La avispa asiática, quince años de conquista en Cantabria
Vespa velutina. ·
Esta especie, que fue identificada por primera vez en la Comunidad en 2010, ya ha colonizado todo el territorio que podía ocupar en la región y supone un grave riesgo para el medio ambiente cántabro
Casi 15 años después de llegar a Cantabria, la avispa asiática se ha convertido en un miembro más de la fauna de la región. Un incómodo inquilino que desde su aparición en 2010 ha colonizado gran parte del territorio a fuerza de aprovechar las características ... medioambientales de esta tierra, que han facilitado enormemente su adaptación al entorno. La gran disponibilidad de agua y de alimentos se han sumado a unas temperaturas que han permitido a esta especie invasora proliferar y expandirse, especialmente en la franja costera y las cuencas fluviales más cercanas al Cantábrico. Con cerca de 3.000 nidos retirados en 2022 y una estadística que tiende a ir al alza, los cántabros deben asumir que la 'Vespa velutina', nombre científico de la especie, ha llegado para quedarse. Con todo lo que ello implica, que no es poco.
Las consecuencias de su presencia en el medio natural traspasan el aspecto ecológico e impactan también a nivel social y económico. Su gran capacidad reproductora y su voracidad suponen un grave riesgo para otros insectos, especialmente para las abejas y otros polinizadores, con el riesgo que ello supone. Basta recordar las imágenes de plantaciones chinas en las que este proceso fundamental ya lo realizan manualmente los trabajadores –en su caso debido sobre todo al impacto de los pesticidas y la degradación medioambiental– para entender hasta dónde puede alcanzar de la situación. Si bien en Cantabria la situación dista mucho de dicha escena, lo cierto es que el efecto nocivo de la avispa asiática en la región ya es más que evidente pese a las campañas de trampeo impulsadas en los últimos años a nivel regional y municipal. Una dinámica que forma parte del Plan Estratégico Regional de Gestión y Control de Especies Exóticas Invasoras, documento que fue aprobado en el año 2017.
Los expertos alertan de su grave impacto sobre las especies polinizadoras
Todo eso lo sabe bien Manuel Barquín, miembro de la Asociación Montañesa de Apicultores (AMA) y de la Unión de Ganaderos y Agricultores Montañeses (UGAM-COAG), quien lleva años combatiendo a una especie a la que ha estudiado en profundidad. «La velutina ha llegado para quedarse y tenemos que aprender a convivir con ella», explica. Algo más fácil de decir que de hacer porque, como añade, «no es una especie tan mediática como puedan ser otras como el lobo, pero a nivel ambiental posiblemente sea un problema más serio». Y aporta datos: «En su temporada alta, que se suele dar en los meses de agosto y septiembre, algunos años he llegado a capturar hasta 30.000 y 40.000 ejemplares». Unas cifras astronómicas que pueden provocar dudas hasta que se ve alguno de los vídeos en los que Barquín muestra sus capturas y el interior de uno de los enormes nidos de estas avispas (vídeos que pueden ver en la versión digital de esta información en la web de El Diario Montañes).
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«La avispa asiática ya ha colonizado todo el territorio que podía colonizar en Cantabria, y está presente en las zonas en las que el ambiente le permite». Ducha presencia, señala, «se concentra sobre todo en la zona costera, porque en las zonas altas, aunque puede aparecer, su presencia es irrelevante porque su densidad es bajísima». Eso significa que la velutina ha tomado «el entorno de la bahía de Santander, Castro Urdiales, Torrelavega… Las zonas menos frías y donde más agua disponible hay», apunta Barquín, quien resume la zona más afectada como «todo el arco paralelo a la autovía A-8», algo que no sólo ocurre en Cantabria «porque en Asturias y Galicia ocurre lo mismo». En las zonas más afectadas, detalla, pueden llegar a contarse hasta «más de 20 nidos por kilómetro». Para entender el alcance que puede tener la proliferación de esta especie basta saber que, como resalta Barquín, «cada nido pueda dar lugar hasta a 500 nuevas reinas». Y cada una de ellas es susceptible de formar un nuevo nido con su correspondiente comunidad de estos voraces insectos.
El apicultor cántabro resalta el gran impacto que la velutina tiene sobre las especies autóctonas de insectos: «En agosto o septiembre su número crece a un ritmo bestial porque cada vez va teniendo más operarios, más recursos y más temperatura. Esos nidos provocan que se pueda perder hasta un kilo de insectos diarios en su entorno, y si hay abejas son abejas, pero si no hay abejas se comen todo lo demás». Manuel Barquín conoce bien los efectos de la avispa asiática, que genera importantes pérdidas entre los apicultores: «Provocan serios daños a las abejas, en las que provoca una inmovilización total. Te matan las colmenas por activa –ataques– o por pasiva». Un efecto que se traduce en cuantiosas pérdidas económicas: «Cada enjambre que perdemos vale 90 o 100 euros y perdemos muchos. El precio es similar al de una oveja, pero esto no es un lobo y es menos mediático», denuncia.
El experto cántabro alerta de que el peligro que esta especie supone va mucho más allá de lo que por lo general se cree: «Se trata de un problema que a nosotros como apicultores nos afecta mucho y directamente, pero que también afecta mucho a mucha otra gente a nivel ambiental. Ambientalmente es un problema que no se cuantifica», explica. Y aboga por afrontar la situación con una visión transversal: «Todos los equilibrios naturales, también los que existen también en las zonas más pobladas como los ecosistemas agrarios e industriales, son delicados y su alteración tiene efectos muy serios». Por ello, y ante la consolidación de esta especie invasora en Cantabria, lanza una seria advertencia: «El desplazamiento que las velutinas provocan de otros insectos y polinizadores va a tener una repercusión que no está estudiada».
Las ayudas para el trampeo de reinas, la forma de combatirlas
Una de las herramientas más eficaces para contener a la avispa asiática es el trampeo selectivo de reinas. Desde hace años cada ejercicio se plantea una convocatoria de ayudas a nivel regional destinadas a impulsar esta actividad esencial. Pero los apicultores denuncian que «el año pasado, en 2023, no salió ni la orden. Ha sido un desastre. Porque la de la velutina es una lucha de largo recorrido». Tras ese ejercicio en blanco, esta semana el Gobierno de Cantabria ha convocado ayudas por 100.000 euros destinadas a los ayuntamientos para financiar los gastos propios e inherentes a la ejecución de prácticas de trampeo autorizadas, tanto de compra de material o producto como de mano de obra.
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