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«Nada» por aplastante mayoría. Es la conclusión, «sorprendente» para expertos consultados por este periódico, de la pregunta que lanzamos a nuestros lectores en la web: ¿Qué debe hacerse con los que se niegan a vacunarse contra el covid?
Es un tema que genera intenso ... debate, sobre todo desde que planea la posibilidad de implantar la vacunación obligatoria si se siguen ejemplos de países como Austria, que encabeza la ofensiva contra los antivacuna. Un total de 12.021 personas decidieron responder a la pregunta durante los tres días en los que estuvo activa en el portal web www.eldiariomontanes.es y el 89% votó que «nada». Las otras dos opciones recabaron un apoyo residual. Sólo el 6% cree que hay que «exigir el certificado covid para acceder a interiores», cuando en estos momentos ya hay seis comunidades autónomas con la autorización judicial para que el documento que acredita la vacunación sirva de salvoconducto para bares y restaurantes (Galicia, Navarra, Cataluña, Murcia, Aragón y Baleares). Y sobre si habría que «obligarles a vacunarse por ley», apenas un 5% ha pinchado esta respuesta.
En Cantabria, el 91,8% de los mayores de 12 años ya están inmunizados contra el covid, lo que supone el 82,6% de la población total. Entre los 30.000 que todavía faltan (muchos porque aún no se les ha localizado), hay unas doce mil personas que no quieren vacunarse y así lo han manifestado, según datos actualizados por Sanidad el pasado 5 de noviembre.
Fernando Calderón - Divulgador científico
«No hay percepción de la gravedad de la situación. Si esta pregunta se hiciera con el hospital saturado y sin camas UCI por infecciones por coronavirus, el resultado sería muy diferente», opina el catedrático de Medicina de la Universidad de Cantabria (UC) Ángel L.M. De Francisco, al valorar los resultados de la consulta.
Para el divulgador científico Fernando Calderón, «no hacer nada con los que se niegan a vacunarse no es una buena opción», y cree que, como medida mínima a tomar, debería exigirse el pasaporte covid para acceder a determinados lugares públicos. En cuanto a la vacunación obligatoria, opina que «no es una medida descabellada, aunque entramos en el debate de las libertades públicas», y recuerda que la primera enfermedad que fue erradicada por el hombre, la viruela, lo fue gracias a una campaña masiva de vacunación que fue obligatoria en todo el mundo.
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No hay un perfil claro de los antivacuna, aunque sí que se conocen algunas de las motivaciones. El catedrático De Francisco señala que estos grupos tienen tres mensajes: «Son muy críticos con la industria farmacéutica, también critican la rápida fabricación de estas vacunas y que no han tenido tiempo suficiente de seguimiento para ver los efectos secundarios a largo plazo, y el tercero es que creen que las vacunas no controlan la infección y la gente vacunada puede infectarse e incluso morir». Y responde a los que usan el argumento de la excesiva rapidez: «Si tuviéramos que esperar cinco o diez años a ver los efectos de nuevos tratamientos que ya han demostrado su eficacia en estudios prospectivos aleatorios aprobados por las agencias reguladoras, nunca existiría ese medicamento porque no tendría un coste/beneficio soportable».
Ángel L. M. De Francisco - Catedrático de Medicina de la UC
Calderón añade a los que se oponen a cualquier vacuna por motivos ideológicos y, en este caso, al miedo por un antídoto logrado de forma tan rápida. Y un trasfondo insolidario: «Siempre hay gente que se quiere aprovechar del esfuerzo de los demás (los que se vacunan) para beneficiarse de los resultados (inmunidad de rebaño)».
El 79,2 de la población de España ya ha recibido la pauta completa (el dato en Cantabria es algo más alto). Es uno de los países con mayor proporción de vacunados del mundo, superando en más de diez puntos a casi todos los del resto de Europa. «Esto quiere decir que el alcance del movimiento antivacuna aquí es muy limitado», destaca Calderón, que cree que hay que seguir vacunando para llegar a esa inmunidad de rebaño, que se lograría con el 90-95% de la población inmunizada.
Para De Francisco, la razón de que España esté liderando el porcentaje de vacunados es «porque los ciudadanos han confiado, en su gran mayoría, en las indicaciones de los profesionales de su sistema sanitario (...) y saben que, no vacunarse, les perjudica no sólo a ellos, sino al resto». «No hacer nada no es una buena opción», insiste Calderón.
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