Los bailes en las ejecutivas de Casares y Zuloaga anticiparon la escalada del conflicto en el PSOE

Este verano, en julio, el exconsejero de Sanidad y diputado Raúl Pesquera presentó su dimisión como miembro de la Ejecutiva de Santander, liderada por Casares. «No comparto el modelo de funcionamiento ni la estructura diseñada para hacer oposición en el Ayuntamiento», explicó en una carta en la que también aludía a dos razones fundamentales para dejar su puesto: no estaba de acuerdo con la fórmula de separar la Secretaría General (Casares) y la Portavocía (Daniel Fernández) y tampoco estaba contento con los resultados electorales en Santander en 2023. «No solo hemos perdido votos de nuestros votantes, sino que, además, no hemos recogido ningún voto de otros grupos políticos», se quejaba en su carta de despedida Pesquera, que forma parte del núcleo más cercano a Pablo Zuloaga.

Desde el equipo de Casares explican que la inclusión de Pesquera en la Ejecutiva de Santander fue un gesto para integrar a un miembro de la dirección regional en ella, pese a que, por el otro lado, Zuloaga no quiso que Ainoa Quiñones repitiera puesto en su Ejecutiva. «Aquí están trabajando con nosotros José Luis Gallo, Ramón Ruiz y Judith Pérez, que en su día compitieron con Casares por el liderazgo de Santander», señalan desde el sector alternativo como ejemplo de reunificación.

Antes que Pesquera, en enero, el exconcejal Luis Concha también abandonó la Ejecutiva de la Agrupación Local de Santander. Desde el entorno de Zuloaga aseguraron que esa salida tenía «lectura política», ya que el implicado «era crítico con la estrategia de alimentar la división». Sin embargo, el propio Concha negó a este periódico que fuera así. «Es mentira, me marché por motivos personales, no tuvo que ver con nada más. Tanto unos como otros saben perfectamente a quién voy a votar porque se lo he dicho», señaló el exedil.

Santander no es la única plaza que ha servido como aperitivo del conflicto actual. En Camargo también han existido movimientos desde hace meses. De hecho, la secretaria general de la Agrupación Local, Esther Bolado, está muy implicada en el movimiento de Casares y ocupa el quinto puesto de la lista encabezada por Susana Herrán. Por el otro lado, la candidatura de Zuloaga cuenta con el histórico concejal de Camargo José Salmón.

Al mismo tiempo, el actual presidente del PSOE de Camargo, Ángel Gutiérrez, ha enviado una carta a los militantes en la que se posiciona en el bando de Casares. «Hemos retrocedido a nivel autonómico y municipal. El partido necesita un revulsivo. Es necesario un cambio de rumbo político», señala Gutiérrez, que critica las «formas de trabajar» de Zuloaga y su equipo, además del comportamiento que tuvo con los dirigentes históricos en 2017.

De los 31 miembros de su Ejecutiva regional, el secretario general cuenta con el apoyo de la mayoría, pero hay otros que se sientan en esa mesa de dirección que respaldan a Casares, algunos de ellos de manera oficial. Es el caso de la propia Bolado, Nicolás Toral (secretario comarcal occidental) y el exalcalde de Santoña Sergio Abascal. Los tres ocupan puestos destacados en la lista alternativa encabezada por la alcaldesa de Castro Urdiales para representar a Cantabria en el Congreso Federal de noviembre en Sevilla, en el que el PSOE reelegirá a Pedro Sánchez como secretario general del partido.