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La situación en las carreteras ha mejorado. La A-8 ha recuperado la normalidad tras las dificultades que han causado desde primera hora de esta mañana las intensas nevadas en Cantabria, que obligaron a cortar la autovía entre Castro Urdiales y Allendelagua, y también ... está ya abierto para camiones el tramo entre Mataporquera y Molledo de la A-67.
Desde las 11.30 horas se puede transitar por toda la A-8 a su paso por Cantabria, que durante esta mañana ha estado congestionada en varios tramos y cortada, desde alrededor de las 8.00 horas, entre el kilómetro 139.3, en Castro Urdiales, y el 151, en Allendelagua, ha informado a Efe la Guardia Civil de Tráfico.
La nieve ha sido también la causa de una colisión múltiple en esta autovía con cinco vehículos implicados a la altura de Mioño, sin que se hayan registrado heridos.
La Guardia Civil ha estado embolsando camiones en la A-8, a la altura de Riaño de Ibio, en tanto que en la autovía de la Meseta el embolsamiento, tanto de camiones como de autobuses, se produjo en Molledo y se prolongó hasta las 10.30 horas.
También la A-67 está abierta a todo tipo de vehículos, aunque la circulación ha estado condicionada por la nieve en el tramo de 40 kilómetros que va desde Mataporquera (kilómetro 117) a Molledo (157) y es necesario transitar con precaución. En estos momentos ya se puede circular por ella con normalidad.
En la red autonómica están bloqueados por la nieve Estacas de Trueba (CA-631) y Lunada (CA-643) y hay que usar cadenas en seis puertos, cerrados a camiones y autobuses. Se trata de los puertos de La Matanela (CA-633), Palombera (CA-280), Piedrasluengas (CA-184), Polaciones (CA-281), el Alto del Caracol (CA-264) y La Braguía (CA-262).
Cientos de personas han estado atrapadas y «resignadas» en sus vehículos a primera hora de esta mañana en la autovía A-8 a la altura de Castro Urdiales porque, pese a conocer de antemano las nevadas previstas para hoy, decidieron utilizar las carreteras porque necesitan «ir a trabajar».
Así le ha ocurrido a Pedro, quien explica que intentó madrugar más y salir antes para evitar el temporal, pero al final «la solución ha sido peor, porque la autovía ya estaba intransitable a las seis de la mañana».
«Hoy no llego al curro», lamenta este trabajador del Servicio Municipal de Limpieza de Bilbao, que ha estado acurrucado en el asiento del conductor ya que, además, se la ha roto la ventanilla del coche por el frío o por una piedra que ha impactado contra su cristal. «Ya ni lo sé», asegura.
Sin embargo, añade, entre risas, que «las desgracias nunca vienen solas» y reconoce que hoy le ha tocado a él, mientras recoloca unos cartones con esparadrapo para evitar que entren los copos de nieve.
Otros de los trabajadores afectados es Iván, un camionero que pretendía descargar su mercancía a primera hora de esta mañana en Galdácano (Vizcaya) y que tendrá que esperar para salir de la «ratonera». Y es que «los camiones siempre somos los últimos en salir de las nevadas», explica.
«Esta vez no hay excusas, la nieve estaba prevista», afirma el camionero, quien opina que la mayor parte de la culpa de los colapsos de tráfico por nevadas es de los propios conductores que salen a la carretera sin ningún tipo de precaución.
«Siempre ocurre lo mismo, no estamos acostumbrados a conducir en estas circunstancias y se producen largas retenciones por accidentes al carecer los vehículos de neumáticos de nieve o cadenas», sentencia.
En el aeropuerto Seve Ballesteros se activó anoche el plan invernal y un retén especial trabajó durante toda la noche esparciendo urea por todas las pistas para que la nieve y el hielo no afectaran a los vuelos, según informaron desde Aena. Los primeros aviones de la mañana despegaron sin problemas, pero el procedente de Madrid a las 8.30 horas tuvo que regresar a la capital por «techo bajo de nubes» y, en consecuencia, ha tenido que ser cancelado el de salida hacia el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez, previsto para las 8.55 horas. Además, el vuelo Sevilla-Valladolid fue desviado a Santander por los problemas que ha generado el temporal en la capital vallisoletana.
El tráfico ferroviario también se ha visto afectado este miércoles. El tren Santander-Alicante, cuyo intercambiador se encuentra en Palencia, ha sufrido un retraso de tres horas y media «por el hielo y la nieve», según fuentes de Renfe.
Los pasajeros han tenido que esperar a que el tren Madrid-Santander pasara por Palencia para reanudar la marcha con la alta velocidad hacia Alicante. «Hemos estado tres horas y media esperando. La gente que ha subido en Palencia lo ha hecho para nada. Por lo menos desde Santander ha salido puntual. Cuando yo era pequeña se viajaba más en tren y no pasaban estas cosas», cuenta una pasajera.
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