Aulas de FP conectadas con el pleno empleo
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El IES Santa Cruz de Castañeda une con éxito la Formación Profesional y la empresa: sus colaboraciones favorecen una inserción laboral que roza el 100%En la década de 1950, el IES Santa Cruz, en Castañeda, era una granja escuela que impartía -entonces en solitario- la modalidad agrícola-ganadera. Setenta años después, ha mantenido su vocación pionera virando hacia la formación en electricidad y alta tensión. Sus aulas, ... en el edificio que antes ocupaban las cuadras, se han llenado de aisladores de vidrio y boquillas; los alumnos se ponen casco y arnés para las prácticas; las fórmulas manchan los apuntes, se habla de voltaje, cables desnudos, seguridad eléctrica.
El instituto brilla en el mapa de la FP cántabra con sus programas de formación en electricidad. Su directora, Lourdes García, cruza el patio -en el que resisten el palomar y otras huellas de la granja- hasta un aula del Grado Superior Técnico en Sistemas Electrotécnicos y Automatizados (SEA). Es un aula diferente, advierte, probablemente de las pocas de estas características en la cornisa cantábrica. ¿Por qué? Ante todo por los componentes que puede manipular en sus prácticas el alumnado, una quincena de jóvenes que atiende en ese instante a las explicaciones de José Manuel Revuelta, jefe de Departamento de Electricidad.
Ambos revelan una clave del éxito: la conexión del instituto con lo empresarial, en especial con firmas como Viesgo, con la que tienen líneas de colaboración. El IES es centro de referencia para la multinacional. «Eso nos permite acceder a un conocimiento, antes vedado, para formar en alta tensión», indica Revuelta. La relación con Viesgo es singular: la empresa habilita prácticas, entrega material y participa también de la formación, es decir, es una enseñanza «orientada», identifica Revuelta. Alumnado y empresa acaban hablando el mismo idioma, la misma forma de proceder, y así se favorece la inserción laboral, que puede rozar el 100%. «Hacemos un seguimiento del alumnado y la tasa es muy alta», indican ambos. El pasado curso 2018-19 hicieron pleno.
Esa conexión es la que busca la Consejería de Marina Lombó, quien este año incluye en su denominación la FP. La Consejería quiere que este gesto, a priori simbólico, se traduzca en más matrículas, en ciclos adaptados, en proyección. La FP aúna en Cantabria 105 programas repartidos en 53 centros -en los presupuestos tiene asignados más de 6 millones-. Para Ricardo Lombera, director general de FP, lo que ocurre en las aulas del Santa Cruz de Castañeda es un «buen ejemplo» de esa relación con la empresa que busca Educación. Es una de las metas que se ha marcado para la legislatura. ¿Cómo? Reformulando los itinerarios formativos, impulsando la FP dual, prestigiando esta salida. «La FP no es solo una opción válida, es una opción atractiva y va a serlo más», augura Lombera. «Y la única manera de que la FP tenga sentido es conectarla de verdad a las empresas para que dé respuesta a las necesidades actuales del tejido productivo y pueda anticiparse a las futuras», remata.
Paula Sainz aún no ha decidido qué rama de la electricidad la seduce más, pero se imagina viajando gracias a su empleo. Conduce a diario desde San Pedro del Romeral para asistir a clase en Castañeda; es la única alumna. Despacha rápido esta singularidad: «No voy a dejar de estudiar algo por ser la única en hacerlo».
Paula aterrizó en FP desde Bachillerato. Es un dato revelador para García: «Hay que trasladar a las familias que la FP no es una salida secundaria. Ofrece una formación académica muy buena. Hay que cambiar la mentalidad». El IES realiza campañas para contar en otros foros las posibilidades de los grados -tres más además del Superior: ' Técnico en instalaciones electrotécnicas y automáticas' y 'Gestión administrativa' en Grado medio, y 'Electricidad y electrónica', en FP básica; unos 70 alumnos en total.
La profesora de SEA, Noemí Rivero, señala otras fortalezas de la FP y de su instituto: el trabajo personalizado, la cohesión de los grupos, cierta custodia del proceso de inserción laboral a través de bolsas de empleo, de gestión de currículos. La calidad formativa se cuida, indica Rivero, es una carta de presentación. Y se cuidan las líneas de colaboración con empresas, que en este instituto se traducen en proyectos con Nestlé y otras firmas multinacionales. «La FP tiene mucho que aportar, no solo a las grandes empresas, sino también a la pequeña. La Formación Profesional puede ser permeable a los problemas de estas pequeñas y medianas empresas. Puede asumir la resolución de muchos de ellos», expone Revuelta.
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