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Olaya Suárez y Abel Verano
Gijón | Santander
Miércoles, 2 de octubre 2024, 02:00
Desde el inicio de la investigación, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional trabajaba con el convencimiento de que el asesino del cántabro Luis Manuel López Pérez, de 55 años, había huido del piso de la calle Luanco (Gijón) ... tras apuñalarle mortalmente.
La misma noche del jueves habían detenido a un compañero de piso de la víctima. Consideraban que estaba implicado en el violento episodio, pero buscaban al autor material. La tarde del lunes, tras cuatro días de exhaustiva investigación revisando grabaciones de las cámaras de seguridad, cotejando posicionamientos de teléfonos móviles y recabando testimonios, lograron ubicar en el lugar del crimen a ese segundo individuo, un hombre de unos 45 años, nacionalidad española, con quien Luis Manuel López, que durante los últimos meses se ayudaba de una muleta para caminar, había tenido problemas anteriormente.
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Hacía un mes ese mismo hombre se había personado en la vivienda (que funciona en régimen de alquiler de habitaciones) y le amenazó, supuestamente, con una pistola. La tarde del pasado miércoles, horas antes del crimen, otros inquilinos del edificio vieron al luego fallecido y a ese individuo juntos en el portal. Todo apunta a que tenían desavenencias por temas relacionados con drogas.
Luis Manuel López, originario de Santander y de 55 años, había cumplido condena en el centro penitenciario de Asturias por temas relacionados con tráfico de estupefacientes. Desde el año 2014 y tras cumplir una condena por un delito contra la salud pública, no había vuelto a pisar la cárcel, según ha podido saber este periódico.
Luis Manuel, que también tenía varias deudas con Hacienda y contaba con numerosos antecedentes policiales por los que había estado en prisión varias veces, llevaba aproximadamente tres años viviendo en el piso de la calle Luanco, en una habitación alquilada. Fue allí donde fue asesinado y también donde fue arrestado uno de sus compañeros de piso que, desde el sábado, permanece en prisión preventiva por su presunta relación con el crimen. Se le considera encubridor.
El otro hombre detenido está previsto que pase a lo largo de la mañana de hoy, miércoles, a disposición judicial. Al parecer, se trata de un vecino de Gijón que frecuenta los centros asistenciales de la ciudad y que cuenta con antecedentes.
La jueza encargada del caso tendrá que decidir si este segundo detenido debe ingresar en prisión provisional y sin fianza, como ocurrió con el primer detenido, o bien si lo deja en libertad con cargos.
Fue la propia víctima la que la madrugada del miércoles al jueves, cuando ocurrieron los hechos, llamó a los servicios de emergencia. Sufrió cinco cuchilladas y una le afectó al corazón. Sin embargo, su muerte fue lenta. Se desangró sobre la cama. La Policía detuvo allí mismo a uno de sus compañeros de piso y desde el principio de la investigación buscaban a otro sospechoso. Esas pesquisas llevaron a la UDEV a seguir el recorrido del asesino gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad de distintos negocios, desde el barrio de Laviada hasta otros en las inmediaciones de la carretera Carbonera. «Han hecho un trabajo magnífico», les felicitaba el comisario principal Dámaso Colunga durante la celebración del patrón de la Policía Nacional.
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