![Las familias, con dudas, el día que profesores y alumnos «estrenan caras»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202204/25/media/cortadas/elenaquiroga%20(4)-kspE-U1601776904035k5F-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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laura fonquernie | mada martínez
Santander
Lunes, 25 de abril 2022, 07:46
Los centros educativos cántabros han vivido hoy su primera jornada sin obligación de que el personal y el alumnado se proteja con mascarilla, como ocurre ya en el resto de ámbitos de la sociedad desde hace casi una semana. En colegios e institutos se mantienen, ... eso sí, el resto de medidas básicas de protección del protocolo covid: ventilación, higiene y distancia.
08.40 horasEn el colegio Elena Quiroga de Santander empiezan a llegar alumnos y la mayoría lo hace con mascarilla a pesar de que ya no es obligatoria en los centros. Muchas familias están a la expectativa de ver cómo avanza la semana, pero de momento han decidido mantenerla. En otros casos han sido los propios niños quienes han preferido seguir con la protección. «En clase dependerá de lo que nos digan, iré tanteando», ha comentado Noelia Fernández mientras esperaba la entrada de su hija Vera, de 7 años. Más allá de las indicaciones de su madre, ha sido la pequeña la que «no ha querido quitársela», ha reconocido.
08.50El patio está cada vez más lleno porque comienza la entrada escalonada de los pequeños. Una medida que arrancó con el covid y que, de momento, se mantendrá. Conforme avanza la hora es más fácil ver a estudiantes sin la protección mientras que la mayoría de las profesoras que ya esperan en las puertas la entrada a las clases les reciben con mascarilla. «Ha venido sin ella. Le he dicho que si todos la llevan, que se la ponga», ha explicado Juan Carlos Cardenal. Su hijo Mario, de 7 años, lleva la mascarilla en el bolsillo por si en algún momento quiere utilizarla. «Como él se sienta más cómodo», ha resumido el padre. Aquí mandan ellos. Entre el profesorado también hay quien «tenía ganas ya de quitarla», ha reconocido María Méndez, la jefa de estudios del centro. Sobre todo en Infantil donde la comunicación con los más pequeños se complica si hay una barrera de por medio. «Porque no te entienden y las maestras estaban deseándolo».
09.00Juan Eiras da un beso a su hija a las puertas del colegio. Él reconoce que «la llevaremos unos días más». Y que, quizá, habría esperado al menos una semana antes de quitarla. Sobre todo porque es justo a la vuelta de Semana Santa, fechas en las que se multiplican los desplazamientos y el contacto social, pero entiende que «algún día había que dar el paso» y que también ellos tenían ya ganas de olvidarse de la mascarilla. Esa es la sensación en el patio. Ciertas dudas sobre qué hacer y pendientes de la decisión que toman el resto de familias. Aunque hay quien lo tiene ya muy claro: «Sin mascarilla», resume Fernando Peña. Su hija Alma tiene ahora 5 años y lleva desde los 3 con la protección. La tiene tan asumida que esta mañana se ha limitado a preguntar si tenía o no que llevarla, pero no ha puesto pegas. «Lleva una de repuesto, la de siempre, y le hemos dicho que ella decida qué hacer conforme a las normas que ha ido aprendiendo a lo largo de estos dos años», ha señalado su padre. Parece que los más pequeños han naturalizado tanto su uso que son quienes mejor se adaptan a las medidas.
09.15Una vez en las aulas, la siguiente pregunta es saber qué hará el equipo docente. «Tenía clarísimo que no la iba a traer en cuanto se levantase la norma», ha reconocido Ana Casado, profesora del aula de 3 años. Para ella es una barrera «física y afectiva» con los pequeños. Tanto ella como sus compañeras también han celebrado volver a verse las caras por los pasillos y recuperar la movilidad entre las aulas, ver corretear de nuevo a los más pequeños. Parte de la esencia de Infantil. «Cambia totalmente la organización del colegio», ha señalado María Méndez, la jefa de estudios, a la par que quitaba de un corcho el cartel que recordaba el uso obligatorio de la mascarilla. «Antes se intercambiaban entre las clases y eso ahora vuelve a ser viable en infantil. Cambia todo». Por eso es una medida bien recibida.
09.20No obstante, la estampa varía de una clase a otra porque depende de lo que decida cada tutor. Lucía Santamaría, profesora de sexto de primaria, señala que en su aula la mascarilla la llevan la mitad de la clase y ella ha comentado que se la pondrá «si ellos la llevan». Lo hará por respeto a las familias: «Porque cada uno tiene sus motivos para usarla» y conforme ellos se la vayan quitando, también la profesora lo hará. En 2°B es como si nada hubiera cambiado, se mantienen las medidas covid. Los alumnos están separados y todos han decidido ir con la mascarilla. Igual que la profesora. Unos metros más adelante, en 3°B los estudiantes ya están con las mesas juntas y la docente sin la protección. Fundamental para una clase como la de inglés.
IES SANTA CLARA
En los suelos del IES Santa Clara de Santander siguen impresas las flechas y señales que regulan el tránsito de su comunidad educativa desde hace ya dos cursos y medios, y la corriente de aire es evidente: las clases en este centro transcurren con las ventanas abiertas.
En cuanto al uso de la mascarilla, hay de todo: alumnos y docentes que la mantienen y también lo contrario. Lourdes Durántez, jefa de estudios del instituto más longevo de la capital, revela que seguirá protegiéndose con ella. «A pesar de la ventilación y de otras medidas vigentes, la voy a mantener. Queda ya poco tiempo de curso y es una medida de precaución que ha funcionado», expone en el vestíbulo del instituto, que a esta hora de la mañana cruzan decenas de alumnos y alumnas para pasar al aire libre su tiempo de descanso. No es fácil concretar qué proporción de jóvenes siguen usando mascarilla y cuál no. Va por grupos, por aulas.
María Gómez Alonso, por contra, ha impartido sin mascarilla su asignatura de Geografía e Historia a una clase de 1 de la Eso. Así tiene mayor capacidad gestual y puede proyectar mejor su voz. «Y ellos [por el alumnado] también agradecen el hecho de poder ver las expresiones, la vocalización, detectar dónde se pone el énfasis…», asegura. Retirarse la mascarilla le facilita, en definitiva, la tarea docente y anticipa, ojalá sea así, que «vamos entrando en la nueva normalidad».
En clase de María, no obstante, predominan las mascarillas quirúrgicas. Como no podía ser de otra manera, «hay respecto a las decisiones. Los chavales son muy respetuosos».
Mientras, la incidencia del covid a 14 días entre las personas mayores ha escalado este lunes hasta los 903 casos por cada 100.000 habitantes, 28 puntos por encima de los datos registrados el domingo. Cantabria registró este domingo, 88 nuevos casos de coronavirus. Hay 57 hospitalizados -5 más que el día anterior-, 3 de ellos en UCI. La comunidad sigue en nivel 1 de riesgo.
La mascarilla dejó de ser obligatoria el pasado miércoles, 20 de abril. Sin embargo, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria prepara medidas para que el posible aumento de casos de coronavirus no afecte a la «normalidad» en la vida de los ciudadanos ni en la atención hospitalaria. El presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aplaudió la medida de que la mascarilla dejara de ser obligatoria, pero un día después, en línea con el Gobierno asturiano, pidió que se mantenga el uso de las mascarilla en interiores, concretamente «en los lugares donde haya gente».
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Ana del Castillo
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