembarcado y el turismo masivo durante todo el verano y este puente también han traído buenas ventas y generado músculo».
«El verano se prolonga por segundo año y se salta una estación. Creo que entraremos directos al frío del invierno. La campaña de otoño desaparece, no hay ventas de ropa de entretiempo», concluyó Gonzalo Cayón.
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