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La extensa finca del albergue de Solórzano tiene varios cientos de metros de jardín, pero a los diez marineros de Burela allí confinados desde el pasado sábado no se les permite salir de las habitaciones. «Aquí vamos a tener que estar hasta por lo menos ... el martes que viene y siempre que nos digan que las pruebas PCR dan negativo». José Romero, patrón del 'Ledicia', uno de los tres barcos pesqueros que arribó el pasado fin de semana al puerto de Santoña, asoma medio cuerpo por la ventana para mantener esta conversación.
«Estamos tranquilos, no creo que hayamos cogido el virus y lo único que nos preocupa es si podremos volver a faenar pronto. Todo este tiempo que estamos aquí encerrados es dinero que perdemos», advierte; pero por ahora no les quedará más remedio que cumplir cuarentena.
Junto a su barco, otros dos más: 'El Sapilo' y 'Mar de Annea', amarraron a principios de la pasada semana en Santoña, en plena campaña bonitera. El viernes uno de los pescadores de esta última embarcación resultó positivo por coronavirus y el sábado otros dos compañeros arrojaron idéntico resultado. A modo de prevención, ellos y otros siete tripulantes -todos provenientes de la localidad gallega de Burela, donde hace días se descubrió un importante rebrote- fueron confinados en el albergue de Solórzano.
José Romero- Patrón del 'Ledicia'
«Es comprensible que se haga esto, es lo que nos ha tocado, qué le vamos a hacer», lamenta Romero minutos después de que un equipo de sanitarios los realice las pruebas PCR. Además del de ayer, deberán pasar otros test idénticos hasta el próximo martes, cuando se cumplirán diez días desde su entrada en el confinamiento. Tiempo que estipula el protocolo del Ministerio de Sanidad para dilucidar si una persona ha sido infectada o no, o lo que es lo mismo, lo que se supone que tarda el virus en dar la cara tras la incubación.
Curiosos por las voces que escuchan en la calle, otros dos marineros abren la ventana. Son Simao Gómez, pescador de 'El Sapilo', y José Manuel Prado, su patrón, que comparten habitación. Parecen tranquilos, aunque se confiesan bastante aburridos: «Nos tratan muy bien, pero no tenemos televisión ni podemos movernos de este cuarto. Es bastante frustrante pero no podemos cambiar lo que nos ha tocado. Hay que pasarlo», resume el patrón.
José Manuel Prado- Patrón de 'El Sapilo'
Visto el resultado negativo de la prueba PCR, se ha quedado más tranquilo. «Nos han hecho lo de la nariz y no hay rastro del bicho».
Todos tienen a la familia bien informada en Galicia, pero nadie va a venir a visitarlos. «¿Para qué? ¿Para dos días, y encima sin poder vernos más que desde la calle? No». Más cerca están sus contactos estrechos en la región. Las personas con las que han tenido más interacción desde el pasado lunes en que llegaron a Santoña.
Los rastreadores de Sanidad tienen vigiladas a 22 personas en Cantabria. «Pero no creo que haya problema con eso», explica Prado. «La verdad es que hemos llegado a puerto el lunes pero hemos estado saliendo a la mar todos los días. Hemos estado trabajando». «Si acaso hay que ir al supermercado y demás, pero apenas hemos hecho mucha vida por Santoña pueblo», certifica.
Conocido el detalle de que los barcos gallegos llevaban amarrados en Santoña desde el pasado lunes, la preocupación ha crecido entre algunos vecinos de la villa marinera por la posibilidad de que alguno de los marineros que han dado positivo pudiera haber contagiado el covid por el pueblo. Precisamente por eso Sanidad mantiene en vigilancia –imponiendo la correspondiente cuarentena–, a 22 personas en Cantabria y a 10 en otras comunidades autónomas que han podido estar expuestas a la enfermedad por haber tenido una relación más estrecha con los tres positivos y el resto de pescadores (siete más) confinados en Solórzano.
En torno a ese colectivo de gente se han realizado ya al menos 23 test PCR y también un test serológico, indicado para detectar si una persona ha desarrollado anticuerpos por haber pasado la enfermedad. De todos estos contactos, siete son marineros, ocho trabajadores del sector del transporte pesquero y otros cuatro de establecimientos de Santoña donde los pescadores han podido relacionarse. Hasta el momento los únicos resultados positivos han sido los tres conocidos de los marineros contagiados.
Según el protocolo, deben aguardarse diez días para comprobar si una persona ha desarrollado la enfermedad tras ser expuesta al virus, con lo que las pruebas a los internos en Solórzano se repetirán el viernes, día 17, y por último el martes 21, cuando se cumple ese plazo. Quienes den negativo podrán abandonar el confinamiento.
Como no pueden salir de sus habitaciones -que ocupan de dos en dos en el caso de los siete que continúan dando negativo en las PCR, y de forma individual los tres positivos-, hablan entre ellos por teléfono varias veces al día. «Nos preguntamos qué tal estamos y el compañero que tenemos nosotros que ha dado que tiene la enfermedad está bien, no tiene síntomas. Así que eso nos deja tranquilos. Mientras todos estemos con salud, aquí no hay nada de qué preocuparse porque saldremos y volveremos a trabajar», sostiene Simao Gómez, nacido en Cabo Verde. Y mientras habla de su compañero, señala al piso de arriba, donde se encuentra encerrado.
En la tercera planta están más aislados los tres marineros con resultado positivo en covid. Uno de ellos, Manuel Martiz, también caboverdiano, saluda desde el interior de su cuarto. «Estamos bien pero tenemos que pasar la enfermedad. Tocará esperar», concreta, prudente, y sin quitarse la mascarilla para hablar, como si temiera contagiar desde lo alto del edificio a cuantos están abajo. Dice que es uno de los tripulantes del 'Ledicia', que apenas anduvieron por Santoña y que esto es «un golpe de mala suerte que le puede pasar a cualquiera».
Por eso el pasado lunes los visitó en el mismo albergue de Solórzano el patrón mayor de la cofradía de Burela, Basilio Otero, que los animó a tener fuerza «de cabeza» para superar el encierro de estos días que los va a tocar aguantar hasta el próximo martes.
Entretanto, a la entrada del edificio, los sanitarios recogen en bolsas precintadas las pruebas PCR y una de las trabajadoras habla por teléfono con la Consejería. Le indica que hay tres positivos -como ya es sabido desde hace días-, concreta la ubicación de cada uno en el edificio y da alguna explicación acerca de su estado, la sintomatología, etc. Ninguno parece estar pasando mal la enfermedad. Los que siguen dando negativo en PCR tendrán que esperar al próximo martes, día 21, en que previsiblemente serán desconfinados si efectivamente el resultado continúa siendo negativo.
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