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«¿Turismo en libertad o turismo por la cara, gratis y sin cumplir las normas sanitarias y medioambientales?». Es la pregunta que se hacen los ... empresarios de los campings, que asisten al boom de las autocaravanas con los problemas que lleva asociados, entre ellos, pernoctaciones en zonas costeras no autorizadas y en terrenos que no están preparados con los servicios de recogida de aguas negras, basura, luz y seguridad.
El turismo de autocaravana crece cada año en toda España como una modalidad más flexible de viajar, pero la normativa europea establece que están obligados a pernoctar en campings o áreas especiales para este tipo de vehículos. El problema surge cuando cientos de caravanas estacionan en primera línea de playa durante varios días, incumpliendo la obligación de abandonar dichos aparcamientos o terrenos a partir de las 22.00 horas. O cuando durante el día exhiben toldos o mesas de manera fija sin estar permitido acampar en el espacio público.
«Esta forma de hacer turismo perjudica la calidad turística de Cantabria y se enfrenta a los intereses de vecinos y del resto de turistas», denuncia Eneko Valle, presidente de la Asociación de Empresarios de Campings. «Si hay o no plazas suficientes para autocaravanas no es el hecho fundamental. La pregunta es: si no hay plazas hoteleras suficientes, ¿permitiríamos a los turistas hospedarse en pisos ilegales o que duerman donde quieran? Un destino turístico saturado debe tener una buena gestión y estar organizado y no debemos permitir que la gente ejerza la actividad turística de manera libre y sin control», prosigue Valle, que recuerda que en los hoteles y campings los clientes tienen que identificarse.
Verónica Samperio - Alcaldesa de Piélagos
Dionisio Luguera - Alcalde de San Vicente
Eneko Valle - Presidente Asociación de Campings
Miguel Bello - Autocaravanas Santander
No es la única voz crítica. «¿Es este el turismo que queremos, que no aporta nada a la economía local y satura las primeras líneas de playa?», se pregunta Pablo Alonso, director del camping Playa de Oyambre. Asegura que cuando tiene plazas libres las autocaravanas tampoco van a sus instalaciones: «Quieren dormir gratis».
Este movimiento viajero se ha vuelto tan intenso durante la época estival en la región y tiene tantos adeptos que para las administraciones no está siendo sencillo ponerle control o freno. La falta de regulación autonómica hace que el problema recaiga sobre los propios ayuntamientos, que se ven desbordados. En Piélagos y San Vicente (ambos muy afectados por esta situación) se encuentran tramitando permisos para habilitar nuevas zonas para autocaravanas cerca de las playas. En el caso del Parque Natural de las Dunas de Liencres, los aparcamientos para vehículos en las playas de Valdearenas y Canallave están saturados completamente de autocaravanas y los enfrentamientos por el estacionamiento con los surfistas locales y otros usuarios son continuos.
«El problema cada año va a más», reconoce la alcaldesa de Piélagos, Verónica Samperio. «Hemos reforzado la presencia de la Policía Local, guardia del parque natural y Guardia Civil, que acuden a controlar y sancionar. Pero los viajeros siempre ponen excusas, tales como que acaban de llegar a darse un baño temprano a las seis de la mañana».
Por su parte, los autocaravanistas consideran que el problema es otro: «No creo que haya que demonizar al usuario de caravana, lo que hay que hacer es regular bien los espacios y los límites de tiempo. Cantabria adolece de falta de espacio para estacionar estos vehículos y hay que solucionarlo», reivindica Miguel Bello, responsable de Autocaravanas Santander, uno de los concesionarios más grandes en el sector.
De igual modo opinan desde la Asociación Cántabra de Autocaravanas Lábaro: «Lo que hay que hacer es regular y poner un límite de tiempo de estacionamiento de 48 horas, como máximo. Lo que está claro es que en estos momentos todos sumamos y no sobramos nadie, por lo que tenemos que hacer es regularlo».
El alcalde de San Vicente de la Barquera, Dionisio Luguera, protesta porque considera que «el problema va a más cada año. No todos los turistas de autocaravanas son sucios, pero algunos vierten sus aguas negras en cualquier alcantarilla, en la playa o en el monte».
En una inspección el año pasado, la Guardia Civil puso 300 denuncias por pernoctación ilegal en el Parque Natural de Oyambre. En la zona existen áreas para autocaravanas en Revilla y Caviedes, pero no están a pie de playa. «Existe mucho interés de carácter privado en habilitar fincas en áreas de caravanas debido a la gran demanda», informa el alcalde. «Tenemos en tramitación una modificación puntual del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) para que se permita un cambio de normativa y se puedan conceder licencias con el objetivo de ordenar este tipo de turismo. Las zonas no pueden crear impacto visual, deberán estar escondidas, aunque cerca de la playa, y no podrán requerir de grandes movimientos de tierra».
Un caso de «éxito» en la gestión del autocaravanismo es Ribamontán al Mar, según destaca la teniente de alcalde, Araceli Colina. «El municipio ha sido pionero en la implantación de un área de autocaravanas, con 60 plazas, que ha mejorado mucho la situación». Se creó dentro del plan de competitividad del surf, al ser un perfil de viajero que atrae este deporte. «Antes, este turismo saltaba del País Vasco a Asturias y hemos logrado retenerlo», apunta.
Además, se ha puesto zona de OLA y vigilancia de la Policía Local y Guardia Civil cada 24 horas. «Se vigilan las fincas que en temporada estival se convierten en aparcamientos temporales, en Somo, Galizano y Langre. Les damos licencia para aparcar hasta las 22.00 horas y si no se cumple, se retira la licencia».
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