«Aluvión» de solicitudes para legalizar las viviendas destinadas a uso turístico

«Preocupada por el crecimiento exponencial que están experimentando estos alojamientos», un fenómeno «al que debemos poner freno lo antes posible», Fernández hizo estas afirmaciones antes de reunirse con el presidente de la Asociación de Turismo Rural, Jesús Blanco, con el que se había citado para conversar después de que este presentara a los medios de comunicación un plan de choque con el que el colectivo pretende cortar la hemorragia de clientes que le está provocando la proliferación de viviendas turísticas en la región, 10.000, conforme a sus cálculos, «el 90% de ellas en situación ilegal». Son, dicen, una amenaza para el futuro de sus negocios que están dispuestos a combatir con la ley en una mano y con ese plan en la otra.

Según explicó el presidente, «se trata de un plan que hemos elaborado a la vista de nuestra trayectoria durante los últimos años y tras valorar los resultados de la temporada de 2023», en los que parece haber interferido decisivamente la multiplicación de los pisos turísticos, «un tsunami» contra el que el sector ya actuó en septiembre presentando 400 denuncias que provocaron el efecto deseado; una auténtica cascada de peticiones de legalización de pisos. Y una sobrecarga en la Consejería, según reconoció Fernández, que admitió que los inspectores «están un poco colapsados porque está todo el mundo intentado legalizarse».

«Pero no nos podíamos quedar ahí», dijo Blanco, que viendo cómo se encendían las alarmas, pensó que era el momento de «dar un paso más».

Un paso más que se produce de la mano de un plan de choque que ayude al cliente a distinguir el turismo rural legal del ilegal, que en impuestos y en trámites «viene a ahorrarse alrededor de 6.000 euros al año».

Esa guía maestra nace sobre cuatro pilares esenciales; sostenibilidad, promoción y comercialización, legalidad y seguridad y formación.

En cuanto a lo primero, la sostenibilidad, una cualidad que ya va aparejada con este sector por su entorno y sus prácticas, «hemos firmado un convenio con Red Naturea para que nos ayude a los empresarios a tener un mayor conocimiento de sus rutas, que luego se ofrecerán gratuitamente a los clientes, y a formarnos en todo lo relacionado con la sostenibilidad, es decir, con las energías renovables, con las plantas invasoras en los exteriores...», etcétera.

Respecto a lo segundo, esto es, la promoción y comercialización de su producto, el turismo rural, «vamos a editar una guía turística de alta calidad donde aparecerán, de forma individualizada, todos los alojamientos de esta asociación», un librillo que los empresarios quieren colocar «en todas las plataformas, agencias, mayoristas y ferias del sector» empezando por la de Fitur 2024. También se publicará un libro en el que se recogerán todas las posibilidades culturales, deportivas, festivas y gastronómicas que ofrece el mundo rural, se reforzará la presencia de su colectivo en las diferentes redes sociales y se renovará el portal web de la asociación para hacerlo un poco más atractivo.

En lo tocante a lo tercero, es decir, la legalidad y la seguridad, Blanco dijo que Turismo Rural «ha encargado una campaña de imagen de alojamientos legales y seguros que consiste en la creación del logotipo de la Asociación en cerámica que llevará impreso, además, el número de registro en Turismo de cada uno de los negocios asociados», el sello que avala una actividad que cumple con la ley. «Todos los alojamientos de nuestra asociación tendrán ese sello visible en su fachada», precisó Blanco, que en relación con la formación indicó que todos los asociados podrán mejorar su preparación con su participación en diferentes cursos relacionados con su ámbito de actuación «que, sin duda, nos ayudarán a ser más profesionales y a prestar un mejor servicio al cliente».