Arranca la obra del nuevo acceso al puerto, pero las máquinas tardarán aún «meses» en llegar

Desde Ascán apuntan que, debido a las características de la zona, estas tareas llevarán tiempo, pero son fundamentales para que después no haya contratiempos y las afecciones a los usuarios sean las menores posibles. Esa misma fecha es la que marca el inicio de los dos años que la UTE tiene para poner en funcionamiento el ramal, tal y como figura en el plazo de ejecución.

Este nueva obra permitirá canalizar todo el tráfico de entrada y salida al puerto a través de un acceso independiente. También se reducirá el tráfico que pasa por los enlaces de Nueva Montaña y Raos que, en estos momentos, constituye el punto de más intensidad de tráfico de la Red de Carreteras del Estado en Cantabria. Se trata del segundo gran proyecto en materia de infraestructuras que el Estado pone en marcha en Cantabria en la presente legislatura tras la del ramal de continuidad de la A-67 entre Sierrapando y Rinconeda, donde tampoco hay grandes avances a la vista a pesar de que la actuación comenzó a realizarse en agosto.

Frente a los 109 millones de euros de esa obra para eliminar el nudo de Torrelavega, la actuación del entorno de Raos tiene un presupuesto muy inferior. Después de la rebaja del 31% respecto al importe neto inicial, la oferta presentada por la UTE asciende a 17,2 millones de euros. Por sus aspectos técnicos y económicos, esa era la mejor de las 27 propuestas que llegaron a la sede de Fomento de otras tantas empresas.

La primera vez que se habló de la construcción de este ramal fue en 2010. El Ministerio, se dijo por entonces, veía la obra «con buenos ojos» y se comprometió a llevarla a cabo «en el menor tiempo posible». Ocho años después, el pasado mes de julio, el departamento que dirige José Luis Ábalos confirmó la adjudicación sin cambiar ni un punto el proyecto diseñado por su antecesor en el cargo, Íñigo de la Serna. De hecho, el exalcalde de Santander realizó unos meses antes una 'preadjudicación'. Según la descripción de la obra, se proyecta una glorieta elevada a seis metros de altura sobre la A-67 que distribuirá el tráfico entre el puerto de Santander, Citrasa y la propia autovía.

Esta rotonda tendrá algunas características especiales. De entrada, se ha reservado el máximo espacio diáfano posible por debajo para facilitar la circulación de los vehículos pesados en los viales internos de la Ciudad del Transporte. Asimismo, se reordenará la señalización en el entorno de la obra, de manera que se facilite a los conductores la toma de decisiones «en condiciones de seguridad y comodidad».

Para la Autoridad Portuaria de Santander este proyecto se incluye en el ámbito «de la accesibilidad inmediata al puerto desde la A-67 y la S-10». Así lo señaló recientemente su presidente, Jaime González, quien recordaba que los accesos actuales obedecen a una realidad «concebida hace treinta o cuarenta años, que no tiene nada que ver con lo que hay hoy», en referencia al crecimiento y a los cambios observados en la zona, tanto industriales como residenciales y dotacionales.