
Silvia Gómez
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Silvia Gómez
Silvia Gómez Ríos (Santander, 1973) rehuye los focos. No le gusta llamar la atención y por eso la sesión fotográfica de esta entrevista -que despierta ... cuchicheos en el barrio de La Albericia- le exige un esfuerzo extra. Mientras posa junto al monolito que recuerda a las víctimas del atentado de ETA junto a la rotonda, un hombre, vecino de la zona, recuerda el episodio en voz alta. «A mí la bomba me reventó el coche, una mitad apareció en el tejado de la casa de allí delante», le cuenta al de al lado. Aquel 19 de febrero de 1992, pasadas las ocho de la tarde, los 25 kilos de amonal, cadenas y tornillos que se habían añadido como metralla, segaron también la vida del joven estudiante Antonio Ricondo, y del matrimonio formado por Julia Ríos y Eutimio Gómez, padres de Silvia. Por eso, aunque a la nueva presidenta de la Asociación Cántabra de Víctimas del Terrorismo (Ascanvite) no le guste ser el centro de atención, ha terminado por dar un paso al frente: «No podemos olvidar lo que sucedió», defiende.
-¿Esa es la principal razón de ser de esta asociación?
-Se formó en 2018 por un grupo de compañeros víctimas del terrorismo en Cantabria. Estamos en contacto ahora alrededor de ochenta personas que han sufrido esto en la región. Durante mucho tiempo he intentado vivir un poco al margen para tener una vida calmada, tranquila, pero en enero de este año me pidieron que tomara la iniciativa, también, porque soy una de las personas más jóvenes. Y es que ahora no podemos tirar la toalla. Lo único que nos queda es recordar a los nuestros y debemos hacerlo nosotros porque somos la historia viva. Porque podemos contar lo que hemos pasado en primera persona y es que no hace tanto que sucedió.
-No fue en el siglo pasado. La Banda Terrorista ETA dejó de matar hace 14 años y se disolvió finalmente en 2018.
-Ha sido hace nada y hay mucha gente que está viviendo el dolor en su casa. Esto no se puede olvidar precisamente porque ha sido hace nada, como quien dice.
-Hay adolescentes que no saben qué fue ETA.
-En los libros de Historia se omite bastante información y se sesga porque bueno, pues hay intereses de todo tipo por normalizar esto y blanquearlo de alguna manera. Por eso conocerlo es una labor nuestra, como sociedad. Nuestros jóvenes tienen que saberlo porque es la única manera de que esto no se vuelva a repetir.
-Lo primero sería, según han defendido en algunas ocasiones desde la Asociación, utilizar la terminología correcta.
-Es que ahora se habla de conflicto. No era un conflicto como intentan hacernos creer. Aquí lo que había era unos con armas que mataban, ellos, y otros sin armas que morían, nosotros. Esto era terrorismo, terrorismo. Nadie tiene derecho a quitar la vida a nadie por ideas ni con la intención de cambiar nada.
-¿Hace falta, más que nunca, que exista una voz de consenso en el Congreso?
-Por supuesto. Esto debería ser un tema de Estado. Todos deberían actuar igual con independencia de quien gobierne porque en todos los grupos políticos hay víctimas de ETA. Por eso creemos que debe mantenerse al margen de la política partidista.
-Aquí tengo que preguntarle por Bildu.
-Es que se intenta normalizar la presencia de etarras en las instituciones y es un poco complicado. Por eso alguien tiene que ser valiente y decir no, mire, es que usted primero tiene que ayudar a resolver los casos que aún están por resolver, que no son pocos. Tiene que condenarlo todo de alguna manera y echarse a un lado. Todos queremos avanzar, pero creo que tenemos que tener claras las líneas rojas, porque todos tenemos padres, madres e hijos y sabemos cómo nos sentiríamos si el asesino apareciera dando una entrevista en televisión.
-Se refiere a aquella aparición del hombre que mató a sus padres.
-Iñaki Recarte, quien apretó el botón que detonó la bomba. Él, junto a José Luis Galarza, son los dos autores materiales del atentado. Yo sabía que estaba en tercer grado en su casa, pero un día, recuerdo que era domingo y estaba planchando, vi el avance en televisión. Tuve que ver el programa sola, sin mi marido ni mis hijos. Quise verlo así. Es el peor momento que he vivido después de la muerte de mis padres.
-Tuvo que remover muchas emociones.
