Las autoridades piden donaciones económicas en vez de productos para Valencia

El Diario acude de nuevo al lugar donde estuvo hace solo un par de días. La fotografía es totalmente diferente. Antes reinaba la más absoluta calma y los trabajadores de esta base estaban «a la espera» de lo que pudiese suceder en Tanos. Este jueves, todo lo contrario. Los camiones y furgonetas de los diferentes ayuntamientos invadieron la nave de Salvamento Marítimo, habilitada por el Ejecutivo nacional, y el trasiego y el 'vete y ven' de los más de quince trabajadores, entre lo del Gobierno de Cantabria y los de la base de Salvamento Marítimo, se llevaron el protagonismo.

Otra vez, era un no parar. Cada uno con sus funciones asignadas y el trabajo muy bien organizado para que no hubiera ningún caos debido a la cantidad de cajas y cajas que iban entrando por la puerta. «La leche va aquí», decía uno de ellos, mientras que le indicaba a un compañero que «por ahí, había que poner el agua». Hay que coordinarse. Unos colocaban los productos a mano y otros con carretilla. Por su parte, en el exterior de la nave estaban los vehículos de los propios ayuntamientos esperando a que los operarios de la base les diesen luz verde para dejar todos los productos. «Venimos desde Alfoz de Lloredo con pañales, comida, latas, cepillos, escobas, mantas… de todo», detallan dos trabajadoras de este ayuntamiento, quienes afirman que «todavía queda mucho más por traer». Y eso que tenían el remolque lleno. Lo mismo pasaba con furgonetas de otros municipios, como los de Ribamontán al Monte o Astillero, que también estaban por la zona cargados de productos.

Según cuenta el responsable de la base técnica de Operaciones Especiales de Salvamento Marítimo, Diego Nava, cuando la Delegación del Gobierno en Cantabria les trasladó que la nave de su departamento iba a acoger parte de los productos recogidos por los ayuntamientos empezaron a adecentar la nave y «a dejar un hueco». «Hemos sacado varios vehículos al patio y hemos puesto a disposición nuestras carretillas y elevadores, además del personal», detalla Nava, quien explica que la superficie total de la base es de 2.000 metros cuadrados, divididas en tres naves. «Hemos prestado una. Las otras dos no se puede porque está todo nuestro material y sería complicado habilitar más espacio», apostilla.

El responsable de la base admite que le está «sorprendiendo la cantidad de trailers y palés completos» que llegan a Nueva Montaña, «más los que quedan por hacer». «También les ha sorprendido al propio gobierno porque la idea era que dejásemos la nave a partir del viernes, pero al final han tenido que venir el jueves porque se les ha llenado la de Tanos», apunta. «Por lo que me han comentado va a ser así de continuo durante varios días», continúa Nava, quien afirma que «lleva toda la mañana recibiendo camiones y con mucho movimiento». «La gente se está volcando. Estoy viendo que hay bastante leche, agua, ropa y productos de limpieza», señala.

Si hay algo en lo que insiste Nava es en la coordinación y en respetar los protocolos. Por ello, advierte de que no van a coger ningún tipo de producto a particulares porque la base únicamente gestiona las donaciones realizadas a los ayuntamientos cántabros. «Esto tiene que estar controlado y con sus notas de entrega», añade el responsable de la nave, quien pide a la población en general que «no vengan porque no se les va a atender de manera particular». «Cada municipio cuenta con sus puntos de recogida y luego los ayuntamientos nos traen aquí los productos», reitera.

Mientras, el Gobierno de Cantabria retrasa, por motivos de logística, a la próxima semana el envío de todos los productos recogidos por los ayuntamientos durante esta semana. Es una petición de la Diputación Provincial de Valencia, quien admite tener «un problema de almacenamiento y un problema de acceso a los lugares donde hay la necesidad«. Asimismo, desde Valencia solicitan mayores aportaciones económicas a entidades sociales que están trabajando en el lugar, como Cruz Roja, Banco de Alimentos o Cáritas, en lugar de en especie.