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El cuerpo del vecino de Unquera Alberto Bueno, desparecido en Llanes (Asturias) el 25 de enero, ha sido localizado en la costa francesa. Concretamente, en la playa de Des Casernes, en la localidad de Seignosse. A falta de los resultados de la prueba de ADN, ... su pareja ha identificado al hombre, de 41 años de edad, por un tatuaje mostrado por la Guardia Civil en unas fotografías tomadas por la Gendarmería francesa
«No podemos decir que está confirmado totalmente porque no tenemos los resultados de la prueba», explicaban ayer sus familiares más cercanos, reunidos en Portillo, de donde el desaparecido es natural, aunque actualmente residía en Unquera, en el barrio de El Llanzucu. A pesar de las cautelas, reconocían lo que previamente la Guardia Civil de Asturias había comunicado a este periódico: «Lo han identificado gracias a un tatuaje».
Fue el sábado a mediodía, cuando se enteraron de primera mano de la aparición, el día anterior, de un cuerpo en esa playa. Previamente, se había hallado otro cuerpo en Castro Urdiales, cuya coincidencia rápidamente se descartó –era el de una mujer de origen brasileño que había caído al mar–. Y antes, hubo al menos otras dos falsas alarmas. La última, en Pechón, cuando a los pocos días de iniciarse la búsqueda, alguien dio el aviso al 112 de que había algo flotando en la zona de El Castro. El intenso dispositivo que estaba en marcha, que en lo que respecta a la costa cántabra, llegó incluso hasta Comillas, se intensificó en este punto pero finalmente no se encontró nada.
En total, desde la desaparición hasta que la familia ha tenido noticias de Alberto, han pasado 37 largos días. Se le vio por última vez pidiendo auxilio en el mar, en la zona de los bufones de Santiuste, perteneciente al municipio de Llanes, algo que incluso fue grabado desde tierra por unos pescadores, los mismos que llamaron a Emergencias y quisieron tranquilizarle. «¡Que ya vienen!», se escuchaba en la grabación, que en pocas horas se había difundido por el municipio de Val de San Vicente. Pero cuando pudo llegar el dispositivo ya no encontraron al hombre. Lo que apareció fue su coche, en las inmediaciones del lugar, y el teléfono móvil.
Con estos indicios, la familia dio por hecho que era él quien había caído al agua. En las siguientes jornadas, sus allegados acudieron en busca de noticias a la zona donde se le había visto por última vez y donde se encontraba parte del dispositivo.
El operativo se inicio el mismo día de la desaparición con el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y la Unidad de Drones del SEPA. Se restableció el viernes y durante todo aquel fin de semana participaron los bomberos de Asturias, la ERIE subacuática de Cruz Roja, efectivos de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. La búsqueda se fue extendiendo hacia Cantabria y se mantuvo durante varios días.
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