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El periodo de pago del Impuesto de Bienes Inmuebles es uno de los momentos delicados en la economía familiar, sobre todo en aquellas que llegan a fin de mes con más dificultades. El famoso y temido IBI es en cambio una de las principales ... fuentes de ingresos de los ayuntamientos -perciben en exclusiva todo el dinero que genera- muy por encima de otros tributos como el de Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica -más conocido como impuesto de circulación- o el de Actividades Económicas. Actualmente, los municipios de Cantabria facturan al año por este concepto 181,4 millones de euros, según el último dato actualizado por el Ministerio de Hacienda, correspondiente a 2017. En 2004, el IBI producía 80,5 millones, lo que significa que esa cifra se ha más que duplicado en los últimos 15 años por efectos de las revisiones del valor catastral que realiza el Estado y también por los cambios en el gravamen que aprueban los concejales en pleno. El mérito es compartido y también del crecimiento en el número de inmuebles.
Para comprobar con más claridad esta evolución es mejor ver cuánto IBI se pagaba por habitante hace tres lustros, en el momento que se inicia esta estadística, y cuánto se paga en la actualidad. Frente a los 138 de entonces, ahora toca a 311 por cántabro. El 'golpe' que se supone el IBI en una economía familiar es mucho más destacado teniendo en cuenta que la mayoría de hogares tienen más de un morador y que para hacer la media también se incluye a niños o los que no tienen propiedades.
Baja Arredondo, Bárcena de Pie de Concha, Lamasón y Tudanca.
Sube Los Corrales, El Astillero, Laredo, Mazcuerras, Pesquera, Ribamontán al Monte, Ruiloba, Santoña, Val de San Vicente y Voto.
Ese dato volverá a cambiar este año, ya que el Ministerio de Hacienda ha aprobado modificaciones del valor catastral de los inmuebles mediante un coeficiente de actualización en 14 municipios cántabros, un movimiento que se realiza de manera periódica para tratar de acercarse lo más posible al precio real del bien, que no deja de fluctuar en el mercado. En cuatro de ellos (Arredondo, Bárcena de Pie de Concha, Lamasón y Tudanca) es a la baja. El Estado les informó de que cumplían los requisitos para este retoque y todos ellos lo pidieron con el mismo argumento: que la última revisión se hizo durante el 'boom' del ladrillo y desde entonces los precios han bajado.
«Lo solicitamos en julio porque hacía falta, pero todavía no nos han informado oficialmente de nada», apunta Leoncio Carrascal, alcalde de Arredondo. Le ocurre lo mismo a su homólogo en Bárcena de Pie de Concha, Agustín Mantecón, que recuerda que desde que llegó su partido al poder se redujo el tipo de gravamen -la parte del impuesto que fija el Ayuntamiento- al mínimo (0,400) y no se ha tocado desde entonces. Las subidas de los años anteriores fueron consecuencia de la decisión de Hacienda. Como lo son este 2020 que acaba de entrar en Val de San Vicente o Pesquera.
Sus regidores recuerdan que viene todo hecho desde el Ministerio y ellos solo pueden obedecer la orden, aunque el consistorio tiene cierto margen de maniobra para que sus vecinos no lo noten en el bolsillo si compensan reduciendo el tipo de gravamen. Eso sí, para que duela menos, Hacienda suele hacer la revisión gradual a lo largo de cuatro años. En Mazcuerras, este es ya el último. «Hay quienes lo tienen muy alto y cuando lo bajan presumen. Eso es muy fácil. Lo complicado es bajarlo cuando ya está bajo como aquí», apunta el alcalde, Francisco Javier Camino.
Como ejemplo para ver la importancia que tiene el IBI en las finanzas locales basta decir que es la mitad de todo lo que recaudan por impuestos y tasas. El resto, hasta alcanzar la cifra de los 1.069 millones de euros que entraron en las cuentas de las 102 corporaciones de la comunidad autónoma en el último ejercicio cerrado, proviene directamente del Estado.
La escalada fiscal también se aprecia en otro tipo de tributos. Es el caso del impuesto de circulación tanto de vehículos normales como especiales, que también presenta muchas diferencias y genera agravios comparativos entre los vecinos de un pueblo y el limítrofe porque, de igual manera, se fija a través de una ordenanza. Supone para los municipios cántabros el segundo tipo de impuesto más relevante por volumen y ha pasado de algo más de 37 millones de euros en 2014 a superar los 55. Evidentemente, las ciudades más grandes y especialmente la capital, Santander, se llevan la parte más importante del pastel porque también son las que acogen un mayor censo de vehículos. Como se aprecia en la tabla de acompaña esta información, el comportamiento del Impuesto de Actividades Económicas es prácticamente el mismo, mientras que la tendencia cambia en el caso de las tasas y precios públicos en todas sus variables, desde las de los cementerios municipales hasta las que hay que hacer frente para participar en una oposición, pasando por las que se pagan por hacer una reforma en la vivienda. En los mismos quince años, los ingresos han bajado de 103,9 millones a 97,2, en algunos casos por las rebajas acordadas y en otras por la disminución de la actividad.
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