![La ampliación del Pctcán permitirá casi duplicar el suelo disponible para empresas tecnológicas](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202205/13/media/cortadas/Terrenos%20ampliaci%c3%b3n%20PCTCAN05-kLI--1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
![La ampliación del Pctcán permitirá casi duplicar el suelo disponible para empresas tecnológicas](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202205/13/media/cortadas/Terrenos%20ampliaci%c3%b3n%20PCTCAN05-kLI--1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Si nada se tuerce, el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (Pctcán) contará dentro de dos años con 155.000 metros cuadrados más de espacio para que se puedan asentar empresas de base innovadora. La Consejería de Industria y el ente público que gestiona estas ... instalaciones ya han redactado el proyecto que permitirá al centro, donde se asientan gran parte de las compañías que trabajan en el ámbito de la I+D+i en la región, crecer hasta casi duplicar sus actuales dimensiones. La ampliación se hará hacia Camarreal, aprovechando una amplia zona de pradería, desde el lugar en el que se ubica la compañía Santander Teleport -en el extremo sur- hasta la zona delimitada por la curva de la S-30 y la N-611. Todo en el mismo lado de la autovía -a la izquierda en dirección a Torrelavega- en el que se encuentran ya las parcelas que ocupan oficinas y empresas.
No es la primera vez que se pone sobre la mesa la posibilidad de ampliar el Pctcán, pero desde el departamento que dirige Javier López Marcano afirman que en esta ocasión no es una idea difusa. Ya está redactado el proyecto para iniciar los trámites administrativos de manera inmediata. En concreto, lo que está finalizado es el documento con el que se pretende lograr la aprobación de un Plan Regional de Interés Singular (PSIR), la figura urbanística que se utilizará para el desarrollo de la actuación. En las próximas semanas, Industria enviará el texto a Ordenación del Territorio para que empiece a estudiarlo y posteriormente se pueda aprobar en Consejo de Gobierno. Con eso, el Ejecutivo sacará a licitación la redacción del proyecto definitivo y en 24 meses tendría que haber máquinas trabajando sobre el terreno para urbanizar el suelo.
83,6%del suelo del actual Pctcan ya está ocupado por empresas. De las 37 parcelas, hay solo ocho libres y está prevista la llegada de inversiones en los próximos meses.
80.000metros cuadrados de los 155.000 nuevos que se crearán estarán ocupados por edificios. El resto corresponderá a equipamientos, infraestructuras, zonas verdes o parques.
«No es una ocurrencia», apunta López Marcano, que insiste en la seriedad del documento y en la necesidad de acometer esta actuación. ¿Y por qué ahora? En este momento, el 83,6% del suelo disponible en el Pctcán está ocupado. De las 37 parcelas existentes, hay ocho libres -en la mayoría de los casos de pequeño tamaño-, con la previsión de que buena parte de ellas se ocupen próximamente con la llegada de nuevas iniciativas empresariales. «Las empresas están preguntando por ese suelo y en un corto espacio de tiempo lo vamos a llenar. Es necesario ampliar la oferta porque no sabemos en qué momento se puede abrir la siguiente oportunidad. Si eso pasa, no podemos encontrarnos sin espacio disponible. No podemos permitirnos que se pierda una oportunidad por no tener espacio», subraya el regionalista.
El documento elaborado por Industria no recoge todavía una estimación del presupuesto de la ampliación del parque. Dependerá en gran medida del coste de las expropiaciones y también del contenido del PSIR definitivo, que concretará los usos de cada terreno.
Aunque en la zona existen algunas viviendas, la mayor parte del terreno son fincas agropecuarias y praderas.
El Plan General de Ordenación Urbana de Santander de 2012 ya reservaba estos terrenos para suelo productivo. Con su anulación en 2015 por orden judicial, los suelos recuperaron su carácter rústico. Ahora, para la ampliación del Pctcan, Industria tenía dos opciones: tramitar junto al Ayuntamiento una modificación del PGOU en vigor -el anterior- y diseñar un Plan Parcial o la que ha elegido de poner en marcha un PSIR propio.
