Miguel Añó García
Secciones
Servicios
Destacamos
Miguel Añó García
Las cálidas temperaturas de los últimos meses y la falta de lluvia han propiciado un nuevo escenario climático. Una tendencia que se mantendrá durante el periodo estival, como avanzan los meteorólogos. ¿Cómo está afectando a la población alérgica? «Esta primavera la polinización se ha retrasado ... casi un mes, algo que ha favorecido a las personas que tienen alergia». Así lo explica el alergólogo cántabro Miguel Añó García, que augura «un buen verano» por la subida de las temperaturas y la bajada de los niveles de polen. «Al mismo tiempo, los niveles de ácaros en estos meses son mucho más bajos», así que el alivio llega también por esa vía.
–En una primavera tan calurosa como la que estamos viviendo, ¿cuál es la situación general de las alergias en Cantabria?
–En general, los niveles de alergia son moderados durante todo el año y se agudizan en los meses de marzo, abril, septiembre y octubre debido a los ácaros del polvo. Mientras que de abril a julio, la causa del aumento es el polen, principalmente de gramíneas salvajes. En la consulta diaria he visto mucha más patología en la zona rural que en Santander.
–¿Por qué hay tanta diferencia según la zona?
–Nuestro clima es fundamental a la hora de explicar las subidas y bajadas en los niveles de polen que van a producir los síntomas. Las lluvias intermitentes, pero no excesivamente abundantes, hacen que los niveles de polen bajen y no consigan llegar muy altos. También el exceso de calor va a favorecer que las gramíneas se sequen antes. Además, esta primavera, cuando correspondía iniciar la polinización, se ha quedado en un intento y ha retrasado su inicio casi un mes. Esto se ha producido porque las temperaturas intermedias no acababan de llegar. Y cuando han llegado nos hemos puesto en 28-30 grados. Este retraso en la polinización ha favorecido a los pacientes alérgicos.
–¿Qué repercusión pueden tener en los alérgicos las buenas temperaturas durante todo el año?
–Siempre he creído que teníamos temperaturas moderadas. Ni exceso de frío ni de calor. Pero sí que es verdad que el discreto aumento de temperaturas que se está observando con el cambio climático hace que las condiciones para el crecimiento de los ácaros domésticos sean mejores y que la floración sea más alta incluso durante los meses del año en los cuales no germinaban algunas plantas. El cambio climático consigue engañar el reloj biológico de las plantas.
–Estamos a las puertas del verano. ¿Cómo pasarán la temporada las personas alérgicas?
–Auguro un buen verano. Yo espero que de cara al periodo estival y desde mediados de julio, en cuanto empiecen a ascender las temperaturas, vayan bajando los niveles de polen tras secarse las plantas. Al mismo tiempo, los niveles de ácaros en estos meses son mucho más bajos.
–Durante el periodo estival también son muy comunes las picaduras de mosquitos. ¿Ve más reacciones alérgicas?
–Efectivamente hay más picaduras tanto de mosquitos como del resto de insectos como las pulgas o arañas. Cada una de ellas tiene sus propias características y en ocasiones son fáciles de distinguir, pero todas tienen una cosa en común y es que en los pacientes atópicos (alérgicos y con predisposición) la respuesta de su sistema inmunitario inespecífico es más potente. Esto es porque su ejército está más entrenado para defenderse de la agresión. Otro dato curioso es que podemos poner como un indicio claro de que estamos ante un paciente atópico cuando es a la única persona o a la que más frecuentemente le pican los insectos.
–¿El covid ha complicado las alergias? ¿Hay ahora más dudas sobre si los síntomas son de covid o es alergia?
–Ahora ya no, pero no te voy a negar que hubo un tiempo en que todo era o simulaba o parecía covid. Ambas patologías comparten muchos síntomas, como con cualquier otro resfriado, pero son pocas las veces que, hoy por hoy, dudo entre una clínica de covid y una de alergia. Si es más fácil que exista confusión entre otro proceso viral y el covid.
–En esta época del año la alergia al polen es la que más presencia tiene. Sin embargo, hay otros tipos que cada vez afectan a más personas: alergias a alimentos, animales, olores... ¿A qué se debe?
–Creo que la mejora en la calidad de vida y el exceso de pulcritud han ayudado a mantener el sistema inmune ignorante de lo que de verdad le hace daño. Esa falta de estimulación es la que hace que reconozca alérgenos como extraños cuando en realidad no lo son. El aumento de mascotas también ha favorecido un incremento de exposición y de alérgicos. La influencia de las mascarillas en los niños pequeños durante la época del covid creo que desgraciadamente no ha sido buena ya que como consecuencia vamos a observar y estamos observando un aumento de niños alérgicos a ácaros u otros neumoalérgenos cada vez en edades más tempranas.
–¿Cuáles son las alergias más comunes en Cantabria?
–Las más prevalentes en Cantabria son a los ácaros domésticos y, cada vez con mayor frecuencia, a los de almacenamiento. Por detrás irían los pólenes de gramíneas, algo de artemisia, parietaria, ciprés e incluso olivo; ya en la cola los epitelios de animales, sobre todo gato y perro, aunque sin olvidar conejo y cobaya. Respecto a alimentos siguen siendo la leche, el huevo, las leguminosas, los frutos secos, el pescado y el marisco, sobre todo. Un apartado especial merece la prevalencia y el aumento de incidencia de alergia en algunas zonas como Santoña, Colindres o Castro Urdiales frente al anisakis, parásito del pescado.
–¿Y respecto a los medicamentos?
–En este caso son los antibióticos que más utiliza la gente. Por ejemplo, los betalactámicos y los antiinflamatorios no esteroideos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.