Un aspirante a polizón crea una red criminal en Piélagos dedicada al tráfico de inmigrantes y de drogas

La organización cayó en la operación 'Almar', que se ha saldado con 14 personas detenidas, nueve hombres y cinco mujeres con edades comprendidas entre los 19 y 51 años.

Del total de detenidos, cuatro cayeron en la casa de Piélagos (la cúpula, entre ellos el cabecilla), otros cuatro en Santander, tres en Hoznayo y los tres restantes en Arnuero, San Mamés de Meruelo y Cicero. Cuatro son naturales de Albania, dos son de Marruecos, uno de Colombia y el resto (siete) son los cántabros de las autocaravanas.

Cuatro de ellos han ingresado en prisión y el resto ha quedado en libertad con cargos y con medidas de restricción y control judicial, ordenadas por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Santander.

También han sido puestos a disposición de la Policía Nacional una mujer y dos menores naturales de Albania para la instrucción de expediente de expulsión, por encontrarse en situación ilegal en territorio español.

El líder de la banda alquiló un chalé en Piélagos, donde alojaba de forma temporal a inmigrantes albaneses. Utilizaba, también, otras viviendas en Santander con el mismo fin. La Guardia Civil mantiene en secreto la ubicación exacta de estas casas -descubiertas por primera vez en esta operación y ajenas a los pisos paterautilizados en anteriores operativos- por si vuelven a ser utilizadas por otros con fines espurios.

El objetivo del cabecilla era acortar al máximo la estancia de los inmigrantes y colarlos enseguida como polizones en ferris con destino al Reino Unido, con salida desde los puertos de Santander y Santurce. Se utilizaban remolques de camiones que embarcaban en los ferris, forzando sus sistemas de cierre y volviéndolos a atrancar después. Las personas eran introducidas en los remolques en las mismas zonas portuarias o también en áreas de servicio en las que sabían que aparcaban los camiones, aprovechando la oscuridad de la noche.

En algunas ocasiones en vez de camiones se optaba por trasladar a los inmigrantes en autocaravanas de alquiler. La red contaba con un grupo de conductores de nacionalidad española, todos cántabros, que prestaban el servicio a cambio de una parte del beneficio del chanchullo. Alquilaban los vehículos en empresas especializadas de Cantabria y del País Vasco, escondían dentro a los inmigrantes y, luego, ejercían de conductores hasta el destino. En este caso el viaje se realizaba por carretera desde Cantabria hasta Francia, para llegar al Canal de la Mancha. Una vez aquí, o embarcaban en la línea de ferri Calais-Dover o bien atravesaban el Eurotúnel.

Este sistema ya fue abortado en dos ocasiones en enero de este año, una en el puerto de Santurce (los dos conductores eran cántabros y fueron detenidos) y otra en territorio inglés con tres albaneses en el interior de la autocaravana.

Los ciudadanos albaneses que conseguían llegar a Inglaterra pagaban a la organización cantidades que podrían alcanzar hasta 6.000 euros. Una parte era adelantada antes de abandonar España en concepto de alojamiento y transporte. El resto lo tenían que pagar con giros bancarios una vez que llegaban a Inglaterra. Estos pagos no los recibía directamente el cabecilla de la organización, sino que éste utilizaba a otros integrantes de la banda como receptores. Aquí, por tanto, entra otro presunto delito, el de blanqueo de capitales, al fraccionar las operaciones y alternar a las personas que recibían el dinero intentando eludir el control de las transacciones.

Las investigaciones de la operación 'Almar' pusieron al descubierto que el jefe de la banda, residente en Piélagos, estaba estudiando trasladarse temporalmente a Holanda «porque consideraba que allí había menor vigilancia policial», explica la Guardia Civil. Ya había realizado varios viajes esporádicos a este país en los que aprovechaba para comprar importantes cantidades de cocaína que después distribuía desde Cantabria con ayuda de algunos de sus colaboradores.

Se han realizado dos registros, uno de ellos en la vivienda de Piélagos en la que se detuvo a la cúpula de la banda en un momento en el que tenían alojados a otros dos albaneses que estarían esperando para acceder a algún ferri de forma clandestina.

El otro registro se efectuó en una vivienda en la localidad de Hoznayo, donde vivía un marroquí que sería quien gestionaba la droga. También se detuvo a otras dos mujeres, una colombiana y otra española. En esta vivienda se intervinieron unos 17 kilos de hachís, cerca de 300 gramos de cocaína con la que se podrían haber puesto en circulación más de 1.000 dosis, casi 60 gramos de metanfetamina y una balanza de precisión.

En los registros también se encontró numerosa documentación que está siendo analizada, como certificados de giros bancarios relacionados con Inglaterra, Albania y otros países europeos, así como agendas con contabilidad. También han sido intervenidos varios ordenadores portátiles, cámaras fotográficas y diverso material electrónico.