El 'territorio' de María José González Revuelta (Quintana de Toranzo, 1972), la secretaría autonómica del PP, es un despacho impecable en la segunda planta de Joaquín Costa. Ahí, desde su mesa llena de documentos, ha remendado las costuras de un partido que recogió roto por ... unas virulentas elecciones primarias. Defiende su capacidad de diálogo para volver a negociar un gobierno en 2019, aunque «no haremos presidente al que no gane las elecciones». Celebra que la justicia vaya a investigar las irregularidades en las contrataciones del Servicio Cántabro de Salud (SCS).
–¿Le queda a Luisa Real otra salida que la dimisión por las responsabilidades políticas que corresponden por los contratos del Servicio Cántabro de Salud?
–Miguel Ángel Revilla no puede hacer otra cosa que cesar a la consejera. Primero dijo que era todo humo del PP. Después lo fio todo a una investigación interna que concluyó que había irregularidades. Más tarde, lo alargó hasta el informe de Intervención, que dijo lo mismo. Y por último, a que actuase la Fiscalía.El Ministerio Público ha sido contundente. Ha visto irregularidades y las ha mandado al juzgado. Ahora no le queda más remedio que echarla.
–Ella justifica que no aparece en la denuncia remitida.
–Sólo quiere atrincherarse en el sillón y por eso dice que los culpables ya están en casa. Recuerdo que durante meses los estuvo defendiendo a capa y espada hasta que no le quedó más remedio que cesarlos acorralada por las pruebas que desveló el PP. La responsable es ella, que es la que los nombró y sabía desde el primer momento lo que ocurría. Real era colaboradora necesaria de estos señores, porque, si no, no serían capaces de ejecutar esta trama. Existe una cosa que se llama el 'in vigilando'. Y por eso ha tenido que dimitir mucha gente del PP, sólo por acusaciones del PSOE.
–¿Le ha extrañado la defensa cerrada que hace Pablo Zuloaga pese al exigente código ético marcado por Pedro Sánchez?
–Los socialistas han dejado su exigencia moral por los suelos. Tienen una doble vara de medir. Es normal que él diga esto, porque está implicado. Cuando el escándalo estalla, Real y él pergeñan una operación para cesar al interventor y el responsable de las auditorías.
–¿Extiende el 'caso SCS' a un 'caso PSOE'?
–Si esto nos hubiese ocurrido a nosotros sería el 'caso PP'... Hay una concatenación de hechos que llevan a pensar que el PSOE tiene una serie de engranajes entre la Consejería de Sanidad, alcaldes socialistas y la propia formación. Cada uno puede deducir a qué conduce todo eso. Evidentemente, el hijo de un alcalde socialista (el de Suances) se beneficia de unos contratos del Gobierno amparado por el secretario general.
–¿Se refiere a una posible financiación ilegal del PSOE?
–Son acusaciones que no me corresponde a mí hacer, pero el juez tiene entre manos una documentación que pueden llevarle a conclusiones que de partida no salen, pero que con la investigación pueden aparecer conclusiones muy preocupantes.
–¿Qué hubiera dicho el Gobierno si el caso les hubiese estallado a ustedes entre las manos?
–Miguel Ángel Revilla, que ha ido a México a vender honestidad, iría por todas las televisiones diciendo que somos unos corruptos y unos sinvergüenzas. Sin embargo, él tiene ahí corrupción y no actúa de ninguna manera. ElPP hizo una investigación de muchos meses y no nos ha hecho caso. Por mucho que Revilla vaya diciendo que cualquiera puede ir a denunciar la corrupción a su despacho, lo que ha hecho es cerrar los ojos y mirar para otro lado.
–El Gobierno montará en unos meses una oficina anticorrupción. Con lo que acaba de decir, ¿cree que servirá para algo?
–Han intentado dejar pasar la legislatura antes de ponerla en marcha. Ni siquiera cuando la propia jefa de contratación del SCS ha ido a denunciar hechos tan graves se le ha hecho caso. Y lo que es peor, se ha tenido que ir a casa de baja, se la ha ninguneado y se ha dicho de ella que estaba enajenada mentalmente. Es vergonzoso.
