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Mirando al cielo, con los brazos extendidos y al borde de romperse, Miguel Ángel Revilla no podía olvidarse de su amigo, de su hermano, del hombre que le ha acompañado durante los últimos 40 años: «Con Rafa presente, siempre presente». Sus palabras arrancaron el ... aplauso de los asistentes y la curiosidad de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de rojo socialista, que preguntó al presidente del Parlamento, Joaquín Gómez, «¿quién es Rafa?» entre confidencias.
El homenaje a su amigo recientemente fallecido fue el epílogo de una pormenorizada radiografía de su «gente muy especial». Esos amigos con los que, según confesó, tiene contacto muy a menudo e incluso algunos saben más de él que Aurora, su mujer. A ella, a sus hijas, Jana y Lara, y a su hermana Teresa les pidió que le siga aguantando. Después repasó uno a uno a los más de 25 invitados personales a los que había reservado un sitio vip para su investidura: el exfiscal general del Estado, Julián Sánchez Melgar; el exministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo; el periodista radiofónico Luis del Olmo, el primero que le hizo una entrevista nacional; el abogado José María Fuster Fabra; el padre Ángel, al que conoció en las fiestas de gente con dinero a los que iba a «sablear» para sus proyectos mientras otros se dedican «a comer los canapés»; el marqués de Santa Cruz, Álvaro Fernández de Villaverde, una de las personas que «siempre» le ha «defendido cuando estaba mal visto saludarme»; o Ana Rosa Semprún, aquella editora que le convenció para escribir su primer libro. Y, por supuesto, sus amigos Pío, Roberto y Arsenio, que son como sus hermanos.
Uno a uno, Revilla fue repasando algunas anécdotas en una inusual toma de posesión en la que dedicó casi más tiempo a hablar de sus amigos que a su discurso. Quizá porque al conocerlos tan bien era una forma de presentar al Revilla menos político en un patio del Parlamento en el que hubo tantas bienvenidas a los consejeros recién anunciados como despedidas a los salientes.
El aún responsable de Economía, Juan José Sota, le dijo a la ministra, con la que ha compartido unos cuantos consejos de Política Fiscal, que se jubilaba de la política en una conversación antes de empezar el acto. Los futuros consejeros de Educación, Marina Lombó, y de Medio Rural, Guillermo Blanco, que se estrenarán en estas funciones, reinaron en el 'saludómetro'. Fueron junto a Paula Fernández, titular de Presidencia, los más agasajados de la jornada tras el presidente. Había mucho 'pato cojo', una expresión usada en EEUUpara los políticos cuyo mandato está a punto de expirar, a la caza de una confirmación en el cargo o en busca de un nuevo destino. También fue la reaparición de la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, y todo su equipo. Su sucesor en el cargo, Pablo Zuloaga, que estuvo rodeado de la cúpula socialista, aprovechó el cargo para anunciar al próximo consejero de Sanidad.
Entre tanto baile de cargos, el Grupo Ensemble Instrumental de Santander, bajo la dirección de Daniel López, puso la nota musical con la interpretación de los himnos de Cantabria y de España.
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