«Es más barato aislar y tratar a una vaca, que llevarla a una feria y contaminar al resto»

–¿En qué punto se encuentra el brote de enfermedad hemorrágica epizoótica en Cantabria?

–Por fortuna, se ha focalizado alrededor del entorno de la Oficina Comarcal de Solares, que cubre Entrambasaguas, Liérganes, Marina de Cudeyo, Medio Cudeyo, Miera, Penagos, Ribamontán al Mar, Ribamontán al Monte, Riotuerto y San Roque de Riomiera.

–¿Ya ha pasado la alerta inicial?

–Es una enfermedad vírica que no se contagia a las personas ni afecta a los productos. Sólo se transmite por un vector: un mosquito que va de un animal enfermo a otro sano. Tampoco se contagia entre animales. Por suerte, la enfermedad es tratable y tiene una baja mortalidad.

–Se detectó por primera vez en España en el sur, en noviembre del año pasado, y ya esta aquí.

–El mosquito no entiende de tiempos, ni de fronteras, ni de gobiernos en funciones… Necesitamos diseñar un mejor plan de control de la población de los vectores y de la fauna silvestre. Hay que dar un paso más. La situación lo requiere.

–Esta semana escribió al ministro de Agricultura, Luis Planas, para que reúna a las autonomías para abordar el problema. ¿Le ha contestado?

–No, pero sé que tiene la agenda apretada por lo de la Presidencia española de la Unión Europea. Es necesario un plan nacional de bioseguridad agroganadera. Por esa falta de control ha llegado la enfermedad hemorrágica epizoótica hasta aquí.

–Controlar los insectos y la fauna silvestre suena a imposible.

–Pues su control poblacional es una cuestión de salud pública nacional.

–¿Cuál cree que puede ser la evolución de la enfermedad en la región?

–Suele haber una explosión inicial y luego una fase de control. No vamos a bajar la guardia ni ahora ni en los próximos meses. Arranca un periodo de expansión del mosquito hasta que llegue el frío del invierno. El calor, la humedad y la materia orgánica son su caldo de cultivo. Debemos extremar las medidas para aislar y controlar este foco, y para prevenir otros futuros.

–¿Qué puede hacer el Gobierno regional para mitigar la expansión del brote?

–Únicamente podemos aplicar la ley nacional aprobada el año pasado por el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas. Yo aún no estaba en el cargo. Se acordó una restricción de movimientos. Tenemos la obligación de aplicarla, no podemos ir más allá: control de desplazamientos y una exigencia de certificaciones en el transporte con ausencia de animales con síntomas clínicos y desinsectación y desinfección de estos y de los vehículos en los que son transportados.

–¿Sólo eso?

–Eso y las recomendaciones que ya hemos dado.

–La de no celebrar ferias ni concentraciones ganaderas no ha tenido mucho éxito.

–Son algo muy tradicional y arraigado en la región y comprendo la difícil toma de decisiones a la que se enfrenta un alcalde cuando hay una explosión de estas características. Aun así, algunos están siendo valientes.

–Cuesta entender, también a una parte del sector ganadero, que se sigan permitiendo.

–Nosotros no tenemos potestad para prohibirlas, pero la recomendación es que no se produzcan concentraciones de animales. La decisión final es de los ayuntamientos y de las organizaciones. Es difícil buscar el equilibrio entre la celebración de ferias y la contención de la enfermedad.

–Los ganaderos se quejan de que esta enfermedad de las vacas les provoca un sobrecoste en productos sanitarios para los animales y también en insecticidas y desinfectantes para combatir el brote. Piden ayudas. ¿Se plantea la Consejería algún tipo de compensación económica?

–Lo estamos valorando, pero no hay partida presupuestaria para llevarlo a cabo. Lo que sí es cierto es que, cuanto antes se diagnostiquen los casos, menos caro es el tratamiento. Es mucho más barato aislar y tratar a un animal enfermo que desplazarlo a una feria, con todos los gastos que ello conlleva, y así contaminar al resto. Si hay aislamiento y tratamiento, se ahorran costes con respecto a no hacerlo.

–¿Habrá controles en las carreteras?

–Así es, hemos dado la información necesaria a la Consejería de Presidencia para que la traslade a la Guardia Civil de Tráfico y así pueda verificar la normativa: guías sanitarias, desinsectación de camiones, documentación en regla por normativa para su transporte... Este control será mucho más estricto en la comarca más afectada, que en la de Solares. También hemos informado a Carreteras para que tenga conocimiento de las vías que se pueden controlar.

–Usted mismo ha dicho esta semana que la normativa que impide los movimientos en un área de 50 kilómetros a la redonda es demasiado laxa.

–Sí, pero ahora, decretado el brote, toda la comunidad autónoma se encuentra con restricciones de movimientos. No hay, por así decirlo, ninguna zona libre de tránsito.

–Pero, por ejemplo, ¿un ganadero con alguna vaca infectada puede moverse libremente de un ayuntamiento a otro?

–Puede hacerlo, pero con toda la documentación anteriormente comentada en regla. Por eso, no puedo prohibir las ferias ni las concentraciones de ganado ni las exposiciones. Sólo puedo exigir que se cumpla la norma del Plan Nacional Zoosanitario. Y esa es la de desinsectación y desinfección y ausencia de casos clínicos en animales, siempre que vayan para vida. En los animales que van al matadero, los destinados al consumo, sólo es necesario una declaración responsable del ganadero en la que indique que no ha llevado ninguna res con síntomas clínicos de la enfermedad. Por último, el transportista es el responsable de la desinfección y desinsectación del vehículo en que los haya transportado.

–¿Le ha dado la presidenta de la Comisión Europea una alegría al Gobierno regional en el asunto del lobo?

–Que Ursula von der Leyen haya sufrido un caso particular por ataque de lobos –mataron a dentelladas uno de sus ponis– y se haya preocupado ahora, es bienvenida; pero le quisiera recordar que el año pasado hemos tenido en Cantabria nada menos que 2.346 muertes de animales provocados por más de 1.700 ataques.

–Europa se abre a una relajación de su protección, ¿le convence?

–No basta. La solución es sacar al lobo del Lespre porque esta protección es incompatible con la ganadería extensiva a la que apoya decididamente este Gobierno regional al que pertenezco. No es que sea necesario, es que es urgente.

–El ministro Planas dice que le parece bien la decisión de Bruselas, pero que el Lespre ya incluye el control de ejemplares.

–En Cantabria existen 22 manadas de lobos y cada una de ellas tiene de siete a diez lobeznos de media. El crecimiento de la población es exponencial. Extracciones quirúrgicas (matar ejemplares) nunca han solucionado el problema.

–¿Cree que habría que volver al escenario anterior, donde era una pieza de caza?

–Antes, cuando se hacían entre 22 y 33 extracciones, los ataques al ganado se reducían y además se permitía la supervivencia de la especie. Los ganaderos no quieren la extinción del lobo. Lo que no quieren, sobre todos los de extensiva, es extinguirse ellos.

–¿Ha enviado Cantabria ya los datos que pide Von der Leyen?

–Aún no, estamos trabajando recopilando todos los datos. Lo mandaremos en tiempo y forma.

–¿Cree que el asunto del lobo está politizado?

–Mucho, pero a todos nos unen más puntos de los que nos separan. Estoy seguro.