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«Estábamos cenando en Loredo cuando nos llamó una vecina para decirnos que estaban robando en la urbanización. Nos asustamos porque nuestra hija estaba sola en casa». Vecinos del Barrio el Campo, en Oruña de Piélagos, han relatado a este periódico la pesadilla que vivieron ... hace unos días cuando un individuo accedió al interior de seis viviendas de una misma urbanización y se llevó todas las «joyas, relojes y dinero» que encontró por su camino.
Eran las nueve y media de la noche del sábado 16 de septiembre. El ladrón accedió al jardín de uno de los chalet y fue saltando -y asaltando- de uno a otro por las terrazas. Cuando se coló en uno de ellos se activó la alarma y avisó al dueño, que estaba de vacaciones. El propietario, que fue quien dio la voz de alarma al resto de vecinos, incluso llegó a ver al ladrón en su teléfono móvil a través de las imágenes de las cámaras de seguridad.
Así fue corriendo la noticia hasta que llegó a oídos de R. F. R. una vecina que se encontraba con su marido cenando en Loredo y cuya hija adolescente, de 19 años, estaba sola en casa. «No la queríamos asustar, así que la llamamos y la dijimos que durante la cena habíamos estado hablando de robos y que era mejor si activaba la alarma de casa y bajaba las persianas», señala F. R.. En ese impás de llamada, coge coche y arranca hacia Oruña, vuelve a recibir la llamada de una vecina para decirle que el individuo sigue robando y que ahora está por «las casas de la fila de abajo», donde ella tiene ubicado su chalet. «Pedí que fuera a buscar a la niña y volví a llamar a mi hija para avisarla de que irían a estar con ella, pero estaba ya muy nerviosa porque había visto y oído pasos cercanos».
Cuentan los vecinos que tras conocer lo sucedido y armados con lo primero que pillaron, como palos de golf o utensilios de cocina, salieron a la calle en grupo para tratar de localizar, sin ningún éxito, al ladrón. Lo que sí consiguieron son pistas que fueron recopilando de unos y otros sobre su aspecto: «Iba con gorra, un pasamontañas y llevaba mochila. Estamos casi seguros de que vino y se fue en un BMW negro y tenía que ser un profesional porque yo estaba en casa, en el medio de dos viviendas que fueron asaltadas, y no escuché nada». No rompió cristales, ni hizo ruido y fue «muy rápido». «Tenía que ser un profesional», señala C. P. otra vecina que prefiere no desvelar por completo su identidad.
Cuando la Guardia Civil se personó en el lugar de los hechos -hasta en dos ocasiones porque fueron apareciendo otras vivienda que también habían sido asaltadas- realizó la correspondiente inspección ocular, tomó declaración a los vecinos y se formularon «varias denuncias», según la Benemérita, por lo que la investigación continúa abierta para esclarecer lo ocurrido.
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