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De los grandes hitos como el inicio de las obras del tercer carril de la A-67 –la actuación de mayor importe por presupuesto del Estado en Cantabria en la última década– a la reactivación de los contratos de conservación de carreteras autonómicas que quedaron ... paralizados por el 'caso Obras Públicas' o la construcción por parte de la Consejería de proyectos más pequeños pero con gran impacto para los ciudadanos como la variante de Sarón. El que está a punto de arrancar será un año con un importante número de novedades para todas aquellas vías esenciales que aún están pendientes de ponerse en marcha. Más de 240 kilómetros de carreteras. Unas dependientes del Estado y otras de Cantabria, que en 2024 presentará también su Plan de Carreteras de aquí a 2030.
Ha costado mucho, pero llegará en 2024. El Ministerio de Transportes iniciará a principios del año que está a punto de empezar la construcción de un tercer carril en la A-67 entre Polanco y Bezana. En total 13 kilómetros de trazado para descongestionar la conexión entre Santander y Torrelavega y aumentar la seguridad. Un proyecto complejo con una inversión 173 millones de euros y que no estará acabado hasta dentro de seis años –el doble de lo previsto inicialmente–. Eso provocará que, sumado a la creación del nuevo ramal de continuidad de Sierrapando a Requejada, los usuarios que hagan este viaje todos los días encadenarán más de una década sufriendo las consecuencias de las obras.
Decía en una entrevista en este periódico el ministro Óscar Puente que en el caso del ramal de continuidad de la A-67 para deshacer el nudo de Torrelavega en la parte de calzada que compartía hasta ahora con la A-8 aún no se puede hablar de retrasos, ya que el plazo de ejecución acaba en 2025. Lo que se le olvidó decir al titular de Transportes es que esa es la enésima fecha que se da desde Madrid tras otros tantos modificados en el proyecto, bien por cambios en la solución o por la falta de inyecciones de dinero por parte del Gobierno de España. Si no hay más sorpresas negativas, a lo largo de los próximos doce meses el avance de los trabajos debería ser ya más evidente.
De los 71,4 kilómetros que sumará la futura A-73, la autovía entre Aguilar de Campoo y Burgos que permitirá ahorrar 33 kilómetros y 20 minutos a los cántabros que viajen a Madrid –y viceversa–, tan solo se han abierto 22,2 kilómetros. El proyecto, que se ha encontrado con múltiples contratiempos, avanza muy lento desde su paralización por la crisis económica de 2008, pero poco a poco empiezan a aparecer nuevas noticias. La última es que ya está en obras un cuarto tramo –de los siete totales– entre Montorio y Quintanaortuño (11,5 km.) Habrá que esperar tres años para que acaben los trabajos y lo deseable es que en ese tiempo el Ministerio adjudique el resto de las partes del trazado que siguen pendientes.
La reforma integral de la carretera del desfiladero, que supondrá una inversión para el Ministerio de Transportes de 60 millones de euros, comenzó en junio de 2022. Hasta mediados de 2026 no estará totalmente finalizada, pero los trabajos sobre el terreno ya son evidentes y están dando frutos. De hecho, durante el año que empezará en unos días abrirán algunos tramos en los que ya se ha ampliado la calzada, eliminado curvas y asegurado las laderas frente a desprendimientos. Por ahora, al contrario que el nudo de Torrelavega, esta actuación sobre 20 kilómetros de carretera nacional sí se ajusta al calendario.
Sin novedad en el frente. Desde que el exministro cántabro Íñigo de la Serna cesó como titular de la cartera de Fomento no se ha vuelto a hablar del tercer carril de la A-8 con destino Bilbao, salvo en contadas excepciones. Sigue el trabajo en los despachos y el asunto está atascado en la redacción del anteproyecto por la solución para Saltacaballo, con dudas sobre si es mejor ampliar el túnel o hacer un nuevo viaducto. El trazado entre Solares y el límite con Vizcaya es de 59 kilómetros y durante 2024 no se esperan noticias, al contrario de lo que ocurrirá con la A-67.
La aparición de suelos contaminados por la actividad industrial de la zona ha obligado al Gobierno de Cantabria y a la empresa adjudicataria a realizar un modificado de la obra, que elevará su coste en un millón de euros –hasta más de 8 millones–, pero que no afectará al plazo de ejecución. Si no surgen contratiempos, la nueva carretera entre Duález y Viveda (2,2 kilómetros), que servirá de alternativa a la saturada nacional N-611, estará inaugurada «a finales de 2024».
