«No es una técnica nueva, pero sí es nueva la forma en que lo comenzamos a aplicar a pacientes de covid. Pensamos que a la espera de la vacuna, que motivará la producción de anticuerpos en las personas, quizá una solución de choque era inyectar anticuerpos de otras personas que ya han pasado la enfermedad». Desde el Servicio de Hematología del Hospital Valdecilla, Montse Briz es la coordinadora de este experimento en Cantabria, junto al doctor Íñigo Romón. Un proceso cuyos beneficios aún se desconocen, «pero contamos con que son mucho mayores que los posibles perjuicios», apunta la hematóloga, que se ha apoyado en profesionales de otros servicios para poner en marcha este plan.
Hasta el momento son 143 pacientes los que han sido tratados con el llamado plasma hiperinmune de pacientes que ya habían pasado el virus. La iniciativa comenzó en marzo, en el peor momento de la primera ola. Entonces la técnica era todavía muy incipiente. «Nos faltaba incluso la manera de comprobar cuál era el nivel de anticuerpos de cada paciente. Más tarde, con el paso de los meses, se han estandarizado las técnicas», explica Briz.
«Cualquier donante puede inscribirse en nuestra web. La extracción dura unos 45 minutos y cada persona ayuda a dos enfermos»
Cristina Amunárriz | Banco de Sangre y Tejidos
Cuando todo estuvo operativo ya era algo tarde. «El pico de hospitalizaciones había pasado; pero, aún con todo, probamos». Lo idóneo es que el paciente reciba la transfusión en los primeros compases de la enfermedad, porque después, a medida que pasan los días y la situación se agrava, quizá el tratamiento es menos eficaz. Los 143 enfermos tratados con esta técnica en Cantabria han sido ingresados en UCI o en planta con síntomas agudos. «En estas situaciones nos vemos obligados a probar con todas las posibilidades a nuestra mano».
Los riesgos del procedimiento son los mismos que presenta una transfusión sanguínea al uso. Y para descubrir los beneficios habrá que esperar aún un tiempo. «Estamos trabajando en un estudio nacional liderado por el Hospital Puerta de Hierro de Madrid junto al Instituto de Salud Carlos III. Se está analizando la diferencia en el curso de la enfermedad en enfermos que fueron tratados con plasma y los que no. Participamos 23 hospitales de toda España y los resultados los conoceremos pronto», explica la hematóloga.
«Lo importante no sólo es salvar vidas, es que puede mejorar los síntomas y el sufrimiento de cualquier paciente que está mal»
Borja Suberviola | Unidad de Cuidados Intensivos
«Lo importante no es sólo si mejora la supervivencia de los enfermos que se encuentran en situación más crítica, sino si permite que tengan una leve mejoría respecto a la necesidad de respiración asistida, por poner un ejemplo», detalla Borja Suberviola, médico de Medicina Intensiva, que ha visto la evolución de este tipo de pacientes tratados con anticuerpos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Valdecilla.
El procedimiento
Desde el Banco de Sangre y Tejidos de Valdecilla se ha realizado un llamamiento por redes sociales para animar a los nuevos donantes de plasma en este proceso denominado aféresis. «Es como una extracción de sangre al uso, que dura unos 45 minutos», explica la doctora Cristina Amunárriz. «Solemos preferir los perfiles que son donantes habituales, porque ya conocemos sus características y sabemos que son personas que cumplen los requisitos». Lo idóneo es que no hayan pasado más de tres meses desde que el donante pasó la enfermedad y es preferible que presentara algún síntoma, dado que esto incrementa las posibilidades de que haya desarrollado mayor número de anticuerpos. «Extraemos la sangre y en laboratorio extraemos el plasma, lo inactivamos y lo congelamos a -40 grados centígrados», comenta esta hematóloga.
«Todavía no conocemos los resultados; pero estimamos que son mayores que los posibles perjuicios, porque es como una transfusión de sangre»
El resultante de cada donación, que sirve para tratar a dos pacientes agudos, se distribuye por los diferentes hospitales de la región. «Por suerte, tenemos a día de hoy bastantes donaciones, pero pronto necesitaremos más», matiza Amunarriz. Cualquier interesado en donar puede inscribirse a través de la página web del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria (www.bscan.com) y rellenar los datos personales: nombre, apellidos, documento nacional de identidad, fecha de PCR positiva, síntomas sufridos durante la enfermedad, etc.
El donante
Juan Manuel Cerezo lleva trabajando en el Hospital Valdecilla año y medio. A sus 26 años, el pico de la pandemia lo sorprendió cuando rotaba por el servicio de Hematología en su etapa como médico residente. «Estuve de voluntario en la zona covid y me contagié. Lo pasé sin mayores síntomas, más allá de algo de dolor de garganta y de cabeza un par de días», confiesa. Pero la reacción inmune de su cuerpo fue suficiente como para producir anticuerpos contra el patógeno.
«Me calcularon el número, vieron que era adecuado para donar y me lo propusieron. Como había visto a la gente pasarlo tan mal no lo pensé y doné», relata. Lo hizo hasta en cuatro ocasiones y con ello ayudó a ocho enfermos. «Creo que en estos tiempos que vivimos hay que prestarse a esto. Yo soy sanitario y siento una especial responsabilidad por ello pero creo que cualquiera que pueda debería hacerlo», revela. «No duele, apenas son 45 minutos que pierdes y puedes estar haciendo un gran favor a alguien que lo pasa mal. Tan grande puede ser ese favor que no sabemos si quizá estás ayudando a salvarle la vida».
El paciente receptor
Gracias al altruismo de Juan Manuel, un hombre de 57 como Alberto Gutiérrez, médico en el Hospital Sierrallana, pudo beneficiarse del tratamiento con plasma hiperinmune. «Empecé con síntomas el 23 de octubre y estuve con ellos hasta cinco días», recuerda. «Al principio era fiebre y mialgias pero luego comenzó la fatiga». Entonces recibió asistencia médica. Le realizaron un escáner y observaron que tenía una neumonía bilateral. «Me explicaron en qué consistía este tratamiento y me ofrecieron recibirlo. Acepté sin pensarlo mucho porque me parece muy buena idea», comenta.
Es difícil conocer el resultado de la transfusión de plasma. Probablemente Alberto nunca sepa lo que podría haber empeorado de no haber recibido el tratamiento. «La enfermedad estaba ya en fase muy aguda y empeoré a los tres días. Pero, ¿cómo de mal me hubiera puesto de no recibir el plasma? No lo sé». Pasó seis días en la UCI y luego otros tres días ingresado en planta. Ahora, él se suma también a la cadena de donantes para el mismo fin: «Me han dicho que tengo que esperar para donar, pero en cuanto pueda lo haré para ayudar como en su día me ayudaron a mí».
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