La autovía Aguilar-Burgos se estanca y solamente un tramo sigue en marcha

¿En qué situación se encuentra la autovía en estos momentos? ¿Y cuál es su futuro a corto plazo? Son algunas de las cuestiones más importantes que se plantean a día de hoy y se pueden desvelar en un repaso tramo a tramo de la A-73.

Uno de los tres únicos abiertos es el trozo que une Burgos Norte con Quintanilla Vivar, en funcionamiento desde hace una década y que cuenta con 1,5 kilómetros de longitud. A este le sigue el trecho entre Quintanilla Vivar y Quintanaortuño, fue el primero en inaugurarse en 2013 y cuenta con un recorrido de 8,5 kilómetros.

Los problemas llegan con el siguiente tramo, el que conecta Quintanaortuño y Montorio, su ejecución en un inicio se marcó en 24 meses y tuvo que extenderse hasta los 36 meses. Las obras se encuentran a cargo de la UTE FCC Construcción y Construcciones y Obras Llorente y tienen como plazo de entrega agosto de 2026, una fecha que a día de hoy se encuentra en entredicho tanto por la imagen que presentan las zonas por las que discurriría la autovía y las cifras de certificación de obra que reveló el Ministerio hace unos meses a través de una respuesta parlamentaria en el Congreso de los Diputados al Grupo Popular. Con un coste total de 108 millones, están cifrados 14,4 millones de euros de certificación de obra, un 13%, que no resulta un buen augurio para que se cumplan los tiempos establecidos. Y es que el tramo de 11,5 kilómetros no cuenta con grandes avances a nivel visual, solamente se cuentan con algunas estructuras levantadas y unas pocas máquinas trabajando durante el recorrido que se puede realizar en paralelo al trazado por la N-627. «Los esfuerzos se están centrando en este tramo y en el que corresponde al que une Báscones de Valdivia y Aguilar de Campoo», fue una de las contestaciones del Ejecutivo nacional ante las preguntas realizadas por escrito en el Congreso de los Diputados y en el Senado en los últimos meses.

Un pobre bagaje para una autovía que pretendía estar inaugurada en su totalidad para 2013 y ahora tiene una fecha incierta, que en el mejor de los casos se preveía para 2030, ahora la duda que asalta es sí se conseguirá terminar algún día. Tanto es así que los dos siguientes tramos en el trazado se encuentran pendientes de licitación, pero sin ninguna fecha prevista: Montorio-Santa Cruz del Tozo y Santa Cruz del Tozo-Pedrosa de Valdelucio. «Se está trabajando en la planificación de ambos proyectos», afirmó el Gobierno en las respuestas emitidas en ambas cámaras.

El penúltimo tramo fue el más reciente en abrirse al tráfico, aunque desde su inauguración han pasado ya más de tres años. Hasta la fecha es el más extenso de todos los que están en funcionamiento, con 12,2 kilómetros y que permite un ahorro considerable de tiempo en el trayecto.

El mayor escollo se encuentra con el nudo de Aguilar. El segmento que une Báscones de Valdivia y Aguilar de Campoo se encuentra estancado. La ingeniería pública Ineco busca soluciones desde hace años para enlazar con la A-67 –la de la Meseta– y así completar con la conexión hasta Torrelavega. Una misión que se alarga en el tiempo y que deja una imagen curiosa como es el corte que tiene la autovía en Báscones de Valdivia y que obliga a los vehículos a volver a la carretera nacional para continuar el trayecto hasta Cantabria. «Se continúa trabajando en la redacción del proyecto con el objeto de poder someterlo al trámite de información pública, de su resultado y de las alegaciones que puedan presentarse dependerá el desarrollo futuro del proyecto», especificó el Ejecutivo sobre el tramo.

«No ha sido una prioridad y a los hechos me remito, pero el problema no es de ahora ni tiene visos de que tenga solución en los próximos años, al menos con este Gobierno». Así de crítico se muestra Francisco Javier Lacalle, senador del Partido Popular por Burgos, ante la situación de estancamiento en la que se encuentra la A-73 y por la que han realizado diferentes preguntas y mociones en la Cámara Alta.

Lacalle cree que el Ministerio «no está haciendo las aportaciones económicas suficientes y las empresas evidentemente notan esa incertidumbre a la hora de que les abone las certificaciones de obra». Tanto es así que el senador apunta a que el único tramo en el que se trabaja «no se avanza absolutamente nada y que se va a tardar mucho en recuperar el tiempo perdido». Una negatividad que traslada al conjunto de la obra:«Estamos ahora mismo en 2025, es imposible que ya está década este operativa al completo. Por los propios temas administrativos y la demora en los plazos es probable que no esté hasta finales de la próxima década. Era una obra para ejecutar a la misma vez en su totalidad como planteó el Partido Popular».