«Los animales no juzgan y son honestos»
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Su especial conexión con los animales, a través de Cabárceno y de África, le ha forjado una reputación internacionalHay días en los que a Marina Cano le gustaría ser una cebra y a menudo se siente más a gusto entre los animales que entre los hombres. Esta fascinación por el mundo animal la ha ido adquiriendo a través de los años y de ... observar a través del objetivo de su cámara durante dos décadas. Su complicidad con ellos ha llegado a tal punto que esta santanderina es considerada una de las mejores fotógrafas de naturaleza, con prestigio internacional. Todo empezó en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. De las horas que pasaba mirando y retratando a los animales. Y, como no podía ser de otra forma, África es su cénit, donde pasa gran parte del año.
–Se define como fotógrafa de la naturaleza. ¿Cómo llega a esta especialización?
–Hay dos razones principales. Una, que vivo a quince minutos de Cabárceno. La otra es que, en un momento determinado, tras ir con mucha frecuencia al parque a hacer fotografías, dentro de mi cabeza se produce un clic donde todo da un giro y mi carrera como fotógrafa desemboca en torno a la naturaleza. Vengo del mundo de la música, pero desde muy joven me gustaba la fotografía. Comencé haciendo paisajes, retratos… Hasta que me enamoré de Cabárceno y años más tarde me profesionalicé.
–«La mirada de los animales es más interesante que la de muchos humanos». Esta frase es suya. ¿En qué momento decide que es más interesante fotografiar a la naturaleza que a los hombres?
–Me reafirmo. Esta percepción que tengo de los animales tiene que ver con mi forma de ser. Mi carácter es introvertido y me encuentro muy a gusto con los animales. Ellos no juzgan. Son honestos, reales y siento una paz increíble a su lado.
–El Parque de la Naturaleza de Cabárceno y África son sus dos principales referentes. Por partes. Volviendo a Cabárceno, ese enamoramiento se ha mantenido con los años.
–Cabárceno es el germen donde empecé a fotografiar fauna, hace veinte años. Un enclave que ha sido mi escuela, mi campo de juegos y entrenamiento previo a mi destino final en África. Desde hace doce años imparto cursos de fotografía de naturaleza en el parque, a los que asisten personas de todo el mundo. Es un lugar emblemático.
–¿Cómo llega a África?
–Fotografiando en Cabárceno, me propuse ir al origen, al lugar de donde provenían esos animales. Pero, por entonces, mi hija era muy pequeña, así que África se convirtió durante largo tiempo en un sueño, que se me antojaba tan lejano como Marte. Una vez que conseguí materializarlo, la distancia 'interestelar' se convirtió en un simple vuelo de avión. Siento que es mi lugar. Hay un dicho precioso que hago totalmente mío: 'soy africana, no porque haya nacido en África, sino porque África ha nacido en mí'. Mi trabajo en este maravilloso continente se centra en safaris fotográficos.
–Es embajadora de Canon en Europa en la especialidad de fauna. Los embajadores de esta firma tienen en común su compromiso con algún aspecto de la sociedad. El suyo es en pro de la conservación.
–Los fotógrafos tenemos el deber moral de poner nuestro foco en la conservación. Tenemos un gran altavoz. Y más ahora, con las redes sociales. Utilicémoslo para dar voz a quien no la tiene, como los animales. Debemos hablarle al mundo de los esfuerzos que hay que hacer por preservar y conservar una naturaleza que, por causa de la acción del hombre, tanto a través de la caza furtiva como de la demanda sin precedentes de tierras, agua y energía, se encuentra extremadamente expoliada. Colaboro con distintas asociaciones internacionales que trabajan sobre el terreno en conservación.
–También ha sido portada del National Geographic y finalista del prestigioso concurso de la BBC Wildlife Photographer of the Year, en 2015. ¿Cómo ha llegado a diferenciarse de esta manera en un mundo como el de la fotografía, tan saturado?
–Hay unos siete billones de personas sobre el planeta y, de estos, unos seis billones hacen fotografías ya sea con un móvil o una cámara (risas). Yo creo que consigo diferenciarme del resto gracias a la emoción. Es pura conexión entre el sujeto, en mi caso los animales, y la persona que mira a través del objetivo. Escojo los momentos que a mí me emocionan y parece que también conmueven a quien ve mis fotografías.
–Otra gran embajadora de Cantabria, Celia Tejada, quien reparte su vida entre California y Valderredible, ha creado una plataforma que conecta a artistas del mundo.
–Celia es una visionaria, una mujer emprendedora y llena de energía. De su mano nace un proyecto espectacular y ambicioso, que une mis fotografías de naturaleza con una de las marcas de ropa más prestigiosas de América: Banana Republic. Como embajadora de esta plataforma espero poder conectar al mayor número de personas posible con la naturaleza más salvaje.
–¿Otro proyecto pendiente?
–Tengo varios proyectos fotográficos, pero me atrae especialmente salir de mi zona de confort africana y fotografiar en otros destinos. Estoy preparando un trabajo con un colega chileno de National Geographic en la estepa de Patagonia para fotografiar a uno de los felinos más fascinantes del planeta: el puma.
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