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Pisar suelo cántabro no tiene precio. Literalmente. El Gobierno de Cantabria ni aplica, ni pretende aplicar, una tasa turística a aquellas personas que escojan nuestra región como destino vacacional. Un plus por pernoctar que en la mayoría de comunidades autónomas genera debates constantes. Unos están ... a favor y otros en contra. Generalmente es una cuestión política, aunque también se posicionan otros organismos del sector turístico. Algunas comunidades ya están estudiando la aplicación de este impuesto y cómo hacerlo, pero en Cantabria la postura es clara: no habrá tasa turística en ninguna de sus modalidades.
Actualmente en España son dos las comunidades que cobran tasa turística a los viajeros: Cataluña y Baleares –entre 3 y 4 euros por persona y noche–. En otras, como Valencia, se pretendía, pero la Generalitat decidió derogarlo antes de entrar en vigor. En Sevilla, por su parte, se plantean cobrar a los turistas por visitar la Plaza de España. ¿El objetivo? Controlar el turismo masivo que se acumula en muchas ciudades españolas y recaudar fondos que, a priori, irán destinados a las arcas públicas para fomentar y mejorar el sector.
El debate sobre instaurar o no la tasa turística está encima de la mesa de otras muchas autonomías, con la discrepancia por bandera. El claro ejemplo lo tenemos en dos comunidades vecinas: Asturias y País Vasco. En el Principado la postura del presidente, Adrián Barbón (PSOE), es tajante: no se estipulará una tasa turística autonómica, pero no cierra la puerta a la tasa turística municipal. Es decir, que sean los ayuntamientos quienes decidan si cobrar o no ese impuesto. Eso sí, con condiciones: solo podrán hacerlo aquellos que tengan más tensión turística. Todo esto en contra de sus socios de Gobierno, los de IU-Convocatoria por Asturias, que han solicitado en varias ocasiones la imposición de una tasa turística. Ahora, con la insistencia de unos y la flexibilidad de otros, el futuro de esta tarifa todavía está por ver.
Eduardo Lamadrid
Asociación de Hostelería
Javier Camino
Federación de Municipios
En el País Vasco el escenario es diferente. Allí parece que sí han conseguido ponerse de acuerdo y cobrarán un plus por pernoctar, pero presentan diferencias en cuanto al modo de hacerlo (por alojamiento, por duración, por tipo de visitante o las tres). Y hay más. Mientras unos optan por que las tasas se estipulen a nivel autonómico, otros abogan porque el dinero vaya destinado exclusivamente a las arcas municipales. Sea como fuere, ahora los integrantes de la mesa de trabajo tienen un plazo de seis meses para diseñar y poner en marcha la tasa.
En Cantabria hay variedad de opiniones, aunque gana el «no». Algunos municipios son partidarios de establecer el impuesto por pernoctar, pero de poco les sirve su opinión porque la Dirección General de Turismo ya recordó en su momento que la Ley de Tasas establece que la competencia en esta materia le corresponde a la comunidad autónoma. Esto significa que no hay posibilidad de que sean los propios ayuntamientos quienes decidan si habilitarlo o no, sino que la última –y única– palabra la tiene el Gobierno. Y ya lo han decidido: no a la tasa turística. Ni siquiera está abierto a debate.
Por su parte, la Asociación de Hostelería apoya la postura del Ejecutivo regional. «No es necesario cargar con más impuestos a la persona que viene de fuera. No somos una comunidad en la que estemos saturados, solo son unos meses al año», dice Eduardo Lamadrid, presidente de los hosteleros. En la misma línea está la opinión de Javier Camino, presidente de la Federación de Municipios de Cantabria, que reconoce que la palabra 'tasa' le asusta. «El turismo tiene que ser de calidad, hay que articularlo. Los impuestos y las tasas cuanto menos, mejor. No me gusta la idea en un principio». Con todo esto, dormir en Cantabria parece que seguirá sin tener sobrecoste.
En caso de que Cantabria diese luz verde a que los propios ayuntamientos tomen la decisión de establecer o no la tasa turística, se presentan diferentes puntos de vista. En rasgos generales, los consistorios gobernados por el PP, como el de Noja, rechazan la implantación de este impuesto. «Aquí ni lo queremos, ni nos lo hemos planteado nunca», dice la alcaldesa Mireia Maza. Por su parte, aquellos liderados por el PSOE y el PRC tienden a tener una postura más favorable, aunque la mayoría no se mojan. Por ejemplo, en San Vicente de la Barquera, Charo Urquiza dice que «habría que valorar diferentes cuestiones» y reconoce que «cobrar una tasa de este tipo no tiene que ser malo si repercute en mejores servicios». En Santander las opiniones son claras. El tema ya se debatió en un pleno, pero no salió adelante. El PP votó en contra con el respaldo de Vox e IU-Podemos –que planteó el asunto– y PSOE se posicionaron a favor. El PRC se quedó en un punto intermedio.
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