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Juan Derchow (Santander, 1980) estaba cansado de trabajar en bares y centros comerciales, y «tenía una edad en la que me tocaba plantearme un cambio de vida», cuenta. Tras un año en paro y con una idea que se había ido forjando en su cabeza, ... llegó a una oficina de 'la Caixa'. «Quería convertir mi afición, las cervezas artesanales, en un negocio. Primero pensé en montar mi propio bar», dice. Su plan tenía sentido y posibilidades de triunfar y así fue como terminó en Cantabria Acoge, una de las instituciones que en la región desarrolla el programa de la Fundación 'la Caixa', Incorpora, cuyo objetivo es dar una oportunidad laboral a personas que lo necesitan. De esta forma nació Espuma de Bar, una tienda donde encontrar cervezas de todo el mundo, además de poder realizar catas.
Hace tres años que Derchow abrió su establecimiento en la calle Narciso Cuevas, en Santander. A día de hoy, es un universo cervecero, donde se pueden encontrar 300 referencias, procedentes de toda España y Europa, además de Cantabria.
Consciente del giro que ha dado su vida, siente una gran gratitud al programa Incorpora y, en particular, al técnico de Cantabria Acoge, Javier Suárez-Olea, que fue su mentor en su camino hacia el éxito. «Durante tres meses me acompañó en todo el proceso empresarial y, casi lo más importante, me puso los pies en la tierra, porque es muy habitual llegar creyendo que tu idea es la mejor y que vas a triunfar, pero realmente, si no eres empresario o no has tenido experiencia anterior en ese terreno determinado, puede ser un gran error».
En este sentido, Suárez-Olea también insistió en la importancia de estar bien asesorado a la hora de emprender un negocio: «Nosotros trabajamos con personas en riesgo de exclusión, gente que lleva tiempo en paro, por ejemplo».
En el caso de Derchow, llevaba un año en el desempleado cuando se acercó a 'la Caixa' en busca de financiación y fue en la propia oficina a la que acudió donde le redirigieron al programa Incorpora.
«Lo primero que hacemos es escuchar a la persona y después, si vemos que el proyecto es viable, somos su guía en todo el proceso, porque además de hacer un estudio de mercado, deben de conocer bien los pros y contras de ser un autónomo, lo que hay que pagar todos los meses. Hay que hacer muy bien las cuentas. La gente viene con mucho desconocimiento», aclaró el técnico de Cantabria Acoge. En numerosas ocasiones, agregó, «vienen con proyectos que no son malos, pero el principal problema es que no tienen ninguna experiencia previa ni formación en ese ámbito. Y nosotros se lo tenemos que hacer ver y orientarles, o bien hacia una formación favorable o a replantearse la iniciativa».
Pero esta no fue la situación de Derchow, a quien Suárez-Olea lleva acompañando desde hace más de tres años, porque su trabajo no se limita a las horas que dura el programa Incorpora, «les hacemos un seguimiento», cuenta. «Ellos saben que estamos aquí para ayudarles cuando todo está en marcha, porque pueden surgir problemas que tienen solución si están bien asesorados. Con Juan, como con otras muchas personas a las que he ayudado, me gusta venir a ver cómo le va, aunque esté fuera de mi horario laboral».
El técnico señala que «al final ya no lo ves como un tema sólo laboral y también es cierto que te sientes muy orgulloso de sus éxitos».
Derchow siempre disfrutó de las cervezas artesanales y antes de abrir su tienda ya sabía de lo que estaba hablando. «Pero, claro, hay otra parte con la que hay que contar», explica, «como tu competencia, el tema de los proveedores, los precios, ofrecer algo que te distinga...».
Y ahí dio en la diana. Asegura que tiene «dos productos estrella. Por una parte, los paquetes regalo, en los que se ponen distintas cervezas, incluso las etiquetas, en algunas, se pueden personalizar. Y por otra parte, las catas. La gente se lo pasa muy bien y se acompañan de algo de comer. ¡Tienen mucho éxito!». Antes de dar con el programa de la Fundación 'la Caixa', Incorpora y Cantabria Acoge, dio, asegura, «muchas vueltas. Me dirigí a distintas instituciones para que me ayudaran, pero la burocracia es increíble y además, están algo desbordados, porque me daban cita tan a largo plazo que me hubiera arruinado».
También quiso dejar claro que «esto es fantástico porque eres tu propio jefe y, al menos en mi caso, hago algo que me gusta mucho, pero también hay que ser consciente de los inconvenientes, que son muchos y muy duros, como que un autónomo no puede ponerse malo. Cuando me hablan del coronavirus, siempre digo lo mismo, lo máximo que puedo hacer es invitarle a una cerveza, porque yo no me puedo permitir el lujo de cerrar. Y en estos años sólo me he ido una vez de vacaciones». A pesar de todo, no puede ocultar su cara de satisfacción.
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