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Cuando Fernando Mato, capitán de fragata de la Armada, acude a una ciudad a hablar de la necesidad de invertir en innovación armamentística, muchas veces hay quien le espera para enarbolar proclamas contra la guerra, algo que se repitió este martes en la Universidad ... de Cantabria (UC), a donde llegó para presentar el plan por el que pretende convertir a España en una potencia soberana en la fabricación de misiles hipersónicos. «Soy el primero que compro el 'no a la guerra'. Pero lo que mucha gente no entiende es que, en el mundo en que vivimos, lamentablemente, para mantener la paz a veces hay que ejercer la disuasión».
Después de haber superado su formación militar en EE UU, de haber trabajado en el portaaviones Príncipe de Asturias y de haber liderado misiones con la OTAN, Mato se embarca ahora en un ambicioso proyecto para conformar en España un gran clúster de diseño y fabricación de defensa misilística. Un plan que presentó ayer en la Escuela de Telecomunicaciones e Industriales de la Universidad de Cantabria (UC), invitado por el Clúster de la Industria de Defensa, y dentro de la gira nacional organizada para captar empresas y talento joven.
«China, Rusia y otros países con recursos están desarrollando este armamento»
«Va a ser necesaria para esta tecnología y tenemos que ser éticos porque aún no hay regulación»
«Estamos aquí porque sabemos que tenéis mucho talento que aportar, y también inquietudes por este sector», concretó frente a alumnos y empresarios el artífice del consorcio conocido como SMS, que ha aglutinado ya a un grupo de empresas que recibirá 37,5 millones de financiación europea para desarrollar el misil interceptor hipersónico europeo. «España estaba invirtiendo alrededor de un 0,9% de su PIB en defensa; pero la Comisión ha invitado a los diferentes estados a incrementar esa cuantía, que en los próximos años podría alcanzar el 2%». «Nosotros queremos sumarnos a ese crecimiento para incrementar la soberanía nacional en la fabricación y disponibilidad de esta tecnología», apunta Mato.
El mundo está cambiando, y no para bien. Se torna cada vez más hostil, o la hostilidad que permanecía latente, está aflorando. La invasión de Ucrania ha obligado a Europa el despertar de un plácido sueño de paz y prosperidad en el que permanecía sumida desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y con permiso de la Guerra Fría. Una realidad casi onírica cuyo bienestar se vio amenazado sólo por crisis económicas como la de 2008. Pero sólo era eso: un sueño del que cuesta despertar.
China, Rusia y otros países con recursos están desarrollando tecnología en misiles hipersónicos y Europa es consciente de que debe mantener el ritmo de esos desarrollos si quiere estar a la altura en caso de conflictos. «No hablamos de lanzar misiles sino de, por ejemplo, estudiar la manera en que podemos interceptarlos para que nunca lleguen a hacer impacto», concreta el experto, que ayer ofreció su ponencia en el salón de actos de la Escuela de la UC.
Si los planes se desarrollan según lo previsto, España alcanzaría la soberanía en la fabricación de esta tecnología que traería innovación aplicable a otros sectores. «Se ha demostrado que por cada euro que se invierte en defensa se revierte una riqueza multiplicada por tres en otros muchos ámbitos económicos y sociales», aclara el experto.
Sucede, por ejemplo, con la inteligencia artificial «que será muy necesaria para el diseño de esta tecnología y para su funcionamiento, algo que nos obligará también a desarrollar un código ético porque sin duda la tecnología está evolucionando mucho más rápido que la legislación». La idea es que España cuente con esta tecnología para el año 2035.
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