Andrea Gallardo: «Participar temprano en los talleres es un éxito»
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Asociación AFAC. Familiares de Alzhéimer de cantabriaAndrea Gallardo (Santander, 1986) forma parte del equipo de profesionales de la Asociación de Familiares de Alzhéimer y está inmersa en el desarrollo del programa de envejecimiento activo saludable en entornos rurales 'Detección precoz de demencias en el medio rural', que cuenta con fondos de la Fundación 'la Caixa'.
–¿Cuánta gente hay afectada con Alzhéimer o demencia en Cantabria ?
–En Cantabria no existe un censo, pero las cifras estimadas son de alrededor de 10.000 personas que padecen directamente la enfermedad y si tenemos en cuenta las consecuencias que tiene dicha patología tanto para los enfermos como para su entorno familiar, podríamos estar hablando en torno a las 24.000 personas afectadas tanto de forma directa como indirecta.
–¿Cómo se puede entrenar la memoria?
–En los numerosos talleres de entrenamiento de la memoria que se desarrollan desde la asociación se trabaja el aspecto cognitivo y emocional y el entrenamiento en estrategias, técnicas de memoria y habilidades y su adaptación a las Actividades Básicas de la Vida Diaria. Se trabajan diferentes capacidades: la atención y lenguaje mediante actividades de lectura, razonamiento matemático, lógico y sencillo en forma de números y cantidades, ejercicios de atención y concentración basados en la identificación, localización, discriminación de imágenes, objetos y palabras; ejercicios para la memoria a corto plazo, medio plazo, memoria semántica, episódica , textual, visual…
–¿Cuáles son los primeros síntomas de pérdida de la memoria?
–El paciente sufre un ligero trastorno de la memoria, difícil de diferenciar de la fatiga, falta de motivación o cuadros de ansiedad. Sufre despistes frecuentes, se olvidan fechas importantes o eventos, repiten varias veces la misma pregunta, dejan cosas en sitios que no recuerdan, problemas de orientación temporal y espacial, comienzan a presentar problemas para realizar actividades instrumentales como una comida elaborada, manejar cuentas mensuales, problemas para mantener una conversación, en ocasiones dificultades para encontrar la palabra adecuada, falta de motivación… Suelen ser los compañeros de trabajo o la familia quienes detectan estos problemas, ya que el propio paciente suele quitarle importancia a sus fallos. También presentan ansiedad y depresión.
–¿Cuáles son los momentos más difíciles para el enfermo de Alzhéimer?
–Los momentos más difíciles son en estadios iniciales de la enfermedad cuando son conscientes de los fallos que se están produciendo en su vida diaria y piensan sobre aspectos como la carga que podría suponer para sus familias. Otro momento difícil es cuando una persona padece afasia, trastorno del lenguaje que dificulta la capacidad para comprender y expresarse adecuadamente, por lo que se reducen sus relaciones sociales y genera situaciones de soledad no deseada.
–¿Cuál es la mayor dificultad para sus familiares?
–Es complicado el proceso de aceptación, una vez establecido el diagnóstico clínico, dificultades para comprender la enfermedad, los cambios que se van produciendo y el manejo de las situaciones cotidianas, desconocimiento tanto de recursos y servicios disponibles y las diferentes terapias no farmacológicas que ayudan a ralentizar el progreso de la enfermedad.
–¿Qué consejos les da cuando empiezan los síntomas?
–En primer lugar, si no existe un diagnostico clínico de la enfermedad, se deriva al médico de atención primaria y a la red pública del sistema sanitario. Además, la asociación ofrece apoyo psicológico a lo largo de todo el proceso para contribuir a una adecuada gestión emocional y bienestar personal , así como pautas para la comprensión y abordaje de la enfermedad. Se resalta la importancia de comenzar a participar temprano de las diferentes terapias no farmacológicas es un éxito para ayudar a mantener la capacidades que aún preservan y ralentizar el deterioro tanto cognitivo como físico producido por la enfermedad, poniendo en conocimiento los diferentes talleres y recursos existentes así como la idoneidad de cada uno de ellos en función de la fase de la enfermedad en la que se encuentren.
–¿Está creciendo la proporción de pacientes con menos de 65 años?
–Cada año desde la asociación notamos que de todas las demandas que recibimos anualmente, el porcentaje de personas menores de 65 años que padecen la enfermedad va aumentado. En algunos casos son personas que se encuentran en estadios iniciales de la enfermedad, en otros en un estado ya más avanzado de la enfermedad que llevan algunos años padeciéndola.
–¿Cuál ha sido el momento más emotivo que ha vivido en su trabajo actual?
A nivel personal, los momentos más emotivos y reconfortantes vividos diariamente son las muestras de agradecimiento de los familiares por la ayuda y el apoyo que se les proporciona y poder observar en diferentes personas afectadas por la enfermedad que mantienen las capacidades y su autonomía personal e independencia el mayor tiempo posible, fruto del trabajo diario.
PATROCINADO POR FUNDACIÓN LA CAIXA
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