Los aprendices cántabros de la patada voladora
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La promoción de la lucha libre, con una escuela en marcha y marca propia, atrapa a numerosos adeptos y prepara una gran cita en SantanderSecciones
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'Wrestling' ·
La promoción de la lucha libre, con una escuela en marcha y marca propia, atrapa a numerosos adeptos y prepara una gran cita en SantanderEl 'wrestling' -o también conocido como lucha libre en España- atraviesa uno de sus momentos más dulces desde que en los noventa los niños se aprendieran de memoria los nombres de 'El último guerrero' o 'El enterrador' y, más tarde, imitasen los movimientos de luchadores ... como John Cena, Randy Orton o Rey Misterio. Unos combates de la WWE -promotora estadounidense más importante- que se emitían en abierto por televisión y en la que se compartía el mensaje de «no intentes hacer esto en casa». Aunque muchos seguidores acababan imitando algunas de las acciones en improvisadas luchas en el patio del colegio o en la piscina durante el verano. Ahora los jóvenes -niños en su momento- piden sitio en el ring. Del amor por practicar una actividad -que no es muy habitual- nace en Cantabria North Coast Wrestling (NCW). Tomás Blanco, su presidente y uno de los fundadores de la escuela y de la promotora, lucha también en los encordados. La asociación realiza mensualmente shows en el centro Airbox de la capital cántabra, aunque su lugar de entrenamiento habitual se sitúa en las instalaciones de El Cavle, también en Santander.
«Es una disciplina que exige aprender muchas facetas diferentes y formarte en ellas, porque tienes que saber interpretar, caer y hacer movimientos acrobáticos. Son muchas cuestiones que abordar y en las que puedes tener el talento en una, pero en las otras no tanto», confiesa Blanco. Y es que desde que se empieza a entrenar hasta competir se puede recorrer un camino de dos años: «Los que continúan y están dispuestos a pasar por ese proceso suele ser gente que es realmente apasionada». Aunque no todos los que empiezan son seguidores de esta disciplina. «Yo he empezado a entrenar chavales que no eran aficionados al 'wrestling', pero les apetecía probarlo. Yo animaría a cualquiera que le llame la atención que pruebe a entrenar y puede ser que cambie su concepción». Para empezar a formarse en la escuela hay que ser mayor de edad o tener 16 años y contar con permiso parental.
Pero para llegar hasta el momento actual que vive NCW hay que retroceder en el tiempo y ver las horas invertidas por parte de sus fundadores. «Hace doce años empecé a entrenar en el País Vasco siendo muy crío, con catorce años. Nosotros empezamos a practicar por nuestra cuenta en la playa, pero llega un momento en el que te planteas si lo dejas de hacer o lo profesionalizas un poco», concreta Blanco. Un punto de inflexión que se vio reflejado al empezar en el Colegio Buenaventura González (Santa Cruz de Bezana), donde aprovechaban el tatami de judo. Una instrucción física que complementaron con seminarios a distancia y viajes a Madrid para intentar profesionalizarlo sin olvidar ese punto de amateur que lo caracteriza: «Allí pudimos coincidir con Axiom, el primer español en la WWE y referente número uno para nosotros. Gracias a esos desplazamientos descubrimos cómo entrenar, transmitir ese conocimiento y desarrollar sesiones más productivas y profesionales». El cambio definitivo llegaría en 2021, cuando dejaron de ser exclusivamente una escuela y empezaron a hacer shows y publicitar la marca.
«Nosotros notamos un crecimiento bastante grande cuando nos mudamos al Airbox a hacer los shows», asegura Blanco. «Nos permitió romper una barrera en gran medida porque en El Cavle no nos entraba la gente». Uno de los factores más importantes que señalan es que la gente que acude alguna vez, repite. «Todo el mundo viene con prejuicios. Algunos chavales vienen diciendo que no se pegan de verdad y otros piensan que va a ser muy violento».
En la actualidad cuentan con el campeonato indiscutido de la costa norte, que es el cinturón NCW, además de la corona del Rey de Cantabria, que permite a su poseedor utilizarla por una oportunidad titular por el campeonato e incluso ponerla en juego contra otros oponentes.
Si hay algo que destaca en el mundo del 'wrestling' es la capacidad de generar y contar historias a través de sus luchadores. «La gente viene a vernos y disfruta de nuestras historias sobre el ring», puntualiza el presidente de NCW. Blanco confía en que la apuesta de la marca alcance su momento «estrella» con la celebración del show en Escenario Santander el 9 de febrero: «Para ese momento nos gustaría tener no solo un público estable que conozca nuestras historias, sino que cante e interactúe». Unos shows que siguen la fórmula de duración y número de combates de los pago por visión que lleva a cabo la empresa estadounidense. «Hay que darle a la gente lo que quiere, pero es mejor que sea con calidad y que no se produzca una sobrecarga poniendo demasiadas peleas. La cifra de cinco o seis funciona bien, y a veces se puede jugar con alguna sorpresa. Es difícil de calcular, pero está en torno a las dos horas».
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