El Geoparque de Costa Quebrada
Antonio Cendrero y Felipe González
Domingo, 22 de septiembre 2024, 07:36
Secciones
Servicios
Destacamos
Antonio Cendrero y Felipe González
Domingo, 22 de septiembre 2024, 07:36
Me piden que escriba algo sobre Costa Quebrada, lo que hago con gusto. Su futura inclusión en la Red Mundial de Geoparques de Unesco es una gran noticia, un paso en un camino iniciado hace casi cinco décadas. A finales de los años setenta, miembros del Instituto Geológico y Minero de España y de la Universidad de Cantabria, desarrollaron un primer formato del Inventario Nacional de Puntos de Interés Geológico, aplicado en el sector oriental de la Cordillera Cantábrica e incluyendo, por su notable geomorfología costera, el tramo Santander-Liencres (publicación en 1983). En los años noventa y posteriores hubo diversos encuentros entre miembros de los centros citados, la asociación europea Progeo y la División de Ciencias de la Tierra de Unesco. Se sopesó la conveniencia de promover un geoparque en el marco de lo que inicialmente fue Red Europea de Geoparques (2000), y luego Red Mundial (2004). En 2007 se defendió en la Universidad de Cantabria (por la Dra. Bruschi) la que probablemente es la primera tesis doctoral sobre patrimonio geológico leída en España, que analizaba, entre otros, los valores de Costa Quebrada.
A finales de siglo el nombre 'Costa Quebrada' no existía. Por esas fechas lo inventó mi añorado amigo Jesús Mojas. Compartimos muchos momentos en la playa de Somocuevas, comentando la geología de la zona, de la que se enamoró. Con posterioridad al Prestige e impulsado ... por Jesús, nació el Grupo CQ (luego asociación), que pasó de labores de limpieza a la protección del patrimonio. El resto de la historia, y los incansables esfuerzos de Jesús para lograr un reconocimiento formal de Costa Quebrada, son bien conocidos.
Es muy importante tener claro que este paso no es la meta, sino el inicio del camino. El reconocimiento como Geoparque no es un fin, sino un medio. Puede ayudar a conseguir los verdaderos objetivos: aumentar la cultura científica de la sociedad y su comprensión del funcionamiento del planeta; impulsar la investigación científica sobre los procesos naturales; conservar el patrimonio natural y cultural; fomentar actividades realmente sostenibles (término tan gastado que casi ha perdido su significado); apoyar a los sectores productivos de la zona. El éxito (o fracaso) dependerá de que haya voluntad política, implicación de las administraciones y el sector privado, financiación continuada, implicación de la población local y, sobre todo, buen entendimiento entre todos los agentes interesados. Que haya suerte.
Esto se lo escuché a Jesús Mojas en varias ocasiones, y no le faltaba razón. Conocedor de las dificultades por las que pasan muchos de nuestros grandes monumentos naturales, sabía que lo más difícil empezaría al día siguiente de conseguir su ansiado sueño.
Y aunque el camino hasta llegar aquí no ha sido fácil, ahora llega el momento de poner a prueba nuestra capacidad de gestionar con acierto un espacio tan complejo, pues entrar en el selecto club de los geoparques mundiales de la Unesco no es solo un galardón, sino que lleva aparejado un compromiso de gestión y conservación sometido a evaluación continua. Teniendo en cuenta que Costa Quebrada implica la participación de ocho municipios, varias consejerías y el Ministerio de Transición Ecológica, se vislumbra a priori un escenario de difícil coordinación.
Es urgente entender cuanto antes que Costa Quebrada está sometida a una importante presión derivada de su intenso uso público, que se verá notablemente incrementada por su nuevo estatus. Sirvan de ejemplo de espacios naturales sufriendo del exceso de gente el bosque de las secuoyas de Cabezón, los acantilados del monte Buciero o las dunas de Liencres.
No se debe olvidar que el objetivo principal de esta figura es proteger y conservar los espacios incluidos en ese listado y no convertirlos simplemente en elementos turísticos. En el momento que se tenga clara esta prioridad será más fácil abordar las múltiples amenazas que se ciernen, desde la erosión y pérdida de suelo por la falta de una red de sendas bien conformadas, la proliferación de especies exóticas, los vertederos y construcciones ilegales o la 'basuraleza'.
La buena noticia es que esta declaración llega en un momento histórico en el que la restauración de la naturaleza se plantea como una prioridad global. En nuestras manos está por tanto que Costa Quebrada sea el escaparate donde mostrar como Cantabria es capaz de afrontar este reto de conservar para el futuro este increíble enclave natural.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.