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Anta Mateo, Alejandro Gutiérrez y Julen López. DM
El Bachiller «de excelencia» tiene premio
Galardones

El Bachiller «de excelencia» tiene premio

Educación reconoce con menciones extraordinarias de 500 euros a los estudiantes con expedientes más brillantes de la última etapa de la Secundaria

Mada Martínez

Santander

Domingo, 2 de marzo 2025, 07:54

Pocos días después de concluir los exámenes de la EBAU, un grupo de bachilleres cántabros decidió que todavía no era momento de aparcar los apuntes, sino de enfrentarse a un puñado extra de pruebas de Lengua, Inglés, Historia y demás especialidades; es decir, a las pruebas del Premio Extraordinario de Bachillerato con el que la Consejería de Educación viene a reconocer, con un diploma, 500 euros y un acto público, «el esfuerzo y la dedicación» de los estudiantes de la última etapa de la Secundaria.

El consejero, Sergio Silva, recibió hace unos días a los bachilleres premiados en la última convocatoria, esto es, a Alejandro Gutiérrez (Colegio San José-Niño Jesús, Reinosa), Julen López (IES Torres Quevedo, Santander) y Ana Mateo (IES Santa Clara, Santander), los tres del curso 2023-24; y también a Juan Miguel Ruiz (IES Marqués de Santillana, Torrelavega); Mateo Pérez (IES Muriedas, Camargo); Elena Gómez (IES Manuel Gutiérrez Aragón, Viérnoles) y Nicolás Chamizo (IES Villajunco, Santander), en este caso, del curso 2022-23. Estos siete alumnos habían superado previamente la calificación mínima de 8,75 puntos en los dos cursos de Bachillerato, y, además, pasaron de los 32 en los cuatros ejercicios de los Premios Extraordinarios. Silva les reconoció el mérito dentro de una «escuela de excelencia» , toda vez que Cantabria sumó 8.500 bachilleres en el último curso, de los cuales titularon cuatro mil.

«Era la guinda al Bachillerato. Si uno ha llegado bien hasta el final, ¿por qué no ir un poco más allá?», se preguntó Julen en junio, justo antes de presentarse a las pruebas. Le animó poder hacerlo con amigos y el hecho de dar brillo de ese modo a la «implicación» de sus profesores. Lo mismo pensó Ana Mateo: «Ellos me animaron. Decidí hacerlo porque era una forma de corresponderles». Alejandro Gutiérrez les reconoce aquí su capacidad de templar al alumnado ante el trance de la EBAU: «Nos decían: 'Si llevas bien el Bachillerato, las cosas no tienen por qué salir mal. Y siempre hay más de una opción en la vida'. Eso nos tranquilizaba mucho».

Nacidos en 2006 y convertidos ya todos en universitarios, Ana, Julen y Alejandro hablan de su evolución y de sus nuevos deseos.

«Me hizo mucha ilusión, es mucho más que un éxito personal»

Ana Mateo IES Santa Clara (Santander)

«Me hizo mucha ilusión, es mucho más que un éxito personal»

Ana Mateo ya tiene experiencia en galardones académicos. Antes de hacerse con este Premio Extraordinario –que «me ha hecho mucha ilusión»–, logró una de las tres mejores notas de la EBAU'24 en Cantabria. Como ya le contó entonces a este periódico, Mateo cree que menciones como esta son una obra coral y que uno de los papeles protagonista le corresponde a los profesores. «El premio tiene que ver con nuestro esfuerzo e iniciativa, pero también influye el entorno. También somos el resultado de las personas que nos acompañan. Así que este éxito es mucho más que un triunfo personal».

Las pruebas del premio fueron algo distintas a las de la EBAU –en Historia, por ejemplo, les plantearon un comentario de texto–, y eso funcionó como un acicate. «Fue un reto, pero así también se aprende a salir adelante».

Convertida ya en alumna del grado de Derecho en la Universidad de Cantabria (UC), Ana relativiza el peso de los premios –«somos más cosas que una nota o una mención»– y se prepara para los nuevos aprendizajes que están por venir. «Estamos en un momento de transición, hay que ir paso a paso, porque se hace camino al andar».

«Las notas son una forma de ver el trabajo recompensado»

Alejandro Gutiérrez CC. S. José-Niño Jesús (Reinosa)

«Las notas son una forma de ver el trabajo recompensado»

Alejandro Gutiérrez estudia el doble grado de Física y Matemáticas en la Universidad de Sevilla. Sus buenas notas en el Bachillerato y la EBAU le abrieron muchas puertas. «Las notas son una forma de ver el trabajo recompensado», dice, y, sobre todo, son una forma de dar continuidad a una vocación que se despertó temprano, en el colegio. «Siempre he sido 'muy científico'», cuenta desde su Reinosa natal, a la que ha vuelto por Navidad –helado los dos primeros días, pero rehecho al «carácter cántabro» al tercero– y desde la que evoca sus años de Bachillerato: «Es una etapa de cambio a muchos niveles, de mucha una evolución». ¿Y el premio? Le hablaron de él en su centro y se animó a presentarse junto con una amiga. «Es un extra, un punto más», cuenta con sencillez.

La universidad vuelve a ser un momento de cambio personal y académico. Alumno de un doble grado «muy exigente» con temarios «densos y complicados», Alejandro quiere «exprimir» su etapa universitaria, vivir el presente, «aprender y conocer». Es constante en el estudio, pero sabe airearse a tiempo y tanto el piano como sus compañeros de residencia le ayudan a desconectar.

«El premio implica dar un poco más, es una declaración de intenciones»

Julen López IES Torres Quevedo (Santander)

«El premio implica dar un poco más, es una declaración de intenciones»

A Julen López le fascinan las ciencias desde pequeño. Entre esa curiosidad de serie, su padre y sus profesores del IES Torres Quevedo, su interés se transformó en vocación «y eso marca la diferencia». Para sus docentes solo tiene palabras de agradecimiento porque también le han ayudado a decantarse por el doble grado de Física y Matemáticas en la UC, una titulación «exigente» con la que se sigue poniendo a prueba.

También quiso probarse con la música –ha estudiado el grado profesional de piano y percusión, y es miembro de la Orquesta Juvenil Ataúlfo Argenta– y con el Premio Extraordinario de Bachillerato, que «implica dar un poco más de uno mismo, es como una declaración de intenciones», contaba hace unas semanas, en pleno esprint final de estudio ante la primera hornada de exámenes del curso. Aunque ha retocado su método, el trabajo en equipo sigue siendo fundamental en esta etapa universitaria que funciona como una «introducción al mundo adulto». Y también es importante la curiosidad. «Para tener respuestas primero hay que hacerse preguntas, es la base para aprender e ir más allá de lo que a uno le dan».

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