Secciones
Servicios
Destacamos
La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como la situación de bienestar que posibilita que las personas hagan frente a momentos de estrés y desafíos diarios. En materia laboral y sanitaria, el bienestar emocional se ha convertido en una pieza clave ... de las legislaciones por la urgencia que revelan las cifras. Desde 2018, la Seguridad Social en Cantabria ha gestionado casi 19.000 bajas por trastornos mentales y de comportamiento, un volumen que representa el 3,5% del total de las bajas tramitadas en la región. Pero lo llamativo es que este tipo de incapacidad temporal ha crecido, en cinco años (hasta 2022), un 55% (un 50% en el caso de las mujeres y un 60% en los hombres). El año pasado la administración cántabra tramitó 4.300 permisos motivados por razones mentales y este año, hasta julio, ya lleva más de 2.700.
«La salud mental está abandonada, lo ha estado antes y ahora también», lamenta el decano del Colegio Oficial de Psicología de Cantabria, Francisco Javier Lastra Freige. Considera que los datos no muestran toda la realidad del impacto de la falta de salud mental en la población trabajadora cántabra. «Los datos son sesgados, porque hay personas que ni siquiera pueden acceder a estos servicios», apunta. A su juicio, frente a una visión cosmética de que hay avances en esta materia, «en realidad hay muchas palabras pero políticas reales hay muy pocas».
2.700 bajas por motivos de salud mental se han tramitado entre enero y julio de este año.
3,5% de las bajas que se gestionan cada año en Cantabria tienen como motivo la salud mental.
60% más de bajas entre hombres respecto a 2018; entre mujeres, han aumentado un 50%.
El decano del COP se refiere a la ley 6/2023 de las personas con problemas de salud mental y sus familias aprobada el pasado mes de marzo. «Se necesitan psicólogos en Atención Primaria, porque somos el primer país en el consumo de ansiolíticos», abunda Lastra Freige. Y advierte de que el tratamiento que se hace de estos trastornos como ansiedad o depresión no pasan por terapias, sino que aquellas personas que «viven con abatimiento y malestar emocional y psicológico son atendidas con fármacos» y no con una atención integral y holística sobre salud mental. Esto, señala, «genera adicciones y además no soluciona el problema».
Desde el ámbito laboral notan el cambio, sobre todo, después de la llegada del covid-19. «La pandemia ha hecho que prestemos más atención a las enfermedades mentales y trastornos psicológicos que se han introducido de lleno en la agenda de discusión política y social», señala Laura Lombilla, secretaria de Política Institucional, Empleo y Formación, Protección Social, Salud laboral y Medio Ambiente de Comisiones Obreras de Cantabria.
Las instituciones y organizaciones a nivel internacional también lo analizan y así lo han advertido. La Organización Mundial de la Salud midió el pasado año el impacto propio del covid a nivel mundial y constató que la situación pandémica provocó un aumento del 25% en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo. En el ámbito laboral cántabro, las bajas por trastornos de salud mental crecieron, entre 2020 y 2022, un 54%. El crecimiento de cifras ha sido progresivo, con más de 3.300 bajas gestionadas en 2021 y casi 4.300 el año pasado. Sin embargo, como advierten desde CC OO «no es un problema nuevo», ni surgido después de la pandemia, ni tampoco era una realidad invisible antes del año más duro del covid. Entre 2018 y 2019 se registraron casi 6.000 bajas por trastornos de la salud mental solo en Cantabria.
Desde el Colegio de Psicología, el decano apunta que las bajas muestran «la punta del iceberg» porque la realidad es que la gente «está como está, la situación está también como está, pero hay que recordar que estaba así antes». Lastra Freige sí que apunta a que desde el plano científico y de los datos que manejan los profesionales de la salud en Cantabria, «si se puede hablar del efecto postpandemia», pero coinciden con Lombilla en que «la situación general es igual, no ha cambiado mucho y en Cantabria no hay movimientos» para conseguir mejoras en la atención mental en la sanidad pública, lamenta su decano. En este sentido, el nuevo Gobierno ha anunciado el desarrollo de un plan de salud mental, llamado a cubrir parte de ese vacío. Lastra Freige se muestra esperanzado de que «ojalá se produzcan esos cambios» que afectan al refuerzo de profesionales que, por lo pronto, dejan en la región «una baja dotación de psicólogos en general». Además, pide que estén presentes en Atención Primaria y también en centros educativos, porque «ahora hay un perfil muy ambiguo, llamado orientación» que debe ser abordado «con un plan específico en intervención en salud psicológica con expertos» en el área, apostilla.
En el ámbito laboral también se ha notado un repunte tras la pandemia, aunque el problema ya era visible antes de que el covid llegara a Cantabria. Desde CC OO recuerdan que, de hecho, antes de 2020 «ya se advertía de que la precariedad y el deterioro de las condiciones de trabajo estaban afectando negativamente a la salud psíquica de la población trabajadora». Las soluciones pasan por «cambiar las prácticas de gestión laboral para hacerlas más saludables». Apuntan que, a la vista de los datos de bajas por motivos mentales en Cantabria, que ya suponen el 3,5% del total de las que se tramitan en la región, «la evaluación de los riesgos psicosociales se hace imprescindible en los centros de trabajo».
Aunque, precisa Lombilla, es necesaria la labor de prevención, al tiempo que recuerda que «una evaluación de riesgos psicosociales que no vaya acompañada de medidas en origen, cambiando las condiciones de trabajo, es insuficiente».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.