«Hay que asegurar que las tecnologías no aumentan las diferencias entre alumnos»

Pero antes de correr, lo primero es definir la hoja de ruta: cómo implementar los sistemas en los colegios y, sobre todo, garantizar que los avances en esa línea no aumentan la brecha digital entre alumnos. Es decir, esas diferencias que se evidencian cuando, por ejemplo, un estudiante no tiene la misma facilidad que sus compañeros para acceder a determinados servicios. «Hay que trabajar en dos líneas. Por un lado, el acceso a las tecnologías y, por otro, el conocimiento o el dominio de las mismas», valoró ayer Alejandro Trigos, director general de Cifra Educación, durante el foro sobre competencias digitales que organizó El Diario Montañés para analizar la situación del sistema educativo de Cantabria y ahondar en los desafíos a los que se enfrenta la educación, inmersa ya en la digitalización de sus aulas. Al encuentro también acudieron Marina Lombó, consejera de Educación y Formación Profesional; Joaquín González, director de Telefónica en Cantabria, y José Antonio Sánchez Raba, director del colegio Cisneros, en Santander.

Por ahora no todos los centros educativos de Cantabria han trabajado al mismo ritmo en este proceso. Cada uno, según su autonomía, ha dado más o menos pasos. El colegio Cisneros es un ejemplo de los que ya apuestan por estas tecnologías y su director tiene claro que la responsabilidad del centro es, precisamente, dotar de medios suficientes «para minimizar la diferencia entre alumnos». No obstante, esa brecha digital en la que todos coincidieron «va más allá, es más amplia porque es social», añadió Lombó. De momento la región se encuentra en «los primeros pasos» de la digitalización y será la llegada de fondos europeos la que marque «un antes y un después» en el proceso.

Conviene aclarar que la «digitalización» no se refiere únicamente a los recursos o las plataformas, es algo más que poner un ordenador en clase. Porque es importante también incidir en el conocimiento para utilizar de manera segura y eficiente todas las herramientas disponibles. Y ese fue otro de los puntos analizados en el foro: la formación del profesorado que se enfrenta a una audiencia para la cual las tecnologías no son una novedad. «Los profesores tienen interés en adquirir esas capacidades», señaló Lombó, que ya se ha reunido con representantes de casi 70 centros para trabajar en este punto. El presupuesto de la Consejería que dirige contempla hasta 235.000 euros para formar al profesorado. Y aquí también entran en juego las empresas encargadas de dotar de sistemas. «Hay que dar herramientas adaptadas al usuario, pero también es importante analizar las debilidades», comentó al respecto el director de Cifra Educación. En esta misma línea se pronunció Joaquín González: «El profesor es el centro de la digitalización», destacó el director de Telefónica. Por eso, ellos ya trabajan en programas que ayuden a docentes.

Incorporar la tecnología a las aulas como herramienta de aprendizaje plantea otro debate sobre la alfabetización digital de los más pequeños. Para el director del Cisneros, los menores de 6 años no deberían tener ningún acceso a estos elementos. Sin embargo, el resto de ponentes señalaron que, lo fundamental, es que lo hagan «con seguridad», subrayó González. Y con el mejor «acompañamiento», coincidió la titular de Educación. Todo con el objetivo de «conseguir el máximo potencial educativo», añadió Trigos.

Los meses de confinamiento aceleraron el salto a la educación virtual, más implementada en algunos niveles educativos como la FP. «El covid ha acelerado lo que iba a tardar 5 o 10 años», reconoció el director de Telefónica. El nuevo modelo permite que, por ejemplo, si un estudiante enferma, pueda seguir el ritmo de la clase aunque no acuda de forma presencial a clase. Las tecnologías son «una oportunidad que no es sustitutiva de otro modelo», recordó Trigos. Y Sánchez añadió que, efectivamente, las plataformas digitales han permitido «aumentar el alcance» y «acercar» al alumnado contenido, como charlas de expertos que están en la otra punta del mundo.