–Quedan seis meses para las elecciones autonómicas. Después de los problemas internos, ¿está maduro el liderazgo de María José Sáenz de Buruaga?
–Para los afiliados y votantes del PP tiene que ser un privilegio tenerla. Es una persona luchadora, valiente, inteligente y con un gran corazón. Aunar esas cuatro cosas en una sola persona no es fácil. Además, conoce muy bien al PP y sabe lo que es gestionar como consejera de Sanidad. Puede presumir de algo tan importante como acabar Valdecilla, lo que otros no hicieron en 15 años. María José Sáenz de Buruaga va a ser una gran presidenta de Cantabria.
–Está confirmando que se presenta a la Presidencia de Cantabria.
–A ver, ella está a disposición del partido. Pero cuando uno se presenta al Congreso Regional queda claro que el presidente del PP será automáticamente el candidato. Cuando ella se presentó sabía que eso iba a suceder. La reflexión personal que realizó para tomar ese paso ya incluía la de ser candidata a la Presidencia. Ella ya ha manifestado que está dispuesta. Pero será ella quien lo diga de forma consensuada con la dirección nacional cuándo se decida hacer público.
–Hace dos lunes se reunió en Génova con Pablo Casado. ¿Encontró el respaldo de la dirección nacional?
–La dirección nacional ahora mismo tiene una relación excelente con nosotros. Si la de antes era buena, ahora es mucho mejor. Pablo Casado y Javier Maroto (secretario de Organización) eran vicesecretarios durante las primarias y conocen muy bien toda la situación interna. Casado mostró durante el encuentro el apoyo sin fisuras a Buruaga y a la dirección regional y se comprometieron a trabajar conjuntamente para todo lo que nos viene encima.
–¿Van a volver a tirar la toalla en la noche electoral si el resto de fuerzas, como parece posible, suman y pueden formar gobierno?
–Una de las cosas que aprendimos tras el Congreso y que fue una de las exigencias de nuestros votantes es que tengamos la oportunidad de sentarnos a hablar, a dialogar y a pactar un gobierno. Muchos de nuestros alcaldes ganaron y no gobiernan porque el PP regional no fue capaz de negociar nada y se tiró la toalla al minuto cero. Hemos intentado que las relaciones con los demás partidos se normalicen, ahora son cordiales, y que llegado el momento nos sentemos con los partidos que tenemos un proyecto común y plantear un acuerdo de gobierno.
–¿Incluido Revilla?
–Por supuesto. El PP no tiene ninguna aversión al PRC, somos adversarios políticos, pero llegado el momento nos sentaremos con Revilla. Nosotros con el PRC ya hemos gobernado y fue una época de bonanza para Cantabria, de grandes éxitos y una de las mejores etapas de gobierno con José Joaquín Martínez Sieso al frente. No habría ningún problema y no tenemos nada en contra de Revilla. De hecho, es más difícil que pactemos con el PSOE o Podemos, porque ideológicamente nuestros programas son muy diferentes. También digo que no haremos presidente a nadie que no gane las elecciones.
–¿Pero si él las gana?
–Vamos a volver a ganar, lo sabemos nosotros y él. Pero no habría problemas. Nosotros ya hemos planteado sentarnos a negociar los Presupuestos, aunque no evolucionó.
–¿Se equivocaron la pasada legislatura al ser tan radicales?
–No es equivocarse. Eran otras circunstancias. Todo el mundo sabe cómo eran las relaciones entre Revilla y Diego, y en esas circunstancias era muy complicado. El PP no tiene ninguna aversión al PRC, somos adversarios políticos, pero llegado el momento no tenemos impedimento a sentarnos con nadie.
–¿Ya han empezado a trabajar en las listas para 2019?
–Llevamos casi desde principios de año. Prácticamente la totalidad de los alcaldes nos ha trasladado su intención seguir. La siguiente etapa fue los municipios estratégicos, donde nos jugamos las elecciones y donde se concentra el 75% de la población. Se van a renovar la mayoría, a excepción de Torrelavega y Camargo. En municipios como Bezana, Castro Urdiales, El Astillero o Reinosa son los candidatos anteriores los que han decidido dar un paso atrás. Con el resto, estamos analizado la progresión de las últimas elecciones, donde hay candidatos que van bien seguirían y se tocará en aquellos lugares en donde los resultados están siendo peores elección tras elección.
