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Bachilleres con un pie en la universidad
Educación

Bachilleres con un pie en la universidad

A un mes escaso de la EBAU, muchos alumnos ya tienen una idea de lo que quieren estudiar en septiembre

Mada Martínez

Santander

Domingo, 12 de mayo 2024, 07:44

A un mes escaso de que se celebre la convocatoria ordinaria de la EBAU 2024 –los días 5, 6 y 7 de junio–, los bachilleres cántabros se despiden de las clases para ponerse a repasar, exclusiva y frenéticamente, las materias a examen en las pruebas de acceso a la universidad. De la nota que saquen en dichas pruebas dependerá el 40% de la calificación global que les conduzca a sus estudios superiores –el otro 60% resulta de su expediente de Bachillerato–, así que, con un ojo puesto en las notas de corte y otro en la preinscripción, los bachilleres se afanan estos días revisando fechas, problemas o desinencias.

«Hay presión», reconoce Eva Serrano, una de las alumnas que protagoniza este reportaje y que quiere estudiar un doble grado de Psicología y Criminología fuera de Cantabria. Se ha interesado por varios centros y residencias; algunas decisiones están claras y otras, en proceso. Para ella y sus compañeros, el salto del instituto a la universidad entraña una dosis de duda e ilusión, y ya no tanto por el salto, sino por cómo van a darlo: si con nota suficiente, si con parada en las listas de espera, si en la primera opción o en la segunda, si con beca o sin ella.

En esas están estas cuatro bachilleres, entre apuntes y folletos de los campus donde se imaginan en septiembre. Están nerviosas, aunque «menos de lo esperado», confiesa Anna Sirbu, aunque a la vez admite que no sabe qué pasará por su cabeza horas antes de examinarse de Lengua y Literatura, prueba que abre la edición.

Sirbu ha hecho pruebas para EE UU, con largos ensayos que cuentan casi más que la nota. Oihane Cobreros, ciudarrealeña que quiere estudiar en Cantabria, ha consultado a conciencia la web de la UC, contando además con el apoyo de los orientadores educativos. «La orientación se agradece mucho», apoya Malena Delgado, que está decidida a cursar Psicología. Con dudas pero mucho camino recorrido, todas estas bachilleres esperan vivir un verano sin «presión» y, ya en septiembre, hacer realidad lo imaginado.

«La medicina es un compromiso total y para toda la vida»

Anna Sirbu IES Santa Clara (Santander)

«La medicina es un compromiso total y para toda la vida»

«No me esperaba que me gustara tanto Historia de la Filosofía», admite aún con sorpresa Anna Sirbu, alumna de Bachillerato Internacional, que, quizá contra su propio pronóstico, ha vivido un curso «bastante tranquilo»: «Coges ritmo y descubres cosas nuevas. Es como una montaña rusa, pero he estado más arriba que abajo».

Con los exámenes propios de su Bachillerato, se está sacudiendo el miedo a la EBAU, «aunque siempre queda esa duda, sobre todo, para los que queremos entrar en carreras biosanitarias» con notas de corte altas. Ella quiere estudiar Medicina. Cuando de pequeña visitaba el hospital y veía a los médicos se decía: «Quiero ser como ellos».

Ha buscado plaza en Inglaterra y EE UU, pero ambos países tienen «plazos muy cerrados», y ahora, sus esfuerzos se centran en Cantabria. «Voy a por Medicina a tope. Sé que es un compromiso total y para toda la vida».

«Ya he hecho algunas entrevistas y pruebas de admisión»

Eva Serrano Díaz IES La Albericia (Santander)

«Ya he hecho algunas entrevistas y pruebas de admisión»

Eva Serrano ha notado más cambio de 1º a 2º de Bachillerato que de la ESO a esta última etapa del instituto a punto de concluir. Aún así, se ve «bien» para cerrar el curso, hacer un buen papel en la EBAU y comenzar ese doble grado de Psicología y Criminología que tanto le gusta. Esto último ocurrirá, con toda probabilidad, fuera de Cantabria, así que Serrano ya ha mirado un par de centros privados y una residencia en Madrid, otro en Valencia.

Para la Pontificia de Comillas, de hecho, ha hecho ya «varias entrevistas y pruebas de admisión» sin descuidar, eso sí, otros procesos de preinscripción. Porque si bien tiene muchas posibilidades de cumplir con su plan académico, también tiene un plan b en Cantabria.

«Siento un poco de presión, no sé lo que va a pasar», admite Serrano, pero esa incertidumbre no le impide seguir con su objetivo de convertirse en psicóloga forense.

«Definiéndolo en una palabra, es un curso rápido, muy rápido»

Malena Delgado Chato Colegio Agustinos (Santander)

«Definiéndolo en una palabra, es un curso rápido, muy rápido»

«Definiéndolo en una palabra, es un curso rápido, muy rápido», resume Malena Delgado. Y a pesar de haberlo vivido a toda velocidad, esta alumna de la rama de Humanidades siente que ha podido manejarlo. «Soy una persona bastante organizada, llevo un horario y mantengo rutinas. Toda la experiencia anterior me ha ayudado», expone.

Ante el susto que provocan las siglas de la EBAU, ella «intenta ser positiva» y afrontarlo con calma, «pero lo nervios están ahí», añade con rapidez. Las pruebas de acceso a la universidad serán el penúltimo paso antes de acceder a su carrera deseada, Psicología –tiene también interés por Criminología, Antropología o Magisterio–.

Ha verificado notas de corte y no se cierra «a ninguna posibilidad», pero quizá suene con más fuerza la opción de Oviedo, donde, incluso, ha mirado residencias. «Creo que me dará la nota. Haciendo una buena EBAU lo consigo».

«Voy a estudiar en Santander, es una de las mejores ciudades»

Oihane Cobreros Ruiz IES Alonso Quijano (Ciudad Real)

«Voy a estudiar en Santander, es una de las mejores ciudades»

«Me veo bien, tranquila, creo que he sido constante». Oihane Cobreros, alumna del IES Alonso Quijano de Argamasilla de Calatrava, se ha abierto paso en este curso transitorio a base de organización e interés. «Dibujo técnico ha sido el gran descubrimiento».

Así que a la EBAU también se enfrenta con seguridad y con la calma de saber que su carrera deseada tiene una nota de corte muy asequible. Se trata de Ingeniería Náutica y Transporte Marítimo –puede convertirse en oficiala de mando o jefa de máquinas– que quiere cursar en la Escuela de la UC, una elección que es «vocacional», y que, a modo de anécdota, le ha hecho descubrir que un tío abuelo fue capitán de la marina mercante.

El hecho de poder estudiar en Santander ha sido otro aliciente. Conoce la capital, tiene familia santanderina. «Es una de las mejores ciudades para vivir y estudiar. Y cada vez está mejor», celebra.

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