Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando llega el verano, los hosteleros están pendientes del tiempo porque suele ser un factor que influye en el porcentaje de ocupación con el que los hoteles cierran la temporada. Este año, a los días lluviosos y grises que acumula julio, se ha sumado además ... la escalada de contagios por covid. Una combinación que se ha dejado notar en las reservas. Ya hay quien ha anulado su estancia prevista en Cantabria para este mes, pero sobre todo, lo que más han percibido los profesionales es que «se ha ralentizado el ritmo de reservas», explica Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería de la comunidad autónoma. Julio arrancó con «mucha fuerza» porque entraban llamadas y los establecimientos iban cerrando habitaciones -la región empezaba con un 75% de ocupación- pero hace ya un par de semanas que los teléfonos no suenan con tanta frecuencia. Un comportamiento que coincide con el aumento de los casos diarios y la incidencia acumulada que registra la región.
A finales de junio la percepción de cómo sería el verano era otra. «Las sensaciones eran similares a las del año pasado», reconoce Cuevas. Y la previsión era que los números de la temporada coincidirían con los de 2020, que fue «histórico» (así lo definieron el año pasado los propios hosteleros). Sin embargo, ahora ya no son tan optimistas. Aunque la situación cambia de forma constante. «Las sensaciones ahora son distintas», admite.
La 'quinta ola' ha provocado una escalada de positivos y Cantabria lleva días «apareciendo en los medios para negativo». Una imagen que afecta y ha hecho que las recepciones de los hoteles reciban «cantidad de llamadas» preguntando por la situación sanitaria y los gastos de anulación. ¿Hay preocupación? «Sí», responde con rotundidad Cuevas. Sobre todo porque en el sector hostelero el verano es fundamental para «recuperar el terreno perdido» a lo largo del primer semestre. Cuando a mediados de mayo se pusieron en marcha tras la caída del estado de alarma y la apertura de los interiores, el sector «ya había perdido un 25% de la facturación anual». Remontar esa parte del negocio es «casi imposible», pero al menos la época estival podía permitir a los establecimientos coger aire. Ahora «la percepción es de que se ha parado» y todo avanza con mayor lentitud.
Eneko Valle, Asociación de Campings
Álvaro Liébana, NH Ciudad de Santander
Eva Magaldi, Balneario de Puente Viesgo
Ángel Cuevas, Asociación de Hostelería
Jesús Blanco, Asociación de Turismo Rural
Esa sensación la comparte también Álvaro Liébana, director del Hotel NH Ciudad de Santander: «Se ha echado el freno de mano a las reservas», resume. Las llamadas que reciben son para «preguntar por las restricciones» que hay en vigor y conocer la situación de la región. Y es que, si por ejemplo cierra el interior de la hostelería (de momento no es así), el interés por reservar disminuye entre los clientes. Por eso, «más que cancelaciones» la pandemia se ha traducido en un «frenazo» al ritmo de reservas. Entre la gente hay «muchas dudas», explica Liébana y eso hace que el mes de julio esté más «estancado». Eso sí, al menos las reservas «van entrando para agosto». Un mes en el que la clientela prevé que mejorarán tanto el tiempo como la situación epidemiológica.
En todas las zonas de Cantabria hay un comportamiento similar y sin importar el punto del mapa, en lo que más incide el sector hotelero es en que «se ha ralentizado el ritmo», subraya Eva Magaldi, directora del Balneario de Puente Viesgo. Aunque parece que esas malas sensaciones empieza a disiparse y poco a poco se irán quedando atrás porque la gente «se está animando», señala. Ya no hay tanta reserva con antelación como se registraba en las últimas semanas de junio, pero empiezan a entrar llamadas tras dos semanas estancadas. La esperanza ahora está en poder «remontar» durante las próximas jornadas. Lo que tienen claro es que las cifras de contagios y de hospitalizaciones suman y afectan directamente a la imagen de Cantabria como destino vacacional.
Hay otro punto. «El tiempo no está ayudando», añade Cristina Pérez, directora del Hotel Sardinero, parte del Grupo Sardinero, en el que también se integran el Bahía y el Hoyuela. Y eso hace que julio se haya «estancado un poco», define. No obstante, también mantiene esa «esperanza» de que el mes cambie de rumbo. Al menos el cliente empieza a mostrar interés por septiembre y octubre: «Nos están preguntando y parece que hay ganas de organizar cosas a nivel empresarial», explica la directora.
En el turismo rural también se ha resentido la cifra de reservas. «Es como si hubiéramos cogido carrerilla y ahora se haya frenado», comenta Jesús Blanco, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria. Durante el fin de semana la ocupación es «buena», pero los datos se complican de lunes a jueves. Hay preocupación y «lo más grave sería que se nos estropee el verano», admite. Lo fundamental es «no relajarnos».
En el caso de los campings, por el tipo de servicio que ofrecen, lo que más afecta es el tiempo. «Las reservas avanzan despacito», dice Eneko Valle, presidente de la Asociación de Campings, que espera la llegada de reservas «de última hora».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.