-Recuerdo que alguna vez, cuando era una niña y acababa de pasar, me preguntaban si estaba a favor de la pena de muerte. Siempre contestaba que no, por supuesto que no, que yo lo que quería era que estuviera en la cárcel por el resto de sus días acordándose de los nombres de mi padre y mi madre. Y en aquel programa de televisión le preguntaban si recordaba el nombre de las personas que murieron y se quedó en blanco. Contestó que no se acordaba. Para mi fue un shock; aunque bueno, ya fue un shock ver que alguien le entrevistaba.
-Usted respondió a la entrevista con una carta que se publicó en varios periódicos.
-Se viralizó, y realmente cuando la escribí, se la escribí a él. Vine a decirle que nos dejara en paz, que hiciera su vida, pero que nos dejara en paz.
-Muchas voces calificaron aquella entrevista de un intento por blanquear a esta persona.
-Es que él decía en televisión que tenía dos hijos. Yo pensaba que tenía que explicarle a los míos que el asesino de sus abuelos estaba en la calle, porque aunque haya cumplido la condena, asesino va a seguir siéndolo el resto de su vida. ¿Va a explicarle él a los suyos que es un asesino?
-¿Usted puede perdonar?
-Es una pregunta que me hacen con frecuencia. Y siempre respondo lo mismo. ¿Puedo perdonar a alguien que mata voluntariamente? Que no fue que puso una zancadilla sin querer. Les quitó a mis padres su derecho fundamental. Y yo he tenido que aprender a vivir sin mis padres 33 años y los que me quedan. Hoy mi madre cumpliría 77 años. Si llega a tener salud, todavía estaría en lo mejor de lo mejor. No estoy dispuesta a olvidarlo.
-Estamos en este lugar, en la rotonda donde sucedió todo. ¿Qué siente?
-El cambio en mi vida es fácil de entender para cualquiera porque todo el mundo ha tenido 18 años y ha sentido la protección de sus padres, el refugio de su casa. A mi me privaron de todo ello. Mi padre bajaba aquel día a recoger a mi madre al trabajo, porque ella estaba en una panadería. Ese día mi padre libraba y le vino a recoger, dio esa casualidad. Los dos etarras reaccionaron voluntariamente, porque recordemos que ellos mismos han aclarado en varias ocasiones que su intención era siempre causar el máximo daño posible. Estuve mucho tiempo sin poder acercarme por este lugar, pero al final logré soportarlo.
-Ahora, con este parque dedicado a la memoria, será más fácil recordar lo que pasó.
-Le ha dado la entidad que necesitaba porque creo que estaba algo abandonado en ese sentido. Es cierto que el barrio había evolucionado y que había cambiado, pero no tenía lo que tenía que tener. Ahora creo que está mucho mejor y rinde homenaje a las víctimas del terrorismo.
-Dice que a las víctimas se les exige demasiado.
-Porque a veces se omite el sufrimiento de mucha gente en sus casas. ETA mató en Cantabria a 23 personas, el primero a Carrero Blanco, que no olvidemos que era de Santoña, y todas las familias mostraron siempre un comportamiento ejemplar.
–Dicen en la Asociación que uno de los puntos clave son los encuentros con escolares. ¿Qué tal están funcionando?
–Lo de educar a nuestros jóvenes es clave. Queremos ir a los colegios e institutos para que esto se cuente. Nos hemos ofrecido desde la Asociación y sabemos que no nos van a llamar a todos de una vez, pero es muy interesante;aunque también nos han criticado por ello.
–¿Por qué?
–Nosotros no pretendemos hacer política con esto. No vamos a contar ninguna mentira para adoctrinar a nadie. Sencillamente contamos nuestros testimonios, nuestra vida, lo que hemos pasado, porque eso no nos lo puede negar nadie. Yo voy, te cuento lo que me pasó, cómo perdí a mis padres y tú me preguntas si tienes curiosidad.
–Esto se está haciendo con éxito también en otros lados, como en Bilbao.
–Allí han tenido una experiencia muy buena en el Bilbao Exhibition Centre (BEC). Lo que han hecho ha sido agrupar a unas cuantas víctimas del terrorismo y ponerlas delante de unos 400 alumnos. Allí han contado su testimonio y han tenido el 'feedback' de los jóvenes y ha resultado una iniciativa muy buena que nos gustaría replicar en Cantabria y en otras partes de España.
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