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Más de 2.700 personas, entre usuarios y trabajadores de centros de día y grandes dependientes no institucionalizados (viven en casa al cuidado de familiares, no en residencias) empezarán a ser vacunados desde hoy -el día 11 hubo un primer pilotaje de estos ... últimos en la zona básica de la calle Vargas, con 54 casos-. Será el grupo principal de la campaña programada para esta semana por el Servicio Cántabro de Salud, que se solapará también con las primeras citas en los centros de salud a los mayores de 80 años que no encajan en ninguno de los perfiles inmunizados hasta ahora en el resto de grupos, es decir, aquellas personas residentes en domicilio propio, que no hacen uso de instalaciones de servicios sociales y que no están catalogados como dependientes severos (grado III). Según las estadísticas del Icane, la población por encima de esa edad la conforman más de 41.000 personas, incluidas ahí también los usuarios de residencias y centros de día. Con todos ellos se irá contactando desde sus respectivos ambulatorios -lo hará el personal de enfermería asignado- para ofrecerles fecha y hora para la vacuna. Es el mismo protocolo que se está aplicando ya para el grupo de grandes dependientes, que hoy recibirán los primeros pinchazos en Los Castros e Isabel II, en Santander; Cotolino (Castro), Camargo o Tanos, por citar algunos ejemplos del cronograma. «El personal de enfermería de cada centro conoce a los pacientes de su cupo, estratificados según su grado de dependencia y edad; son quienes tienen más cercanía con ellos y con sus familias, controlan sus problemas de salud y gestionarán si hay posibilidad de acudir al centro o no», explica Luis Mariano López, director de Enfermería de Atención Primaria. Y con ese cometido han arrancado la semana. En la mañana de ayer, los equipos de todas las áreas de salud fueron llamando a sus respectivos dependientes para determinar quiénes están en condiciones de desplazarse (se organizan tandas de 54 pacientes en cada centro, distribuidos entre los diferentes cupos) y determinar así el conjunto que tendrá que recibir el pinchazo en su hogar.
Esta segunda parte aún se está organizando, teniendo en cuenta que en las rutas de vacunación casa por casa hay que valorar las distancias, el tiempo y que los candidatos sumen múltiplo de seis, que son las dosis que se puede extraer de cada vial de Pfizer, para que no se pierda ninguna por el camino. También con el envío de Pfizer recibido ayer (8.190 dosis) se procederá a completar la vacunación pendiente en las residencias de mayores. La gerente del SCS, Celia Gómez, explicó ayer que quedan 300 personas del CAD de Cueto, Padre Menni, San Cándido y Santa Lucía, y que también faltan otras 300 del colectivo de odontólogos e higienistas dentales.
Con la remesa de AstraZeneca recibida el pasado viernes se continuará con la inmunización de otros colectivos sanitarios, así como cuidadores, personal de instituciones penitenciarias y estudiantes en prácticas -siempre cumpliendo el criterio de menores de 55 años-; y una vez el suministro lo permita, se incorporarán otros sectores, como policías, guardias civiles y bomberos, detalló Gómez. En lo que respecta a la vacuna de Moderna, habrá ronda de segundas dosis -aquí la espera un grupo de profesionales de Valdecilla- y de primera, con el colectivo de inspectores a la cabeza de esa lista. No obstante, la gerente apuntó que se reservará stock para completar la vacunación, ya que no está confirmado el día de llegada del próximo lote.
Los técnicos de los laboratorios privados denuncian que no figuran en ninguno de los grupos de la estrategia siendo «personal de primera línea totalmente. Estamos en un limbo, porque no tenemos un colectivo que nos represente, pero no se han acordado de nosotros, pese a que cada día hacemos test PCR y de antígenos a decenas de personas». Explican que los laboratorios ubicados dentro de los hospitales, incluidos los privados, sí han sido vacunados, «pero no han contado con los externos. En los últimos meses nos hemos hartado a hacer PCR, estamos en contacto con mucha gente a diario, dando resultados positivos continuamente, y sin embargo vemos cómo se vacunan a otros colectivos con un riesgo menor». La técnico que traslada la crítica, que cifra en más de medio centenar los compañeros sin vacunar, extiende el problema «a todo el personal auxiliar, ayudantes y secretarias de las múltiples consultas del ámbito privado, donde se ha ofrecido la vacuna al titular de la consulta, pero no a su equipo, igual de expuesto».
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