Ambuibérica gana el contrato de las ambulancias otra vez pese a las tensiones políticas y las críticas

De esta forma, se desveló el misterio y se confirmó el runrún que circulaba hace días en el sector, que apuntaba incluso que la decisión se estaba demorando a la espera de que pasara la cita electoral del 28M –la resolución de la mesa está fechada el 31 de mayo, aunque se colgó este lunes 5 de junio en la plataforma de contratación–. Bien por el revuelo político que pudiera suscitar la adjudicación a la misma empresa que tanto descontento (mutuo) arrastraba, sobre todo en la última etapa, donde se evidenciaron las tensiones con Sanidad tras aplazar la renovación del concurso para tirar de la prórroga (un cambio que siguió al relevo de consejero tras la dimisión de Miguel Rodríguez). O bien por tratarse de un contrato sacado a regañadientes por el equipo de Raúl Pesquera, más partidario de internalizar el transporte sanitario que de volver a dejarlo en manos de una empresa privada. Una idea que en su momento fue muy cuestionada por la oposición y que ahora, con el cambio de Gobierno en ciernes, tiende a desvanecerse.

La mesa de contratación, que desde el pasado mes de febrero estaba valorando la documentación presentada por las licitadoras (tres para el lote de servicio urgente y una para el programado –separados por primera vez–) publicó hoy los resultados, con sorpresa incluida: el descarte de Servicios Sociosanitarios Generales (SSG) de Andalucía, la única firma que optaba al contrato completo, valorado en casi 47 millones de euros (el doble que el anterior) y con una duración de dos años (la mitad de lo habitual).

Esa exclusión implica que queda desierto el servicio programado, el que se encarga del traslado de los pacientes que acuden a rehabilitación, de la vuelta a casa tras el alta hospitalaria o del desplazamiento para tratamientos que implican viaje en ambulancia. Un lote para el que no se presentaron ni Ambuibérica ni Ambulancias Maiz (UTE Cansalud), que coincidían en que no salía rentable. Sólo SSG presentó doble oferta, pero la compañía andaluza «no cumple» con los criterios exigidos, según la valoración técnica. Hubo una cuarta firma que llegó a licitar para el transporte programado (Diavida), pero que fue eliminada en la fase inicial.

Ambuibérica, que hace más de un año pidió incluso la rescisión del contrato (el SCS le dijo que no), por el «desequilibro económico» que le generó la polémica sentencia de las horas extra, también aseguró sin tapujos –tras conocer la cuantía del nuevo pliego– que se presentaría con intención de continuar su trayectoria en Cantabria, pese a los múltiples conflictos laborales que ha acumulado por el camino. El problema ahora es cómo se conjuga el nuevo contrato, limitado al servicio urgente, con la parte del programado, que también gestiona Ambuibérica con una prórroga del anterior.Ante este panorama, ahora la 'patata caliente' vuelve a estar en la Consejería de Sanidad, que tendrá que buscar una solución, más allá de volver a sacar a licitación esa parte del transporte programado, para adaptarse a un escenario que nunca se había dado antes. De lo contrario, podrá darse la circunstancia de que las condiciones laborales de los trabajadores de las ambulancias no sean las mismas para todos.

La explicación a esas diferencias está en la aplicación del nuevo convenio colectivo, que contempla subidas salarias desde el momento en que se adjudique el nuevo contrato. Pero, según el resultado del concurso (aún es provisional), esas mejoras sólo llegarían a los 330 empleados que cubren el transporte sanitario urgente, que es el que será adjudicado, una vez pase el periodo de impugnaciones y se confirme el triunfo de Ambuibérica, que seguiría así la andadura que empezó en Cantabria hace una década.

¿Pero qué ocurrirá con el centenar de trabajadores del transporte programado? La repetición del proceso puede prolongarse durante meses, un tiempo en el que no percibirían las subidas en la nómina que sí llegarán a sus compañeros del urgente. La salida, a juicio de fuentes sindicales, sería que el SCS realizara, con carácter de urgencia, un contrato puente, con una duración concreta y una cuantía mayor de la actual, mientras elabora el pliego, se convoca y se adjudica, para garantizar así las mismas condiciones a esa parte de la plantilla.