La Audiencia rechaza celebrar a puerta cerrada el juicio de la decapitación de Castro

De haber sido aceptada la propuesta de la defensa, ningún medio de comunicación hubiese podido acceder al juicio y, por tanto, la información que hubiese trascendido no habría sido la misma, teniendo en cuenta que quedaría en manos de las partes, cada una con un interés en la causa. Y es que la Fiscalía solicita 25 años de cárcel para la acusada por asesinato con alevosía, mientras que la acusación pide prisión permanente revisable, y la defensa la libre absolución.

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Respecto al aislamiento del jurado durante todo el juicio, de haberse concedido la petición, ninguno de los jueces legos habría podido tener acceso a cualquier tipo de información sobre la causa ni contacto con nadie del exterior. El objetivo en este caso sería intentar que no se vean influenciados por los medios ni por terceras personas.

No obstante, el magistrado y presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial entiende que no hay motivos para aceptar estas peticiones. Aunque el abogado de la defensa ha decidido recurrir la decisión ante el propio presidente del tribunal del jurado, que tendrá que responder, si así lo estima, antes del inicio este lunes, 7 de noviembre, de la segunda sesión del juicio (10.00 horas) con audiencia pública.

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Una sesión cargada de mucha expectación ya que está prevista la comparecencia de Carmen Merino y hay mucho interés en saber qué explicaciones dará, si es que no se acoge a su derecho a no declarar. Aunque no parece que opte por esta opción ya que hace unos días su abogado trasladó a este periódico que «está deseando que arranque el juicio porque va a proclamar su inocencia». Una inocencia que ya manifestó durante su única declaración en sede judicial, el 13 de noviembre de 2020, ante uno de los tres jueces que han participado en la instrucción del caso. En esa ocasión aseguró que «no he tenido nada que ver ni con la desaparición ni con la muerte de Jesús Mari» y que su relación era «estupenda, maravillosa, vinculada al amor; nos queríamos muchísimo». Sobre por qué y cómo llegó a sus manos el cráneo de su pareja, nada ha dicho al respeto. «Eso de que se lo habían dejado en una caja a la puerta de casa es un bulo», aclaró en su momento su letrado.