Pocos avances habrá a lo largo de 2024. De hecho, en el mejor de los casos a lo largo de esta legislatura tan solo se podrá hacer la licitación del futuro puente de Requejada y la carretera para unir Suances y Polanco, de tal forma que los trabajos arranquen a partir de 2027. La declaración de impacto ambiental que existía desde hace una década ha caducado y habrá que comenzar a redactar un nuevo documento desde el principio, pero el Gobierno regional afirma que hay un compromiso real y ha incluido esta obra de alrededor de 40 millones.
Fue uno de los asuntos destacados en el programa electoral que hizo presidenta de Cantabria a María José Sáenz de Buruaga. Tras seis meses en el Gobierno, el nuevo Ejecutivo ya ha dado los primeros pasos con la carretera Reinosa-Potes, pero son los primeros de muchos. Igual que ocurre con el puente de Requejada, tampoco estará funcionando esta legislatura. Para 2024 –más bien principios de 2025– podría estar listo el estudio informativo que acaba de adjudicarse.
La carretera para unir la S-10 y la S-30 entre Camargo y Villaescusa comenzó hace más de una década y se dividió en tres tramos: el primero se inauguró en 2009, el segundo en 2013 y el tercero acaba de licitarse por tercera vez, por lo que la obra comenzará el año que viene. El Gobierno cántabro espera que esta sea la definitiva y pondrá 17 millones para un trazado de 650 metros que tiene como punto más complejo el puente sobre la ría de Solía.
La Consejería de Obras Públicas licitó la obra para renovar y mejorar la seguridad en la carretera CA-322 entre Mogro y Mar por 5 millones de euros en 2022, pero la actuación no ha comenzado por el malestar de los vecinos con el proyecto. En concreto, por la afección a espacios de valor natural y algunas expropiaciones. El nuevo titular de la cartera, Roberto Media, se ha comprometido a revisar el trazado a lo largo de 2024 antes de empezar a actuar en esos seis kilómetros de vía.
Sus ayuntamientos consideran fundamentales la realización de estas obras, pero las variantes de Sarón, Renedo y Los Corrales están en tres momentos procesales distintos. La de Cayón es la que va más avanzada y, tras estar lista la propuesta de adjudicación, el año que viene tendrían que comenzar las obras para crear la nueva carretera de 4 kilómetros. En Los Corrales acaba de salir a licitación no la obra, sino su estudio informativo para definir las alternativas. Aquí el horizonte temporal es el de toda la legislatura. Y en Piélagos ese mismo trámite se hizo en 2020, pero el asunto va lento porque la obra es bastante más compleja, ya que también depende de la ejecución de la duplicación de vía por parte de Adif y de los avances en La Pasiega.
El Ministerio de Transportes, que año tras año incluye partidas simbólicas en su Presupuesto para estas dos carreteras de montaña de Cantabria, ha ido dando pequeños movimientos al respecto. Licitación del contrato para redactar el proyecto, trámites ambientales, la búsqueda de espacios para depositar los vertidos que generen la reforma... Aun así, pasos insuficientes, porque aún no hay plazos concretos para las demandadas reformas de las carreteras que transcurren por los puertos de San Glorio y Los Tornos y cuyas actuaciones suman 23 kilómetros de trazado.
A medida que avanza la obra del centro logístico de La Pasiega también habrá que construir la nueva carretera que conectará este espacio industrial con la autovía S-30 en Villaescusa. Son casi 6 kilómetros de vía que desde el pasado noviembre ya tiene todos los parabienes ambientales y la alternativa definida. Lo lógico es que la Consejería de Fomento licite la obra el año que viene por más de 19 millones de euros. En un futuro, se creará también una conexión con la A-8.
Se lleva hablando mucho tiempo tanto de la variante de Potes (1,3 kilómetros) como de la de Lanestosa (2,7 km) y todo hace indicar que el año que viene no habrá grandes novedades. Desde luego, no las definitivas. En Liébana, la última noticia es de 2019, cuando la Demarcación de Carreteras anunció el trazado definitivo. En Lanestosa todo está parado en la tramitación ambiental.
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