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Como una fiesta sorpresa de cumpleaños, todo fue un montaje preparado en secreto para que el jefe superior de la Policía en Cantabria, Héctor Moreno, no sospechara nada. A escasos meses de su jubilación -le llegará pasado el verano-, la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, ... le impuso ayer la Orden del Mérito Civil, como hizo también con el coronel de la Guardia Civil, José Antonio Meré. Pero el plan ayer era que el responsable de la Policía no supiera nada hasta encontrarse de bruces con el homenaje. Y funcionó.
Cuando Moreno entró en Delegación de Gobierno, encontró a familiares, amigos y otros tantos compañeros de la Policía y de la Guardia Civil. Atónito, sin saber muy bien cómo reaccionar, se disculpó con ironía: «Me han fallado los servicios de inteligencia porque no tenía ni idea de todo esto».
Cogió aire, se apoyó en el atril y trató de deshacer el nudo de la garganta, porque la emoción lo embargó en varios momentos del discurso, especialmente cuando recordó a su hijo, fallecido recientemente. «Estoy seguro de que él estará hoy disfrutando lo mismo que lo estoy haciendo yo», destacó al respecto.
Moreno confesó sentir un gran honor por estar rodeado de «grandes amigos y compañeros». Después de 45 años de profesión, reconoció haber aterrizado en Cantabria «con el cuidado propio de quien no sabe muy bien cómo lo van a recibir».
-¿Fue un comienzo difícil?
-Me advirtieron de que tuviera tacto. Que tratara de no herir ninguna sensibilidad y que estuviera a la altura de las expectativas; pero el recibimiento fue tan caluroso, con tanto afecto, que me resultó muy sencillo.
-Como le sucede a otros jubilados, ¿echará de menos el día a día en el cuartel?
-La relación con los compañeros cántabros ha sido excelente. De estos años aquí me quedo con la entrega y dedicación de estos policías. Es cierto que yo me he desvivido por mejorar sus condiciones laborales, escuchando sus necesidades, atendiendo en lo profesional pero también en lo personal. Incluso logramos ampliar la plantilla. Pero me he encontrado con que nadie ha escatimado esfuerzos cuando los momentos eran más complicados.
-De su etapa en Cantabria, ¿qué logro recordará siempre?
-Todo el trabajo en tiempo de pandemia ha sido encomiable. Pero no puedo evitar ser un enamorado de la investigación y, por ello, destacaría la resolución del crimen del anciano que apareció atado, amordazado y asfixiado en un garaje de Santander.
-¿Y sobre el futuro?
-Esta etapa en Cantabria ha sido tan favorable e interesante que he decidido continuar mi vida en esta región. Luego, ya veremos.
Al final, entre reconocimientos mutuos, la cita de ayer en Delegación de Gobierno terminó por convertirse en un sentido repaso por lo que han sido estos dos últimos años, con una pandemia de por medio que ha traído dificultades pero que también ha ayudado a estrechar lazos profesionales y también personales.
La emoción embargó a Quiñones, que en una intervención sincera reconoció a los altos mandos, Moreno y Meré, pero sobre todo a las personas que hay tras el cargo. «Nunca me hicisteis sentir inseguridad ni dudas cuando todo alrededor eran cambios e incertidumbres. Siempre fuisteis colaboradores aliados y entregados a ayudarme en todo momento», confesó con lágrimas en los ojos. «Nunca lo olvidaré y estaréis por siempre, Héctor y Luis, en mi memoria».
Los aplausos también fueron dirigidos ayer al ya excoronel de la XIII Zona de la Guardia Civil, Luis del Castillo, y cuyo ascenso a general de brigada se publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE). «He tenido la inmensa suerte de venir a mi tierra y trabajar aquí en los últimos cinco años», reconoció el que ahora se convertirá en nuevo general en Castilla y León.
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