Un aprobado para las clases telemáticas

El porcentaje de casos positivos que hay actualmente en Castro (con 32.000 empadronados y otros tanto sin censar) es uno de los más altos de la región y, de alguna forma, eso se ha visto traducido en este centro educativo, que cuenta con 650 alumnos y 72 profesores y una plantilla de personal no docente integrada por seis trabajadores. Desde el instituto ya se descartó que hubiese un brote, pero los casos importados desde fuera, por las relaciones sociales y familiares de los alumnos, fueron los desencadenantes de una situación que ya ha quedado atrás.

Mientras desde la dirección del centro se limitaron ayer a señalar que «todo había ido bien durante este confinamiento» y que la vuelta a las aulas se había desarrollado con «normalidad», los alumnos intercambiaban sus impresiones sobre el funcionamiento de las clases telemáticas. «La verdad que han ido bien, aunque ha sido un poco rollo el no poder salir de casa», reconocía una alumna mientras regresaba a clase, junto a otras dos compañeras, tras el primer recreo de las 10.15 horas.

Con esta reflexión coinciden la Asociación de Madres y Padres de Alumnos y otros padres con los que este periódico contactó ayer. «No es algo que haya cogido por sorpresa tanto a los profesores como a los alumnos. Se ha visto que el centro estaba preparado para esta situación, a pesar de que, como es lógico, nos haya cogido a todos por sorpresa», comentaba Rosalía, una de las muchas madre afectadas por el cierre del centro.

«Los alumnos no han estado parados, aunque también es verdad que este tipo de formación es más cansada. También se ha visto que hay algunos profesores que están más familiarizados y manejan mejor las nuevas tecnologías. Pero eso es como cuando es presencial, cada profesor tiene una forma diferente de impartir las clases», apunta esta madre. «Se ha seguido un horario y cada profesor ha impartido sus materias como ha considerado más conveniente».

Rosalía asegura que ayer, al regresar a las aulas, los profesores y responsables del centro recordaron a todos los alumnos las medidas higiénicas recomendadas para evitar nuevos contagios. Y es que en este centro nadie quiere que se repita un nuevo confinamiento como el que acaban de pasar. «A ver si tenemos suerte y no tienen que volver a cerrar», deseaba José María, otro padre y secretario de la AMPA. «Menos mal que ya acabó», exclamaba aliviado.

Una de las cosas que más preocupaba a este padre, cuya hija es estudiante de 2º de ESO, es que esta cuarentena fuera un «parón» para los alumnos, ya que eso hubiese supuesto un retraso en la materia, que en algún momento tendrían que haber recuperado. Pero no ha sido así. «Las clases telemáticas han funcionado bien. Al principio costó algo, pero poco a poco fueron aumentando las horas de clases 'online'». A esto se ha sumado las tareas encomendadas por los profesores para que los alumnos no perdieran el ritmo del curso. «Ellos no se esperaban que ocurriera algo así, pero, la verdad, es que se han adaptado bien».