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Entre aplausos y lágrimas de emoción, Eduardo Ruiz de la Riva (Cabezón de la Sal, 1948) recibió este jueves en el Palacio de La Magdalena la mención honorífica Juan de Herrera, la máxima distinción que concede el Colegio de Arquitectos de Cantabria (Coacan), y de ... forma tan excepcional que solo otros tres colegas de profesión ostentan este reconocimiento: Ángel Hernández Morales (1999); Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo (2004), y Juan Navarro Baldeweg (2010).
A Ruiz de la Riva, el Colegio ha querido reconocerle su trayectoria y su condición de «referente» en el estudio y defensa del patrimonio, el territorio y el paisaje cántabros a lo largo de más de cuarenta años. Muy emocionado, Moisés Castro, decano de la institución, reconoció que «hay figuras que no se pueden imaginar sin su paisaje y Eduardo es una de ellas». Lo comparó con el gran Miguel Delibes, entre otras cosas, por su capacidad de vislumbrar con lucidez los problemas de nuestro tiempo, el cuidado de la naturaleza y la urgencia climática entre ellos.
«Hoy es un día de fiesta para el Colegio, para la arquitectura», celebró Castro, que dio paso de este modo al resto de intervinientes en un acto sencillo, conmovedor y lleno de menciones afectuosas a la pedagogía, la amistad y el compromiso de Ruiz de la Riva; y también a la arquitectura y al urbanismo, dos conceptos estos últimos que, como destacó el propio premiado, han de entenderse en comunión. Se debe hacer ciudad «con y desde la arquitectura», añadió el artífice de publicaciones de referencia para interpretar el territorio o la forma de habitar la comunidad, como su tesis doctoral: 'Casa y aldea en Cantabria' (1991).
Arquitecto, urbanista, profesor, investigador o mentor, Eduardo Ruiz de la Riva ha trabajado de forma individual y colectiva, ha intervenido en la restauración de decenas de edificios en toda la geografía cántabra y ha participado en la redacción de sus más señalados planes urbanísticos. Todos los hitos de su carrera los repasó José Ortega, quien en la laudatio destacó el «liderazgo intelectual», construido sobre un «sólido bagaje cultural», de Ruiz de la Riva. «Eduardo entiende el territorio donde se construye la arquitectura», celebró Ortega como valor consustancial a la forma de hacer de su compañero, a quien describió como «referente», como «impulsor cultural», como un hombre con un fuerte «compromiso social» y como promotor de un «fértil campo de investigación», destacó.
A continuación, Marta Vall-Llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, hizo entrega a Ruiz de la Riva de la mención. Su agradecimiento fue solemne, emocionado y de nuevo recibido entre fuertes aplausos.
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