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El Ministerio de Transportes tiene previsto abrir al tráfico antes de verano los tramos en los que se trabaja actualmente en el entorno de Cicera, La Hermida y Urdón (en Cantabria), y de Estragüeña y Puentelles, en la parte asturiana de la N-621. En pocas semanas estarán listos para ser transitados por los conductores estos 5 kilómetros totalmente renovados, que se sumarán a los 4,5 kilómetros ya habilitados en los últimos meses. La cuenta es fácil: si la reforma integral de la carretera contempla intervenir sobre 20 kilómetros, eso quiere decir que para verano ya estará acabada y en funcionamiento casi la mitad de la actuación. El 50% de los trabajos una vez consumido el 50% de los 46 meses de plazo de ejecución comprometido por la UTE Puentes y Calzadas Infraestructuras.
El Ministerio de Transportes ya puso en servicio algunos pequeños tramos el pasado verano y más tarde en otoño.
Actualmente, las máquinas están trabajando en cinco puntos en el entorno de Cicera, la Hermida y Urdón en la provincia de Cantabria, y en Estragüeña y Puentelles, ya en el Principado de Asturias.
La reforma integral incluye la creación de nuevos sistemas de contención para evitar la caída de vehículos al río. Dichos sistemas de contención son de acero con forro de madera, lo que genera una reducción del impacto visual de la carretera adaptándola a un entorno tan sensible ambientalmente como el desfiladero.
Operarios de la UTE adjudicataria del contrato por 78,2 millones de euros, este miércoles trabajando sobre el terreno.
Una de las escolleras creadas para aumentar la calzada. En la nueva carretera, algunas zonas tenían una anchura de alrededor de 3,5 metros. Ahora, cada uno de los carriles sumará tres metros y tendrá sendos arcenes de un metro por cada carril.
Un voladizo sobre el río Deva, otra de las soluciones técnicas para ampliar la calzada.
También se han realizado, previamente al acondicionamiento de los tramos, medidas de protección consistentes en pantallas dinámicas que protegen de las caídas de piedras de la ladera, tanto a los propios trabajadores de la obra como al resto de usuarios de la carretera.
Las esperas por los cortes pueden llegar a la media hora, uno de los inconvenientes puntuales que están causando las obras.
Los cortes están regulados por semáforos. Sin embargo, algunos fines de semana y en días festivos, siguiendo la petición de los alcaldes, estos semáforos se sustituyen con personas con señales para dar más fluidez al tráfico.
El avance de los trabajos son ya muy evidentes al cruzar el desfiladero.
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Ana del Castillo
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