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Ahora sí. La huelga de ambulancias del transporte programado del Servicio Cántabro de Salud (SCS) se anula antes de que se llegara a poner fecha al inicio de las movilizaciones. Diez días después del acuerdo alcanzado entre la Consejería de Salud y Ambuibérica para poder ... aplicar las subidas salariales contempladas en el nuevo convenio colectivo (pese a no haberse renovado la adjudicación por quedar desierto el concurso de este lote) y atajar la desigualdad generada con la plantilla del transporte urgente al dividirse el contrato en dos, CSIF acepta las condiciones negociadas y renuncia al conflicto. Lo que implica que en la próxima nómina, unos y otros –tanto los trabajadores aún pertenecientes a Ambuibérica (unos 150) como los que ya dependen de su nueva marca, Autransa, que es la adjudicataria del transporte urgente– percibirán los incrementos retributivos.
A comienzos de esta semana, ya había llegado a un preacuerdo que pintaba bien, aunque la respuesta definitiva quedaba a expensas del visto bueno de los profesionales a la propuesta de la compañía. Tanto el propio consejero, César Pascual, como las demás organizaciones sindicales del sector daban por hecho desde hace días que con la oferta planteada no cabía seguir adelante con la huelga –USO incluso llegó a darla por desconvocada hace una semana, pese a no suscribir el anuncio–.
En ese preacuerdo, Ambuibérica se había comprometido a realizar el pago «entre el día 10 y 15 de octubre de la paga de los 400 euros», así como a realizar la actualización de las tablas salariales y a incorporar el plus del transporte programado. De igual modo, había acordado «ampliar la antigüedad, pasando de 20 a 25 años para aquellos trabajadores que tengan derecho a ello».
Pero más allá de la reivindicación económica, que era el gran escollo, CSIF también exigía mejoras del servicio, tras denunciar abiertamente que las condiciones en las que se estaba prestando a los usuarios eran «pésimas» –con horas de retraso en las rutas que sufren a diario los pacientes que van y vienen al hospital en ambulancia (rehabilitación, diálisis, consultas y retorno tras el alta médico)–, como consecuencia de que «nos falta personal».
«Estamos desbordados», se quejaban los delegados de CSIF Gildo Cabañeros y José Alberto Ibargüen en declaraciones a este periódico. En este sentido, Ambuibérica se ha comprometido a realizar seis nuevas contrataciones, con la posibilidad de reforzar el servicio programado con otras tres adicionales, y a realizar las sustituciones de las bajas de larga duración en la plantilla.
Una cifra total que está por debajo de las necesidades que apuntaba el sindicato, que hablaba de hasta 25 refuerzos, pero que da por buena. Además, la empresa ha acordado la reparación de todos aquellos vehículos que no estén en condiciones óptimas para realizar los traslados con la calidad y seguridad que merecen los pacientes. Porque, a diferencia de la flota del servicio urgente, que al iniciar nuevo contrato debe renovar todas las ambulancias que superen la antigüedad indicada en el pliego (tiene un plazo de seis meses para ponerse al día), en el caso del programado aún tendrá que tirar con los vehículos que tiene hasta que se repita todo el proceso de licitación y se consiga un nuevo adjudicatario. Y cabe recordar que en el concurso frustrado solo se presentó la firma SSG, que fue descartada por no cumplir con los criterios exigidos en el pliego.
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