–Sáenz de Buruaga ya avanzó en este periódico que iba a ver una gran renovación en la lista autonómica. ¿Qué tienen en mente?
–La última gran renovación se hizo en 2007 cuando hubo un cambio también en la dirección. Tiene que haber cambios porque las elecciones de 2015 y el Congreso Regional nos dijeron algo, que la gente no quería continuismo. Es importante que haya caras nuevas, lo que no quiere decir que no continúe nadie de la gente que está.
«Todos los fantasmas del PP ya se han superado, tenemos ilusión para ganar»
–Hace cuatro meses que se cerró uno de los capítulos más oscuros de la historia del PP cántabro. Usted asumió la Secretaría Autonómica y le tocó 'cuidar' al partido enfermo para cerrar las heridas. ¿Cómo va el tratamiento?
–No voy a ocultar que ha sido un año duro, complicado, pero afortunadamente eso está superado. Ahora la situación interna del PP cántabro es de normalidad absoluta con todos los miembros de la organización y estamos dedicados a preparar la maquinarias fuerte del PP.
–Me va a decir que son una piña...
–El PP ya ha superado todos los fantasmas del pasado que podía haber con nuestra política de mano tendida, de generosidad, con las puertas abiertas a todo el que quiera trabajar e integrarse. Se han olvidado los problemas internos, que los hubo, y ahora la organización está ilusionada, con ganas y pensando en ganar las elecciones.
–¿Les colaron un gol al meter a Ruth Beitia en la dirección nacional?
–La presidenta no vetó que entrase en la Ejecutiva nacional y no hay ningún problema. Esa integración real se ve en ese tipo de cosas. Nosotros tenemos una relación correcta y cordial.
–¿Teme que Madrid les obligue a llevarla en las listas cuando hasta hace unos meses hasta ella se daba por amortizada?
–El PP va a hacer las listas libremente, sin ningún tipo de injerencias de Génova y lo que creamos que es mejor para Cantabria. No nos vamos a sentir a obligados a incluir a nadie que no se quiera. No van a imponer nada. Las conversaciones que hemos tenido con Casado, Maroto y Teodoro García nos han dejado muy claro que vamos a tener total libertad.
–¿Habrá un hueco para Ignacio Diego y Santiago Recio?
–En el PP cabe todo el mundo que quiera trabajar, pero se puede hacer desde muchos sitios sin ir en una lista o tener un cargo. Así están 14.000 afiliados del PP que todos los días colaboran y no van en listas.
–¿Le llamó la atención cuando Recio se ofreció a ir en la lista al Ayuntamiento?
–Cuando conoces a las personas cada vez te sorprenden menos. Hay gente que no sabe cuál es su sitio, como ha demostrado él.
–¿Cree que Gema Igual debe de ser la candidata al Ayuntamiento de Santander?
–Ha venido diciendo que está en un periodo de reflexión. La decisión es consensuada entre Cantabria y Madrid, pero el primer paso lo tiene que dar Gema. Ella ya sabe nuestra opinión, pero estamos esperando a que se decida. Queremos que la tome libremente y sin ningún tipo de condicionantes por nuestra parte.
–¿Cómo valora el nuevo perfil que el PSOE le ha dado a la Delegación del Gobierno?
–Lo del delegado del Gobierno se tendrá que estudiar en los libros de historia. Zuloaga, en su afán de notoriedad y de que alguien le conozca, ha sido capaz de pervertir el cargo. Cada día que pasa por la mañana es delegado, por la tarde líder del PSOE y no sabe dónde está su sitio.
–¿Teme que Vox les adelante por la derecha?
–Respeto a todos los adversarios. No hay enemigo pequeño.Me sorprende que se le esté dando más importancia de la que transmiten las encuestas. La soluciones que necesita España no las va a traer Vox, las tiene el PP.
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