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Este martes, en la UIMP, José María Aznar ha empezado hablando de la guerra. De su convencimiento -la conductora del evento, la investigadora principal del Real Instituto Elcano, Mira Milosevich, reconoció que fue de los pocos que acertó- de que Putin acabaría invadiendo Ucrania y ... de la idea del mandatario ruso, tras «hablar con él personalmente sobre estas cuestiones» en distintas oportunidades en el pasado, de que Ucrania es parte de Rusia y de que la existencia de Rusia como país independiente no tiene ningún sentido. Ha empezado por la política internacional, argumentando que si Rusia llevaba 150.000 soldados a su frontera lo razonable era pensar en la invasión, pero ha acabado hablando de lo de casa. «Lo primero que hay que hacer es tener la casa en orden. Política, económica y socialmente, lo más ordenada posible», ha echado en cara el expresidente al Gobierno de Pedro Sánchez, al reprocharle su triunfalismo sobre la cumbre de la OTAN en Madrid.
Si un rato antes, en el mismo marco, el del ciclo que la UIMP dedica a la reflexión sobre el futuro de España con los cuatro expresidentes vivos del país, Felipe González prefirió no entrar -por lo menos en profundidad- a los asuntos de la actualidad nacional, Aznar ha llegado al Paraninfo de la universidad con las pilas cargadas. «Se puede pactar muchas cosas en el Gobierno, pero no pactar con los que quieren acabar con el sistema. O se es leal a la Constitución, o se es leal a Bildu. No se puede ser leal a la democracia y aprobar un proyecto de Ley de Memoria Democrática hecho y pacto con terroristas», ha asegurado en referencia a la revisión de la Ley de Memoria Histórica que ha iniciado esta semana su tramitación y que investigará «crímenes hasta 1983, cuando estaban en el Gobierno los antecesores de los que están ahora (el PSOE)».
«Eso no es tener la casa ordenada», ha censurado el mandatario popular, que entiende que los gabinetes que sucedieron al suyo no han conseguido alcanzar posiciones de poder a nivel internacional. «España es una gran nación, pero no es un gran poder. Lo que yo he tenido siempre como ambición para España es que tenga también un gran poder. Que pueda sentarse en la mesa de los que deciden. Estuvimos en la mesa y España decidió levantarse. Cuando te levantas y te vas, volver es muy complicado».
Más cosas que le reprocha al Gobierno PSOE-Unidas Podemos el expresidente, que llegó a la UIMP tras correr con su escolta 7,1 kilómetros por la ciudad -ha prometido demostrárselo a la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, enviándole al móvil la ruta que ha capturado con una aplicación-, desde Reina Victoria al Hotel Chiqui. Por ejemplo, la política de Transición Ecológica. «Yo soy partidario, pero es imposible cumplir con los objetivos actuales», entiende Aznar, que lamenta que España quiera estar en la delantera cuando Alemania, en la actual crisis energética, está abriendo centrales de carbón: «¿Saben por qué no las abrimos nosotros? Porque las desmantelamos. Si las necesitáramos, no las podríamos utilizar».
¿Qué pide el popular a los españoles y al Gobierno de Sánchez? Que se respeten las instituciones. «Tenemos que prestigiar más a la Corona». En su opinión, la deriva de los últimos años es la contraria. Aunque «afortunadamente» seguimos teniendo en vigor nuestra Constitución y el prestigio de la Corona, España tiene problemas como el separatismo y la debilidad del Estado, «que han aumentado en los últimos tiempos».
Aznar coincide al 100% con Felipe en la «enorme preocupación» sobre la deriva autoritaria de América Latina, aunque adelanta que la posición de ambos será distinta a la que expondrá Rodríguez Zapatero, también en la UIMP, este miércoles. «Si esa pregunta se la hacen al que viene después de mí dirá que todo está bien orientado en América Latina», ha ironizado el expresidente, que lamenta que «la ausencia de España allí en los últimos años ha sido tremenda».
En Latinoamérica y en el flanco sur. De los acuerdos de la Cumbre de Madrid interpreta que no es una prioridad para la OTAN en este momento, que «los avances han sido relativos» frente a retos como la penetración de Rusia y China en África, el terrorismo en el Sahel y el aumento de la presión migratoria. En cualquier caso, «es mucho más importante que España tenga capacidad de defender Ceuta y Melilla, que estén cubiertas por la OTAN. Si no lo defiendes tú, no te lo va a defender nadie».
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