«Los artistas necesitamos leyes de mecenazgo»
VOLUNTARIOS 'Programas de becas' Apoyo a los estudios ·
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VOLUNTARIOS 'Programas de becas' Apoyo a los estudios ·
El apoyo que recibió para formarse, a través de becas, ha hecho de este santanderino un artista de renombre internacionalJorge Nava (Santander, 1990) siente que lleva la música dentro «desde que nací, pero de manera natural porque en mi casa nunca fue una prioridad». Gracias a su talento y a oportunidades como la beca de la Fundación 'la Caixa', que le permitió estudiar en ... el Royal Collage of Music de Londres, es ahora una figura internacional.
-¿Cómo llegó la música a su vida?
-Sin querer. Con cuatro años me regalaron un teclado, del que no me despegaba, así que mi madre decidió apuntarme a esta corta edad a clases. Pero lo cierto es que tengo pocos recuerdos de esos años. Empiezan a los ocho, cuando fui capaz de tocar cuatro notas seguidas (risas). Es bueno que los niños se acostumbren a apreciar la música desde bien pequeños, pero me pregunto si a veces los padres se adelantan un poco y ven a pequeños genios, cuando aún tienen una edad muy corta. Sea como sea, creo que yo nací con la música dentro, porque en mi casa no había ninguna cultura musical. De hecho, a mis padres les costó asimilar mi decisión de no ir a la universidad por hacer la carrera de piano. Hoy en día todo ha cambiado, y su apoyo es incondicional, pero al principio no lo entendieron muy bien.
-Ha tenido una amplia formación, que comenzó en el Conservatorio Nacional de Bolivia. Gracias a una beca de la Fundación 'la Caixa', cursó estudios en el Royal Collage of Music de Londres. ¿Qué supuso esta beca para usted?
-Fue una oportunidad enorme. Estudiar en esta institución de Londres es algo muy complicado, tanto por su exigencia como por los medios económicos de los que hay que disponer. De lo segundo yo carecía de los apropiados. Lo cierto es que me produjo una gran satisfacción personal que la Fundación 'la Caixa' me eligiera entre los 65 estudiantes a los que becaría para una maestría en diferentes áreas académicas. Sin ello no lo hubiera conseguido. Después del conservatorio de Bolivia, continué formándome en el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona. Y la cúspide fue Londres, donde terminé de madurar.
-¿Cómo está el acceso a las becas para estudiar música en España? ¿Fue usted un privilegiado o estamos en la media europea?
-Estamos bastante mal comparados con Europa o Estados Unidos. Hay muy pocas oportunidades. Son un puñado las instituciones que becan a estudiantes. Yo me reconozco un privilegiado porque la mayoría de mis estudios de música fueron becados, pero esto no lo consigue mucha gente. En Europa y EE UU es otra cosa por la Ley de Mecenazgo, en la que se premia el apadrinamiento de estudiantes con talento. Me dan envidia países como Suiza o Inglaterra, donde las universidades tienen convenios con empresas privadas para becar a estudiantes. No entiendo por qué en España no se sigue este ejemplo y los políticos no nos apoyan más, haciendo leyes en este sentido. Necesitamos leyes de mecenazgo. Hay muchos músicos que tienen que abandonar por el camino su carrera porque no tienen quien les apoye económicamente. Es muy triste. Tengo la sensación de que aquí, los políticos, valoran y apoyan muy poco al artista.
-¿Cree que la manera de impartir la asignatura de música en los colegios es la apropiada?
-Es una pregunta complicada. Creo que el gran problema de la música y la cultura en España está en la educación que se imparte desde Primaria a los chicos. En los colegios e institutos, la asignatura de música no tiene ningún peso. Es paradójico que a los chicos esta asignatura les resulte un tostón y según salgan por la puerta del colegio, se pongan los cascos para escuchar música. No es que no les interese, es que la manera de enseñársela es poco atractiva y práctica.
-Ha tocado por todo el mundo. Hace unos días lo hizo en Santander dentro del ciclo del 250 aniversario de Beethoven. ¿Qué apreciación le merece la oferta cultural cántabra?
-Muy buena. El Palacio de Festivales ha sido el primer gran auditorio de Europa en volver a abrir sus puertas después del confinamiento, lo que demuestra el gran interés de sus dirigentes. Esto habla muy bien de la dirección del Palacio. El Festival Internacional de Santander (FI) tiene buena fama fuera de estas fronteras. Y para qué hablar del Concurso Internacional de Piano de Paloma O'shea. Su prestigio es internacional, al igual que el Encuentro de Música y Academia de Santander, promovido por el Gobierno de Cantabria y la Fundación Albéniz, bajo la organización de la Escuela Superior de Música Reina Sofía.
-Los artistas están sufriendo esta crisis, como muchos otros profesionales. Imagino que no será fácil de digerir ver lugares, como el metro, llenos y unos aforos tan estrictos en teatros y auditorios.
-Choca mucho. Partiendo de que la salud debe ser lo primero, hay que buscar una solución ya para que la cultura no se pare.
-Usted ha tocado con figuras tan reconocidas como el pianista Lang Lang. Sus ensayos deben de ser muy exigentes. ¿Lleva una vida muy sacrificada?
-Bueno, según se mire. Por un lado, las ocho o nueve horas que ensayo al día, no están pagadas, son una inversión para una actuación o para buscar la excelencia, pero a la vez, ¿cómo algo que te apasiona puede ser un sacrificio? No sufro en absoluto, aunque hay que ser sumamente disciplinado, sobre todo, entre los 16 y los 20 años, que es cuando marcas tú camino hacia la profesionalidad.
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