Un PSIR que, además, será relativamente sencillo. El Gobierno entiende que su redacción y la evaluación ambiental estratégica no encontrarán grandes contratiempos por las características del espacio. Según los estudios previos, los suelos son eminentemente agrarios sin ninguna protección especial, tampoco están afectados por el Plan de Ordenación del Litoral (POL) y no hay zonas de protección patrimonial, cultural ni que afecten a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, un asunto que suele ser problemático.
La figura del PSIR permitirá también que el órgano de expropiación de los terrenos sea la propia Consejería y no el Consistorio de la capital, lo que de nuevo permitirá agilizar el proceso en los despachos. Habrá que expropiar algunas viviendas y para los afectados la solución que se va a proponer es la misma que se aplicó con los terrenos del Pctcán actual: antes del justiprecio, se ofrecerá una reubicación en la zona. Además, hay algunas fincas ganaderas y la mayor parte del terreno son praderas.
De los 155.000 nuevos metros cuadrados, en 80.000 se levantarán los nuevos edificios para que se asienten las futuras empresas tecnológicas que elijan este espacio para crecer y desarrollarse. El resto tendrá distintos usos que determinarán el PSIR resultante. En esos espacios restantes también se incluirán equipamientos de distinto tipo, zonas verdes o parques y jardines. Y habrá un espacio de servidumbre para la línea ferroviaria de la antigua FEVE -la que usan los trenes de Cercanías que llegan desde Cabezón de la Sal-, que atraviesa y divide en dos partes los terrenos.
Lejos de ser un inconveniente, el director general del Pctcan, Raúl Huerta, entiende que puede ser una oportunidad. Su pretensión es solicitar al Ministerio de Transportes la creación de un nuevo apeadero que dé servicio al Parque Científico y Tecnológico y que puedan aprovechar las personas que diariamente llegan desde lugares como Torrelavega para trabajar en las distintas empresas.
Por otra parte, la intención de la Consejería de Industria es sentarse con el Ayuntamiento de Santander para recoger sus aportaciones al proyecto. Especialmente en aspectos como la creación de infraestructuras de movilidad y carreteras. También plantearán un convenio que recoja la posible creación en el Pctcan de un espacio libre de impuestos -exenciones que ya se han implantado en otros parques similares de España- para facilitar la llegada de inversiones.
La filosofía de un parque científico y tecnológico es mucha más ambiciosa que la de un polígono al uso, pero en paralelo a la ampliación del Pctcan, la Consejería de Industria trabaja en la posibilidad de habilitar suelo industrial ordinario al otro lado de la autovía, en la zona de Rucandial. Una posibilidad de la que también se lleva tiempo hablando y que, precisamente el PRC, llevó al Pleno de Santander hace tres años en forma de moción.
En Industria dan por hecho que el Ayuntamiento de Santander no solo aceptará de buen grado el proyecto de ampliación del Pctcan, sino que colaborará para que sea una realidad lo antes posible. Aunque el contexto político era otro, un proyecto similar ya provocó un agrio enfrentamiento en 2011 entre el Gobierno de Cantabria y el Consistorio. Y más concretamente entre los entonces consejero de Industria, Juan José Sota, y alcalde, Íñigo de la Serna.
Sota ya tenía en mente el proyecto de ampliación, pero consideraba que el Plan General de Ordenación Urbana que estaba a punto de cerrar por aquellas fechas Santander ponía dificultades a este desarrollo. Para evitarlas las «trabas»urbanística de la ciudad, que tenía sobre la mesa una iniciativa industrial distinta, el socialista afirmó que no le temblaría el pulso de impulsar el proyecto de forma unilateral, sin la colaboración municipal. Precisamente con la figura de un PSIR.
El consejero, al margen de acusar a De la Serna de apropiarse del proyecto presentado por el Gobierno, lo tachó de «mentiroso». Estas palabras de Sota fueron tomadas por el Ayuntamiento como una «amenaza» y tachadas de «actitud dictatorial». Finalmente, no se hizo ni lo uno, ni lo otro.
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