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Reducir en 20 minutos y 33 kilómetros el tiempo de viaje a Madrid por carretera es desde hace años uno de los deseos de Cantabria (el principal es el AVE). Pero para poder cumplirlo es necesaria la ejecución de la autovía A-73, que comunicará ... Aguilar de Campoo con Burgos, pero que no avanza como debería.
De sus 74 kilómetros totales, todavía quedan por ejecutar 55, repartidos en cuatro tramos, ya que los 12 kilómetros entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia están «próximos a su finalización», según señalaron esta semana fuentes del Ministerio de Transportes a El Diario Montañés. Algo, por otro lado, que ya adelantó el pasado junio, en una visita a la región, el exministro del ramo, José Luis Ábalos, quien señaló que este tramo estaría finalizado «en otoño», aunque no concretó en qué mes.
Pero ese anuncio no ha evitado que el Partido Popular siga reclamando que se agilicen las obras pendientes. De hecho, hace unas semanas los senadores populares de Burgos, Francisco Javier Lacalle y Cristina Ayala Santamaría se interesaron por la marcha de los tramos que quedan pendientes. La respuesta del Gobierno, ratificada hace unos días a este periódico, es que actualmente el Ministerio de Transportes «trabaja en la redacción del proyecto del tramo Quintanaortuño y Montorio, y en la ejecución de las obras del tramo Pedrosa de Valdelucio-Báscones de Valdivia, que están próximas a su finalización».
EFECTO PARA CANTABRIA
EN 2021
EN 2018
EN 2010
Además, desde el departamento que ahora dirige Raquel Sánchez aseguran que proseguirán con el desarrollo de esta infraestructura, «contratando los servicios de actualización de los proyectos del resto de los tramos de esta autovía. Es decir, los tramos Montorio-Santa Cruz del Tozo (17,1 kilómetros), Santa Cruz del Tozo-Pedrosa de Valdelucio (14,3 kilómetros) y Báscones de Valdivia-Aguilar de Campoo (12 kilómetros). Según avanzaron desde el Gobierno central, su intención es continuar con la ejecución del proyecto del tramo Báscones de Valdivia-Aguilar de Campoo, que consideran «prioritario», puesto que dará continuidad al tramo Pedrosa de Valdelucio-Báscones de Valdivia.
Lo cierto es que por una cosa o por otra esta obra se ha convertido en el cuento de nunca acabar. El primer contratiempo fue la crisis económica y la consecuente paralización drástica de la obra pública en junio de 2010, durante el segundo gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. A partir de 2012, cuando el Ministerio de Fomento volvió a dar impulso al proyecto, los problemas vinieron desde la parte contraria: las empresas adjudicatarias. En unos casos con quiebras y en otros con renuncias al contrato por los sobrecostes generados.
12kilómetros del tramo Pedrosa de Valdelucio-Báscones son los únicos en ejecución
El caso es que, a día de hoy, el grueso de esta autovía no termina de avanzar, al menos al ritmo que se demanda tanto por el Gobierno de Castilla-León como por el cántabro. Y aquí es donde muchos echan la mirada atrás y recuerdan como el exministro de Fomento, el popular Íñigo de la Serna, quiso impulsar esta obra, aunque poco después tuviera que abandonar su cargo tras la moción de censura que sufrió el Gobierno de Rajoy.
Díez días antes de que Pedro Sánchez accediera a la Moncloa, en 2018, De la Serna anunció un plan para unir en un solo contrato la obra restante. La idea era simple. Siguiendo el ejemplo de otras muchas autovías en España, el Ministerio sacaría a concurso la construcción, mantenimiento y explotación de todo el tramo entre Burgos y Aguilar por un periodo máximo de 30 años. Un contrato cuyo presupuesto se dispararía hasta los 534,8 millones de euros durante ese periodo y que obligaría a la empresa que resultase adjudicataria a asumir la conservación de la vía en perfectas condiciones.
Este modelo estaba articulado a través del denominado Plan de Inversión en Carreteras (PIC).
350millones prevé invertir el Ministerio en las obras de los cuatro tramos pendientes
Sin embargo, este proyecto chocó de inmediato con las reticencias del Ministerio de Hacienda, que frenó el plan al dudar de este sistema de financiación extrapresupuestario. Con el cambio de Gobierno y con la llegada de Sánchez a la Moncloa el plan se sometió «a revisión» y, con ella, la obra de la Aguilar-Burgos. A finales de 2018, el Ministerio aseguró que dicha «revisión» no tenía por qué afectar a las actuaciones y que, mientras buscaba la fórmula económica más rentable, cada proyecto continuaría su proceso administrativo por su cuenta y fuera del paraguas del paquete de inversiones del Plan de Carreteras.
Hubo que esperar hasta abril de 2019 para que el Ministerio aprobara provisionalmente el proyecto del tramo Quintanaortuño-Montorio, el que conectaría con los dos únicos acabados (de 9,5 kilómetros sobre el total) de los 74 que sumará la autovía, que no tienen una repercusión real en el trayecto. Este paso, que estaba pendiente desde comienzos de 2017, cuando salió a información pública la obra de 11,7 kilómetros y unos 92 millones de euros de presupuesto, implicaba el inicio del proceso de expropiaciones.
A finales del pasado año, el Gobierno central consignó 19,4 millones de euros para la ejecución del tramo Pedrosa de Valdelucio (Palencia)-Báscones de Valdivia (Burgos), los únicos 11,95 kilómetros que a día de hoy se encuentran en obras. Además, habilitó otras partidas simbólicas -entre 100.000 y 300.000 euros- para avanzar en los restantes tramos.
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